Single / Hola

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Single / Hola

La verdad es que, de todas las cosas que habríamos imaginado haciendo a Single, un nuevo disco de Le Mans no estaría entre las más evidentes. Teniendo en cuenta que siempre trataron de marcar diferencias con aquel segundo proyecto (el primero fue Aventuras de Kirlian) en el que se embarcaron Teresa Iturrioz e Ibon Errazkin, regresar al formato intimista, melancólico y semiacústico del memorable proyecto abanderado (les gustara o no) del Donosti Sound nunca pareció una opción. Ni siquiera cuando se reinterpretaron en esa clave en ‘Anexo’, el disco en directo que sucedió a ‘Monólogo interior’. Pero reducir ‘Hola’ a eso, a una remembranza de Le Mans, sería injusto y simplista en exceso.

El cuarto álbum de originales de Single, efectivamente, puede retrotraernos a la belleza calma y la nostalgia cálida de ‘Entresemana’, ‘Saudade’ o ‘F I N’, claro, puesto que es el tono dominante en él. Incluso alguno de sus temas, como ‘Madrugada Belle Époque’ –que, para más inri, alude a un paseo nocturno por su ciudad natal– y ‘Marta Quimi y yo’ –de un costumbrismo que evoca el de sus inicios, esta vez desde unas vacaciones en Menorca–, podrían haber estado cantados por Jone Gabarain –por increíble que parezca ahora, Teresa no nos regalaba su maravilloso timbre por aquel entonces– y encontrado acomodo en alguno de aquellos discos. Pero, desde un punto de vista estrictamente musical –otra cosa es lo emocional–, ‘Hola’ es un disco muchísimo más elaborado, mimado y rico que aquellas joyas.

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Sin ir más lejos, las dos canciones ya mencionadas: la primera, tiene un deje bluesy tanto en las guitarras como en la línea vocal, que difícilmente hubiera encontrado encaje en aquella etapa; la segunda, va incluso más allá, partiendo de ecos de canción medieval y reorientándose hacia el country-western de Sergio Leone. La cinematografía, de hecho, parece inspirar en buena medida a ‘Hola’, como nos han confesado Teresa e Ibon. Y es que, al margen de la encantadora obertura que da nombre al disco anticipando brevemente cada canción (en plan theme), todo el disco posee una pátina que lo hace sonar de manera coherente pese a detenerse en ritmos tan variopintos como valses –muy especialmente– o boleros, que en su querencia por referencias sonoras mediterráneas y latinas de otro tiempo, más que canciones nos traen a la mente imágenes de películas de Tati, Angelopoulos o Germi.

En ‘Hola’, las siempre elegantes y expresivas guitarras de Ibon –en muchos sentidos, ‘Hola’ suena como una extensión poética y cantada de su último disco instrumental en solitario, ‘Foto aérea’– se aderezan con delicados arreglos percusivos, de teclados y piano (que también aportan, de forma insigne, Genís Segarra –Hidrogenesse– y Antonio Galvañ –Parade–) y, de forma muy significativa, de coros masculinos. Errazkin se lanza a cantar por primera vez en su carrera pública, y resulta todo un descubrimiento, sobre todo, por el precioso contraste que genera con la siempre subyugante voz de Iturrioz, contribuyendo a dar una dimensión majestuosa al disco, sin necesidad de los arquetípicos arreglos de cuerda o metales.

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Otro contraste llamativo de ‘Hola’ es el que se genera entre esos textos costumbristas (además de los citados, ‘El roce’ o ‘El beso’ entrarían en esa categoría) con los que Teresa propone en ‘Pegaso’, ‘Hola, soy Dafne’ o ‘El sueño’, más inspirados por lo mitológico y lo surreal. Pero nada resulta chocante, puesto que la constante es una poesía tan cuidada y delicada como la música que le sirve de vehículo. En la solemnidad generalizada, eso sí, se echa algo de menos un poco de ese sentido del humor tan personal que parecía ya inherente a Single, y que aquí apenas emerge en la graciosa y bonita ‘Canción para hombres grandes’. Como también se echa en falta algún imán de fuerza irresistible, algún single claro como ‘Rea’, ‘Posponías’, ‘La cama’ o ‘Honey’ –un “Tu perrito” parece ya impensable–, que ejerzan de catalizador en el disco. ‘A las seis’ podría serlo, de no tratarse de su tradicional versión, en este caso una de José y Juan, vía Ana y Jaime –suena a broma, pero no lo es–.

En ese sentido, ‘El roce’ es un buen single porque su capacidad para seducir y emocionar con escuchas sucesivas es muy representativa de ‘Hola’, como también lo es ‘Pegaso’ para abrir el disco de forma rotunda y preciosa. La gran joya del álbum parece ‘El sueño’, una canción memorable a la que sobra una primera escucha para revelar su poder y belleza al retratar una experiencia onírica. Contraponiendo delicadeza y grandeza, sencillez y ampulosidad, el dúo alcanza en ella una de las cimas de su carrera. No se presta a remixes ni bailaremos con ella, pero en cambio ejemplifica la envidiable serenidad y exquisitez que Single transmiten en la madurez de su singular proyecto, también imprescindible para definir el pop de nuestro país en el siglo XXI.

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Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘El sueño’, ‘El roce’, ‘A las seis’, ‘Pegaso’, ‘Canción para hombres grandes’
Te gustará si te gusta: Le Mans (esta vez sí), Hidrogenesse, Parade.

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