Conocida es la relación de Madonna con el mundo del cine. Siempre intentó alternar su faceta de cantante con la de actriz, con resultados más (‘Buscando a Susan desesperadamente’) y menos (‘Shangai Surprise’) graciosos. Desde que no fue nominada al Oscar por ‘Evita’ de algún modo desistió y ya tan sólo se involucró en alguna cinta menor, como ‘Algo casi perfecto’ (recurrente en televisión, eso sí), la innecesaria ‘Barrios por la marea’ (con la original, que es brutal, nos bastaba) o aquel cameo en ‘Die Another Day’ que ya era nada y fue reducido a menos en la sala de montaje. En este siglo, ha concentrado sus esfuerzos en construirse más bien como directora, con proyectos modestos y reivindicativos como #SecretProjectRevolution (ojo porque predijo el avance de la ultraderecha), y otros más pretenciosos. Y si todos tenemos claro que no es una buena idea dirigir tu propio biopic, tampoco lo es, visto su CV, que lo haga Madonna.
Lo primero es evidente: cuanto más «autorizado» es un biopic, peores son los resultados artísticos, menos objetivo es el relato. Todo biopic tiende a ensalzar la figura del personaje retratado, pero cuando este además está involucrado, se silencia el ojo crítico, se tiende a convertirle en un héroe, se falta a la verdad. Los resultados de este tipo de proyectos suelen ser un auténtico cuadro: si el biopic de Queen era autorizado, ¿quién demonios aprobaría esa piñata a lo ‘Little Britain’ que jamás estuvo ahí? Si hemos visto a Elton John volando en su película, ¿qué no podrá pasar aquí, en revancha? Este biopic se jacta de narrar la «historia real no contada» de Madonna, y la propia artista ha explicado que su intención con la película es «plasmar el increíble viaje por el que la vida me ha llevado como artista, música, bailarina y como ser humano que intenta encontrar su camino en el mundo». La autora del notable ‘Madame X‘ señala que el «foco de la película siempre será la música» ya que la música es el arte que la «ha mantenido viva», y que no puede haber mejor persona para contar la historia de su vida que ella misma. No lo dudamos. ¿Pero qué nos garantiza que Madonna no va a recordar un poco lo que quiera y a olvidar lo que no le apetezca?
Seguramente la idea parta de los errores biográficos de la película de bajo coste que se ha realizado sobre Madonna y en España está subida en Movistar+, y de ese guión sobre su vida que lleva años circulando por Hollywood con unas críticas estupendas. La participación de Diablo Cody, tierna pero mordaz, era una buena señal. La posible de Julia Garner como protagonista, también. Pero como directora, M no ha mostrado de momento una gran eficiencia en su búsqueda de la objetividad. En ‘W.E.’, su segundo gran trabajo tras las cámaras, retrató la abdicación de Eduardo VIII dado su amor por Wallis Simpson… pasando por encima de su simpatía hacia los nazis. Tampoco se le da muy bien aprobar una caracterización: cuando los personajes envejecían al final de la cinta, el efecto era 100% Joaquín Reyes. En cuanto a dirección, la película era un poco relamida en ejecución, con cierto abuso de la cámara lenta, los subrayados y otros recursos propios de principiante, en sintonía con esa larga lista de videoclips recientes de su discografía en los que se ha implicado demasiado, de los ralentizados de ‘Crave’ a los constantes coitus interruptus de ‘Medellín’ (la intro, las partes sin música); y también con el torpe montaje de sus últimos DVD’s, que ni siquiera quedan cerca de captar la magia indiscutible de sus directos. Nada de esto estaba tan mal como suena, pero nunca dio la sensación de que «el objetivo» fuera su fuerte, como sí lo podía ser la dirección de arte.
Madonna es tan prohibitivamente ultra millonaria que no le importa perder dinero: ‘W.E.’ costó 18 millones de dólares y recaudó 2. Ella fue la productora de la película, que logró una nominación al Oscar al Mejor Vestuario: nadie duda de que esa parte estará cuidada. Probablemente la dirección artística de este proyecto sea un absoluto ostento de alguien que empezó lamiendo pulseras de cuero, crucifijos, rosarios y tachuelas, y terminó haciendo historia de la moda con Gaultier y crucificándose con cristalitos Swarovski. Pero Madonna dirigiendo a Madonna en una película sobre Madonna con canciones de Madonna es demasiado incluso para alguien tan único como Madonna. A buen seguro, la crítica, que siempre acude con el cuchillo en la mano a contemplar todo lo que hace, en el mejor de los casos porque hay quien sabe hacer de una crítica algo divertido y en el peor porque Madonna genera una salvajada de trafiquito, se frota ya las manos para despellejar esto como ya se hizo con ‘W.E.’: con el poco valor que tenía esta película tampoco es que fuera lo peor jamás visto como proclamó la crítica, y de hecho los exigentes usuarios de Filmin la valoraron hace poco por encima del notable. Con esto sucederá lo mismo, pero al cubo: gustará al público o no, pero desde luego ya hay quien tiene pensados sus titulares.