A favor
«Admito que este ya inminente ‘Hotspot’, decimocuarto disco de estudio en la carrera de Pet Shop Boys me tiene algo desconcertado. Porque, tras sus tres primeros adelantos (más algunas caras Bs, alguna con remix y todo) y esas portadas borrosas –carentes del glamour, la fantasía e incluso el diseño gráfico que han marcado cada una de las épocas previas del dúo británico–, ¿qué cabe esperar de lo nuevo de Neil Tennant y Chris Lowe? Resulta difícil decirlo, al menos ateniéndonos al sonido de sus singles. ¿Cuál es el hilo conductor entre el disco-soul retro de ‘Monkey Business’, la balada semiacústica ‘Burning The Heather’ –con guitarra de Bernard Butler– y el pop bombástico de ‘Dreamland‘?
Pero a diferencia de ‘Super‘ y ‘Electric‘ –los dos capítulos previos de una trilogía producida por Stuart Price en la que este nuevo trabajo supone el cierre–, parece que en ‘Hostspot’ no hay coartada. O, al menos, muy clara. La impresión es que en él no pretenden nada más (y nada menos) que reunir buenas canciones que, por inconexas que parezcan, funcionen por sí solas y en conjunto. Y lo cierto es que todas ellas lo son. ‘Dreamland’ es un adictivo tema neodisco, de esos de bailar con los brazos en alto, y en el que Olly Alexander ejerce un necesario contrapunto de diva. Paradójicamente, no desentona con ‘Monkey Business’, aunque este se sitúe en el oldschool disco, más funky y más hip hop, jugando espectacularmente con las cuerdas. Sin embargo, mi debilidad personal es el medio tiempo ‘Burning The Heather’, de una melancolía tan bella como contagiosa, y que retrotrae a los Tennant/Lowe de ‘Behaviour’. Las tres, sobre todo, presumen de una elegancia intachable y, sin reinvenciones llamativas, son otra muestra del buen hacer del que Pet Shop Boys llevan exhibiendo más de tres décadas. Quizá parezca poca cosa, pero no, no lo es». Raúl Guillén.
En contra
La deriva de los adelantos de ‘Hotspot’, el próximo disco de Pet Shop Boys ha sido preocupante. Rememorando la década que acaba, caigo en que cada uno de sus álbumes fueron anunciados por alguna canción cuestionable, pero otras inapelables. ‘Elysium’ nos daba dos de cal, las maravillosas ‘Invisible’ y ‘Leaving’, y otra de arena en forma de la flojísima ‘Winner’. ‘Electric’ se reveló con ‘Axis’, un tema potente pero extraño como single y ‘Vocal’, que no sólo es que fuera un sleeper, sino que se acabó revelando como uno de sus grandes clásicos. Lo mismo sucedió con ‘The Pop Kids’ y ‘Super’, tras el estupor que produjo ‘Inner Sanctum’ (y ‘Happiness’ a continuación). Durante esta década pasada, pues, Tennant y Lowe han demostrado estar en una forma estupenda con discos más que solventes y temas que aguantan airosos
Pero, ¡ay! Los tres últimos singles que el dúo ha revelado tienen mucho de cuestionable, pero nada de inapelable. No cuento a ‘Agenda’, fruto del enfado del dúo ante la deriva del mundo en general y del Reino Unido en particular. Han pasado cuatro años desde ‘Super’. Una distancia temporal inusual, que debiera haber servido para pulir un puñado de canciones sublimes. Sin embargo, estamos lejos de lo imperial. ‘Dreamland’ es pegadiza. Las voces de Neil y Olly Alexander empastan muy bien, pero su ritmo recuerda bastante a ‘The Way It Used to Be (uno de los mejores temas de ‘Yes’) y no pasa de eso, de llamativa. ‘Burning the Heather’ parece uno de los temas de relleno de ‘Release’. Es una balada con la guitarra de Bernard Butler, de inspiración muy Bee Gees, muy setentas. Y resulta demasiado insulsa. Destaca la interpretación, claro, de Tennant y la letra tan sumamente triste (“You’ve got me all wrong / I’m not that guy / I’m just the singer of the song in my mind’s eye”). Pero hay que hacer un esfuerzo extra para que te llegue a gustar. ‘Monkey Business’ es divertida e intrascendente; funcionaría mucho mejor como cara B. De hecho, es lo que parece. Y su disco funky llega un par de años tarde. Los Arcade Fire de ‘Everything Now’ ya lo hicieron antes y mejor.
Así que, de momento, ‘Hotspot’ parece una ensalada extraña en la que no sabemos que nos vamos a encontrar, ya que los tres cortes de presentación tienen poco en común entre ellos… Aparte de que su calidad no sea óptima, precisamente. El hecho de que, además, la gira de ‘Dreamland’ se anuncie como de “Greatest Hits”, obviando referencias a ‘Hotspot’, ya me llena de recelo. ¿Desconfían ya tanto de su nuevo disco? ¿Tendré que darle la razón a mi compañero Jordi con lo de que es hora de pasar página con Stuart Price? Crucemos los dedos y esperemos que todos estos temores sean infundados. Mireia Pería.