Según ha confirmado su hija Lola Calderón a Europa Press, ha fallecido Enrique Vargas Calderón, más conocido como El Príncipe Gitano. Tenía 88 años y ha perecido en la residencia donde pasaba sus últimos años, aquejado de coronavirus. Era hermano de la famosa bailaora Dolores Vargas «La Terremoto» –que fallecía algo menos de 4 años atrás–, a la que impulsó en su carrera y acompañó al cante durante años con su alias musical –que le pusieron en su Valencia natal porque era rubio y de ojos verdes, y su madre le llevaba hecho un pincel solo porque sí–. Se hizo especialmente popular a su lado en los años 60 y 70, gracias sobre todo a la célebre rumba ‘Obí obá, cada día te quiero más’ –popularizada internacionalmente por los Gipsy Kings, años después–. Y tuvo un algo mezquino revival a mediados de los 90, ¿gracias? a su versión de ‘In The Ghetto’ de Elvis Presley, que le convirtió en un hazmerreír para las nuevas generaciones. Pero ese sería un bagaje injusto con la carrera de El Príncipe Gitano.
Siendo apenas un adolescente, comenzó a hacer sus primeras actuaciones en el mismo teatro que nada menos que Lola Flores, en los primeros años 50. Y de hecho, pronto fue protagonista de su propio espectáculo de copla y flamenco, que llevó por varios países e incluía en su elenco a unos por entonces solo prometedores Carmen Sevilla, Manolo Escobar y Rocío Jurado, nada menos. Pero estos tuvieron más suerte y vista que su por entonces patrón: él fue el primero en cantar ‘El porompompero’ y ‘Tengo miedo’, pero decidió cedérselas a sus colegas… que luego las convertirían en éxitos descomunales. Su compañía fue también el trampolín de su hermana, donde estrenó su mítico ‘Achilipú’.
Vargas fue un visionario que atinó a modernizar el flamenco y la copla y acercarla a públicos jóvenes, como muestra su adaptación psico-funk de la misma ‘Tengo miedo’, las fusiones rumberas de grandes canciones latinamericanas como ‘Los ejes de mi carreta’ o ‘Cartagenera’ y, también, otras versiones de temas anglosajones –menos esperpénticos– como ‘Delilah’ de Tom Jones u ‘Ob-La-Di, Ob-La-Da’ de The Beatles. Por supuesto tuvo sus años de estrella cinematográfica, como todo cantante de la época que se precie. Pero, como una constante en su carrera, tampoco le fue especialmente bien como actor. Esa especie de malditismo fue casi una constante en su carrera, como cuando estuvo a punto de ir a Eurovisión en 1974 con su hermana y ‘Macarrones’. Al final fue Peret. Pero indudablemente, y pese a careciera de la fortuna indispensable (se dice también que de más cabeza y más voz), sin duda El Príncipe Gitano tiene un espacio significativo en la música popular española.