Westerman fue uno de los nombres más desconocidos por el gran público presentes en la pasada edición del Vida Festival de Barcelona. Él es un muchacho londinense cuya música recuerda al llamado «sophisti-pop» de artistas veteranos como Sade o The Blue Nile y al de artistas contemporáneos como Wild Beasts o MorMor. Su primer disco, ‘Your Hero is Not Dead’, sale el próximo 5 de junio.
Con Westerman podríamos estar el enésimo proyecto de «bedroom-pop» de turno, pero no. Las canciones del británico suenan tan mimadas, elaboradas, matizadas y, ejem, sofisticadas como las de cualquier profesional de la música pop que lleve años dedicado a esto. Will Westerman creció escuchando tanto a Bronski Beat y a Tina Turner como a Nick Drake y Neil Young y de niño fue miembro de un coro. Estas circunstancias han expandido su musicalidad y oído para la canción pop clásica, lo cual se refleja en la composición y en la compleja instrumentación de muchas de sus canciones, como ‘Outside Sublime‘ (atentos a su precioso videoclip) y ‘Waiting on Design’, que con un pie en el art-pop y otro en el easy-listening y el smooth-jazz, desentonarían más en una playlist de hits actual que en radio. La mano de Westerman para la ornamentación instrumental es más evidente aún en temas com ‘Think I’ll Stay‘, la más The Blue Nile de su repertorio.
Las mejores canciones de Westerman pueden ser ‘Blue Comanche’ y ‘Confirmation’. La primera empieza recordando a Fleet Foxes (el artista tiene una canción folki muy bonita llamada ‘Mother’s Song’) pero luego se convierte en una hija muy probable del sonido de Wild Beasts y Cigarettes After Sex, a los que Westerman recuerda vocalmente. ‘Blue Comanche’ es buen ejemplo de cómo unos teclados y unos tarareos bien colocados al final de una canción pueden elevarla sin esperarlo. La segunda, hoy nuestra Canción Del Día, usa el ritmillo de ‘Smooth Operator’ y guitarras y teclados desorientados para minuciosamente construir una composición de pop elegante que se crece en el estribillo final de la manera más sutil posible. Suena a que podría haber salido en los 80 en el mejor de los sentidos. Y ojo al homenaje a René Magritte en el diseño gráfico de su debut: esto sí es tener las cosas claras.