Tras un par de años dando qué hablar en los círculos del rock alternativo británico, al fin el pasado viernes 27 de marzo se editaba ‘925‘, el álbum debut del grupo llamado como muchas canciones populares, Sorry. El grupo londinense erigido en torno a Asha Lorenz y Louis O’Bryen, dos amigos de la infancia, había venido publicando desde 2017 hasta este año un goteo incesante de singles en el potente sello indie Domino Records, y ya se hacía de rogar su primer disco. En él no olvidan ‘Starstruck’, su tema más popular hasta la fecha, pero sobre todo contiene canciones nuevas, mostrando que pasaban de marcarse una suerte de «recopilatorio-debut» porque en ellos no escasea precisamente la inventiva.
Y el mejor ejemplo es ‘More’, el tema con el que a finales de enero anunciaban el álbum y que es, claramente, uno de los grandes ganchos de ‘925’. Y, a pesar de serlo, se ubica significativamente casi cerrándolo como corte 11 de 13. ¿Van tan sobrados? Os lo contaremos en breve en la correspondiente reseña, pero lo que ‘More’ deja claro es que Sorry son capaces de hacer canciones realmente irresistibles ya les de por acercarse al último Bowie (‘Right Round The Clock’) o al jazz (‘Rock ‘n’ Roll Star’). En este caso, aunque ellos citen influencias tan inopinadas como su compañero de sello (Sandy) Alex G, Hermann Hesse, Dean Blunt o Tony Bennett, este tema tiene ese poder de seducción sucia y violenta que presidía algunos de los proyectos de rock alternativo con voz femenina que triunfaron en los 90, como Yeah Yeah Yeahs o The Kills.
A algo así, sin olvidarnos de la primera PJ Harvey, suena ‘More’: con unas percusiones plúmbeas, Asha ronronea con su voz distorsionada mientras percute un bajo henchido de fuzz que conduce a la resultona melodía del estribillo, cantado a coro con Louis. Es solo uno de los recovecos de este ‘925’ repleto de sorpresas, pero uno de los más brillantes e inmediatos.