‘Fast As You Can’, ‘Limp’ y ‘Paper Bag’ no habían logrado dar a Fiona Apple el impacto que había tenido ‘Criminal’, pero la sombra del multiplatino en Estados Unidos de ‘Tidal‘ jamás condicionará a la artista. Nunca la veremos a la caza del público mayoritario. ‘Extraordinary Machine’ suena como un álbum que, tomando como base algunas ideas del pasado, abre tímidas nuevas vías para el futuro. ‘Get Him Back’, por melodía, parece empezar donde se queda ‘Fast As You Can’; el álbum se promociona con dos sencillos simultáneos y uno de ellos es una balada al piano grabada en una toma llamada ‘Parting Gift‘: la Fiona que conocimos influida por el jazz sigue ahí.
Sin embargo, la producción del álbum, salvo un par de excepciones, es a cargo de Mike Elizondo (Dr Dre), también encontramos a ?uestlove tocando instrumentos, y pese a que este no es un disco de hip-hop, hay cambios sustanciales. ‘Tymps (The Sick in the Head Song)’ cuenta con un punto tropicalillo con sus marimbas y su retahíla de instrumentos, a saber, un mellotron, un clavinet, un Wurlitzer, una celesta, un «tack piano«… que también repiten en el single ‘O’ Sailor’, donde además encontramos un órgano Farfisa listado entre tantas otras cosas que su enumeración casi requiere de un bidón de palomitas. Y sin embargo… no se nota. La producción es de una sobriedad que ni gusta ni disgusta.
Ni resulta unitaria: las dos canciones que no están producidas por Mike Elizondo lo están por la ex mano derecha de Fiona Apple Jon Brion, con quien había redondeado su gran obra maestra. Estas pistas han decidido situarse abriendo y cerrando el disco. La propiamente titulada ‘Extraordinary Machine’ y ‘Waltz (Better than Fine)’ hacen honor a este último nombre, como invitando a una danza colorida, explotando el lado más luminoso del jazz. «Tymps» y ‘Window’, gracias a sus arreglos, pueden encajar en esa vertiente del álbum, pero el «difícil-tercer-disco» suena un tanto indeciso entre el sonido por el que apostar tras 6 años de espera.
Las letras de Fiona, en cambio, siguen sacando punta a las decepcionantes relaciones humanas. ‘Oh Well’ indica: «cuando yo buscaba tranquilamente afecto / tú estabas buscando mis imperfecciones / qué desperdicio de amor incondicional / en alguien que no cree en las cosas». ‘Parting Gift’ abre los ojos en medio de un beso «más de una vez» para concluir: «aquello acabó mal pero me encanta cómo empezamos». Mientras ‘Window’ opta por cortar algo por lo sano, la agresiva ‘Get Him Back’ planea «cómo matar aquello que no podemos atrapar», y después llama a su siguiente amante «un esnob despreciable» que cayó «tan abajo» que ni se atrevía a «mirar a la cara».
‘Extraordinary Machine’ es, tal y como lo encontrabas en una tienda de CD’s, o tal y como puedes descubrirlo hoy en tu plataforma de streaming favorita, otro buen álbum de Fiona Apple que no representa un enorme paso adelante en lo musical pese al cambio de productor, pero en el que su lengua viperina se mantiene y también el nivel compositivo en cuanto a melodías. El problema es que el disco está completamente perseguido por su historia, la de la filtración de sus primeras maquetas con Jon Brion: ¿qué sería de ‘Extraordinary Machine’ sin su buena ración de fans proclamando, por ejemplo, en los comentarios de Youtube, que las maquetas de este tercer álbum conforman el mejor disco de Fiona Apple, su verdadera obra maestra?
En 2002 han pasado tres años desde la edición de ‘When the Pawn…’ y Brion y McAfee-Maggart -primero el apellido materno- se empiezan a reunir para grabar con la idea de sacar el álbum para otoño. El disco empieza a retrasarse ad nauseam, los fans entienden que a Sony no le está gustando el resultado y emprenden una campaña para que salga cuanto antes, pero no por ello recibiendo más que filtraciones de maquetas sin masterizar hasta que el álbum se edita en 2005 -¡a finales!- y rehecho por Fiona sin Brion, junto a Mike Elizondo. Para entonces son muchos los que ya se habían hecho a las 11 grabaciones filtradas y secuenciadas, es decir, un disco como un piano, y el drama de «la maqueta era mejor», uno de los lugares comunes de la historia de la industria musical, tiene aquí uno de sus puntos de discusión más apasionantes.
Dos canciones de Jon Brion no cambian apenas, algunas sufren grandes retoques (los arreglos de ‘O’ Sailor’ y ‘Get Him Back’ son nuevos, pero el espíritu es muy similar) pero otras parecen canciones completamente diferentes… y algo peores que en su versión original. En la versión original de Brion el álbum se abría de manera imponente con una versión con las cuerdas a todo gas de ‘Not About Love’, y continúa de manera tenebrosa con ‘Red Red Red’, aquí como en una película de miedo. Son dos canciones que en la versión definitiva del álbum no abren sino que casi cierran, haciéndonos reflexionar sobre la importancia de la disposición de los elementos, qué decisiones hacen de un disco una obra de arte y cuáles no.
En declaraciones a Rolling Stone, el reportaje deja claro que fue Fiona y no su discográfica quien no estaba contenta con las grabaciones originales. Apple cuenta que esas canciones podrían haberse quedado incluso sin editar en «territorio «no me importa nada»», y explica que el problema es que «no había tenido tiempo de convivir con las composiciones antes de grabarlas, por lo que realmente no sabía lo que quería». Es gracioso que una frase del álbum sea «estoy indecisa sobre ti otra vez» y que incluso una canción como la gran ‘Please Please Please’ sea una composición sobre la creación musical, en la que Apple bromea: «no más melodías / carecen de impacto / son bonitas / ya se ha inventado antes / ¡danos algo que nos resulte familiar!».
En la versión original del álbum, este era el tema de cierre. Es comprensible que en su huida de lo «familiar», de lo que ya «conocemos», Fiona Apple pasara de la versión original del disco. Para empezar, porque los arreglos quitan peso al verbo. Y además porque ciertos arreglos no acentúan el significado último de la composición. La artista no tenía por qué convertir ‘Extraordinary Machine’ en una banda sonora de Tim Burton, y mucho menos en la banda sonora de ‘Amelie’. Lo malo es que, en su huida razonable, no terminó de dar con una solución alternativa que impresionara tanto como el disco filtrado.
Así, un tercer álbum con una personalidad muy marcada, representando una era muy definida de Fiona Apple, acabó ante nuestros ojos desdibujado. E involuntariamente más que como un disco como una experiencia de comparativa musical sin parangón, a la que estoy seguro de que algún día se le hará justicia en forma de reedición con los 2 discos. Aunque sea en 2045.
‘Fetch the Bolt Cutters‘ es nuestro Disco de la Semana.
Calificación: 7,9999/10
Lo mejor: ‘Not About Love’ (Jon Brion), ‘Get Him Back’ (cualquiera de las dos), ‘O’Sailor’ (cualquiera de las dos), ‘Extraordinary Machine’, ‘Waltz’, ‘Parting Gift’
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Youtube: la maqueta