Best Coast / Always Tomorrow

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Best Coast / Always Tomorrow

«Es más fácil quedarse cómodamente en la locura, pero para mí, llegó un momento en que debía apearme del viaje. Tuve que mirar a la vida y preguntar «¿Por qué sigo haciendo esto? Estaba escribiendo la misma canción una y otra vez: ¡soy deprimente!». Bethany Cosentino habla así en el interesante texto que presenta ‘Always Tomorrow’, el primer disco de sus Best Coast en cinco años. Curiosamente, es algo parecido a lo que mi compañero Jordi Bardají achacaba a aquel ‘California Nights‘: una acuciante falta de madurez que parecía impedir avanzar a su grupo. «Pero no estaba haciendo gran cosa para cambiar aquello», reflexiona ahora la californiana. «Aún me equivoco a veces, pero tengo menos miedo de fallar que nunca. Este disco es la historia de una segunda oportunidad (…) Espero que este disco ayude a la gente». Estamos ante un auténtico disco de auto-ayuda. Y eso, por poco apetecible que suene, es muy bueno.

En estos cinco años Beth, dejaba el alcohol: beber la llevaba a un comportamiento autodestructivo que describe con poca metáfora en el fantástico single ‘Everything Has Changed’, una suerte de ejercicio de escritura que se convirtió en una premonición). Pero además ha aprendido a aceptar que nada puede ser perfecto y, sobre todo, a aceptarse a sí misma con todas sus luces y sombras. Y eso, ser ella misma, la ha cambiado. Menuda paradoja. Dice también Cosentino en la confesional nota de prensa escrita por ella que esa ha sido la mejor manera de romper con comportamientos nocivos que la habían llevado a una parálisis vital y creativa. «Yo quería avanzar / pero yo, yo seguía escribiendo las mismas canciones», canta explícitamente en la urgente ‘Wreckage’. «Ahora que todo se ha quemado / puedo cerrar el capítulo / Si tan solo pudiera darle sentido / cuando da vueltas en mi cabeza / Estoy harta de estar orgullosa / y no tener nada nuevo que decir / Creo que soy la mejor / interponiéndome en mi propio camino», dice de manera enormemente descriptiva en el estribillo de la misma canción. ‘Always Tomorrow’, resume Beth, «trata de echarlo todo abajo y comenzar desde cero incluso cuando esa idea sea aterradora».

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Y lo cierto es que el «ejercicio» le ha salido redondo. Apoyada como siempre en su inseparable amigo y guitarrista Bobb Bruno, junto al productor Carlos De La Garza (Paramore) y Justin Meldal-Johnsen (Beck, Wolf Alice, que ha ejercido de consejero creativo/espiritual) dando una pátina de cromo y neón al conjunto, Cosentino presenta un disco que, efectivamente, la presenta renovada… incluso aunque suene a lo de siempre. Inspirado musicalmente en los 70 (imaginamos que se refiere a que suena como si Kiss hubieran grabado un disco de versiones de The Carpenters), ‘Always Tomorrow’ es un vibrante disco de power pop ultramelódico á là Weezer que, sin renunciar al regusto del surf pop chicloso de los 50s (la preciosa ‘True’, dedicada a un nuevo amor, es el ejemplo más claro) que ha alimentado a Best Coast desde hace ya más de 10 años, reúne otra colección de canciones memorables.

Con la contada excepción de algún momento que resulta excesivamente anacrónico o falto de punch, como ‘Rollercoaster’ (el rollito psicodélico hindú ni está demasiado bien logrado ni marida bien con el resto del disco) o la floja ‘Used To Be’, Best Coast se reinventan a sí mismos a base de lo de siempre, guitarrazos y ganchos por doquier. Con Beth cantando mejor que nunca, canciones redondas como ‘Everything Has Changed’ (con ese arranque glam-hardrockero), la muy Bangles ‘Different Light’, la potente ‘Wreckage’, una arrebatadora ‘Master of My Own Mind’ (una de las que saca mejor partido los teclados de Zac Rae, músico de sesión de Lana Del Rey, Childish Gambino o My Brightest Diamond) o ‘Seeing Red’ (sobre dejar atrás gente tóxica) vertebran un disco muy cañero, disfrutable y divertido.

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Tanto que no se entiende demasiado que ‘For the First Time‘, un medio tiempo de sonido excesivamente sintético haya sido el primer single y uno de los temas centrales del disco (es el corte 3). Su melodía es bonita, claro, pero… La clave es, sospechamos, su letra, que resume bastante bien el espíritu de curación mental y paz con uno mismo que pretende contagiar el álbum. Tras revelar, en uno de los momentos más explícitos y confesionales de ‘Always Tomorrow’, cómo pasaba muchos viernes noche «tirada en un cuarto de baño», Beth se dirige a sí misma (como en gran parte del disco) cuando dice «Y creo que esto es a lo que se refieren cuando dicen / «La gente puede cambiar» / Porque por fin me siento libre / Me siento yo misma de nuevo / Sólo que por primera vez». Es solo otra de las muchas frases del disco que, con sencillez y si realmente estás en un momento anímico malo de tu vida, realmente pueden serte de ayuda. Especialmente si van acompañadas de un envoltorio musical así de deslumbrante y cálido.

Calificación: 7,3/10
Lo mejor: ‘Everything Has Changed’, ‘Wreckage’, ‘Master of My Own Mind’, ‘Different Light’, ‘Seeing Red’
Te gustará si te gustan: Weezer, The Bangles o si fantaseas con un disco perdido de Kiss versionando a The Carpenters.
Escúchalo: ‘Everything Has Changed’ en Youtube.

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