Entre los discos-sorpresa que nos ha dejado la Navidad, no solo hay que hablar de Taylor Swift o de Four Tet. Hagámoslo también de artistas nacionales como Rels B, realmente uno de los cantantes de pop –sorry, not sorry– más exitosos de nuestro país con 6,5 millones de oyentes en Spotify. Casi los mismos que Aitana, el doble que Rozalén y el triple que Pablo López, por compararle con algunos de los artistas que encontramos en el top 10 de ventas de esta Navidad.
‘La Isla’ no ha llegado a dicho top 10 por la ausencia de soporte físico, crucial en el período navideño, irrelevante en semanas venideras, pero sí al top 20, poniendo en relieve la relevancia del mallorquín, que hace un par de años decía que no le importaría retirarse, que solo se veía «un par de añitos más» en esto. Como a C. Tangana en su momento, parece que la proximidad de los 30 se le hace demasiado cuesta arriba.
Rels B no se ha retirado, pero los textos de ‘La Isla’ evidencian el hartazgo de la fama, la aversión al dinero, la búsqueda de la autenticidad… las cosas más importantes para él, Daniel Heredia, a día de hoy. El disco recibe su nombre del aislamiento que produce la popularidad y de cómo no puedes escapar de ella, aunque quieras: el primer tema se llama ‘La prisión’ por un motivo tan claro como la portada del álbum. «Tanta gente detrás de mí / Y yo me siento tan solo / Llevo un tiempo pensando en que / Lo mejor es dejar todo», dice la letra de manera explícita, después de haber revelado que «Esta fama ya ha cambiado a unos cuantos, pero no puede cambiarme a mí». A continuación ‘Yo tengo un ángel’, en la que se afronta el «qué dirán», plantea: «Ya te lo dije una vez, no tengo amigos, tengo hermanos / Y qué me importa el dinero si los tengo aquí a mi lado».
Musicalmente, la producción fiel a sus colegas Itchy & Buco juega con el dembow y los ritmos africanos como si nada hubiera pasado en los últimos 5 años, en concreto desde que arrasara ‘One Dance’ de Drake. ‘La Isla’ es mucho más interesante cuanto más se sumerge en los ritmos latinos tradicionales, cuando una canción se titula ‘Cumbia triste’, cuando el color de una guitarra eléctrica nos lleva a las manos de Santana, cuando la guitarra de Harto Rodríguez, que co-produce alguna canción, construye lo que se llama ‘La última canción’. En otros momentos, sobre todo en la segunda mitad del álbum, se cae demasiado a menudo en el modo «piloto automático», lo que incluye las colaboraciones de Morad y Kaydy Cain.
Pero tampoco hay que buscar ambición donde no había mayores intenciones. Hace poco Rels B compartía un texto en Instagram -su única publicación de la última semana- sobre el éxito de ‘La Isla’, indicando que son unas canciones que grabó «borracho», solo para él y sus amigos. En ese sentido, el disco sí cumple su cometido de hablarnos sobre su manera humilde de ver el mundo. Una en la que no se corta en citar a sus referentes, de J Balvin a Daddy Yankee, como hace ‘Lágrimas de cocodrilo’.
Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘La prisión’, ‘Yo tengo un ángel’, ‘Una cumbia triste’, ‘La última canción’
Te gustará si te gusta: Drake, el C. Tangana de ‘Ídolo’, los anteriores
Youtube: audio de ‘La prisión’