La controversia es hoy motivo de un artículo de El Español centrado en las connotaciones clasistas del vídeo en cuestión, que ha sido apoyado por artistas como Guille Galván de Vetusta Morla o NEGA de Los Chikos del Maíz. El artículo de Lorena G. Maldonado compara a Rosalía con Jesús Gil y examina el «garrulismo (y machismo) de los fiestones con strippers» aunque sin mencionar que la fiesta había sido organizada por Lizzo (icono del movimiento body positive) o que Rosalía, al contrario que Dua Lipa, ni siquiera es vista en el vídeo lanzando billetes, pues en él se limita a bailar con el móvil en la mano. En cualquier caso, el mensaje último que parece expresar el artículo de El Español es que la misma presencia de Rosalía en la fiesta es suficiente motivo para poner en duda el feminismo de ‘El mal querer‘ (algo que el mencionado medio ya ha hecho en otro texto) al entenderse que con ella está participando en y apoyando la cosificación de la mujer, en lugar de la emancipación de la opresión machista que defiende su segundo disco ganador de un gramófono.
En Twitter, Galván ha defendido el artículo de El Español y ha subrayado que sus valores éticos siempre estarán por encima de cualquier manifestación estética de la riqueza que pueda darse en el pop: «Hacer ostentación permanente de pasta, éxito, joyas y strippers siempre ha sido una paletada, venga de la cuenta de IG que venga. Lo haga Rosalía o Don Johnson». Y ha añadido: «Más allá de Rosalia, quizás tengamos que preguntarnos por qué lo “urban” entendido en un sentido amplio está más cerca de Gucci y sus ostentaciones que de ninguno de los barrios trabajadores que salen en sus vídeos». Por su parte, NEGA ha celebrado el texto de El Español escribiendo que «por fin el periodismo cultural se atreve a decir que tirar billetes, derramar champán y las limusinas extravagantes es una paletada propia de Jesús Gil y no algo moderno. Que tomen nota en Vice». Entre las respuestas al hilo de Twitter en cuestión, una usuaria indica
que los billetes «eran falsos» y llevaban «la cara de Lizzo» impresa y que las bailarinas eran de hecho amigas de la autora de ‘Cuz I Love You‘.El debate despertado por el vídeo ha puesto sobre la mesa también cuestiones de «postureo». Por ejemplo, Pepo Márquez no ha dejado de recordar amablemente a Galván que «la pose y la ostentación forman parte de la cultura hip hop (cultura urbana, para otros) desde su génesis», a lo que Galván ha respondido «que a veces da la sensación de que es más fácil quedarse con el envoltorio que con el contenido». De esta idea de la pose nos hablaba recientemente Pablo und Destruktion en su análisis sobre el trap: “El trap es interesante porque juega mucho con la mentira, el “fake it until you make it”, por eso representa tanto el momento presente, de apariencias, de mentiras y de ficciones». Realidad o ficción, el vídeo muestra a dos jóvenes estrellas del pop participando en un «juego» de clases -o más bien de roles- en el «place to be» tras los Grammys… ¿da el vídeo para semejante drama o estamos volviendo a atizar demasiado fuerte el martillo de la cancelación?