Lil Nas X lo tenía todo para ser un «one-hit-wonder». Su primer single, ‘Old Town Road’, tiene más mochila que la sección escolar de El Corte Inglés: cuando salió fue vetado por las listas country de Billboard, lo cual impulsó aún más su popularidad, gestada en Soundcloud y después en TikTok y, cuando Billy Ray Cyrus se subió a la grabación por petición de Montero, dándole un tortazo a la cara a los puristas del country, ‘Old Town Road’ alcanzó el primer puesto del Billboard Hot 100, posición que ocupó la friolera de 19 semanas, batiendo un récord histórico: es el número 1 más longevo de la historia de la lista.
Lejos de achantarse, Lil Nas estiró el chicle del éxito de ‘Old Town Road’ con el lanzamiento de una serie de remixes que forjaron su imagen de «canción-meme». A su vez el artista salió del armario cuando la canción seguía en el número 1, enemistándose ya no solo con racistas sino también con los homófobos de turno. Las controversias que acompañaron a ‘Old Town Road’ contribuyeron a su éxito pero no a dibujar una imagen seria de Lil Nas X como artista, al que era difícil tomarse en serio dada su inexperiencia en la industria… y a pesar de que la calidad melódica de la canción era más que evidente.
Han pasado tantas cosas con ‘Old Town Road’ que ya nadie recuerda que su base samplea una composición desconocida de los Nine Inch Nails, un dato curioso aunque irrelevante porque el sample no es obvio. Lil Nas compró dicha base por 30 dólares en internet, grabó la canción en un estudio de Atlanta un 2 de diciembre de 2018 y la publicó ese mismo día. Era la época en que arrasaban en Estados Unidos ‘Sicko Mode’ de Travis Scott y Drake y ‘thank u, next’ de Ariana Grande, y Lil Nas X (que antes había publicado una mixtape por su cuenta que hoy le avergüenza recordar) luchaba por ser alguien mientras residía en casa de su hermana porque sus padres no apoyaban su carrera musical.
Una vez el éxito de ‘Old Town Road’ se le fue absolutamente de las manos el rapero se encontró con el deseado apoyo de una maquinaria industrial que iba a saber cómo sacarle partido. ‘7‘, su EP de debut, recibió una nominación a los Grammy, en la categoría de Álbum del año (?) a pesar de ser un trabajo más que cuestionable y ‘MONTERO’, su primer álbum oficial, es un macrolanzamiento con todas las de la ley, de esos cuya campaña de márketing solo se ve en artistas del tamaño de Taylor Swift, Lady Gaga o Beyoncé. Él está listo para ser tan grande como ellas.
La campaña de ‘MONTERO’ ha sido orquestada con ingenio para dar que hablar: el vídeo «blasfemo» de ‘MONTERO (Call Me By Your Name)’, que forja su lugar en la historia en el momento en que Lil Nas empieza a descender a través de una barra de striptease hacia el infierno, ha sido uno de los temas más comentados de todo 2021, el de ‘INDUSTRY BABY’ pone el foco en la liberación sexual de los hombres gays negros desde un contexto tan tóxicamente masculino como la cárcel, marcándose un finalazo de los que ponen los pelos de punta; y Lil Nas ha tenido la «gracia» de «embarazarse» los días previos a la salida con un bombo de mentira que ha paseado por Instagram hasta que por fin ha «dado a luz». Por supuesto, su presencia en las redes sociales forma 100% parte de su carrera profesional: cuando el artista mete un zasca en Twitter se entera hasta tu vecina y sus vídeos de TikTok están casi tan elaborados como sus videoclips. Faltaba por ver si todos estos esfuerzos promocionales desembocaban en un disco que valiera la pena aunque, visto lo visto, lo raro hubiese sido que no lo hubiera hecho: ni Lil Nas ni su equipo iban a permitir que el álbum les jugara en contra.
Es fácil observar con las gafas del escepticismo un producto tan manufacturado como el de Lil Nas X, pero ‘MONTERO’ también es un producto auténtico que lleva la personalidad de su autor marcada en todas las canciones. Su voz y sus letras, que hablan de traumas familiares, homofobia, ideaciones suicidas, la presión de la fama o relaciones tóxicas desde una honestidad bastante refrescante, llevan el timón de un trabajo que expande el sonido de Montero Lamar Hill hacia direcciones tan diversas como el trap-pop, el folk, el indie-rock y el grunge con más o menos acierto. Las producciones «urbanas» -a cargo principalmente de Take a Daytrip- son genéricas y algunas guitarras eléctricas suenan a la peor cara de Los 40 Principales o de Katy Perry, hasta el punto de que se puede decir que lo único mínimamente moderno que rodea el álbum es la portada animada del disco que se ha subido a TIDAL. Sin embargo, ‘MONTERO’ cumple su función de entretener como disco de pop-rap que no busca ser la segunda venida de Jesucristo y su secuencia aguanta bien el tipo gracias a la solidez de las melodías, la cual pocos podían poner en duda de todas formas aunque algunas sean mejores que otras.
La campaña del disco ha puesto toda la carne vegana en el asador con ‘MONTERO (Call Me By Your Name)’, una canción decente pero que llama más la atención por lo que se parece a ‘Malamente’ de Rosalía (no en vano, Filip Cústic es autor de la portada del single) que por su sobada melodía tipo Western, y que ha arrasado en buena parte gracias a su videoclip. Por mucho que los números digan otra cosa, «Call Me By Your Name» no es la mejor canción de Lil Nas X y no puede serlo cuando ‘INDUSTRY BABY’ existe con un estribillo tan adictivo y unas trompetas tan festivas que te hacen querer salir del armario otra vez solo para celebrarlo más todavía. La co-producción de Kanye West se nota… pero no tanto y la canción, que habla sobre el estrés de superar el éxito de ‘Old Town Road’, es icónica desde su mismo título, casi un alias para el artista. Más reflexiva pero similar en lo musical, Montero dedica ‘DEAD RIGHT NOW’ a esos amigos que ahora solo le quieren por interés antes de mencionar que su madre, que es adicta, le pegaba de pequeño, mientras ‘THAT’S WHAT I WANT’ convence por su ambición de ser simplemente una divertida canción de pop-rock que versa sobre el deseo de encontrar el amor. También a destacar, ‘SCOOP’ equilibra humor y una producción diferente en la que Doja Cat deja uno de sus entretenidos versos, mención a J Lo incluida.
Al margen de los puntos fuertes de ‘MONTERO’, el disco encuentra otras maneras de mantener el interés aunque sin alcanzar el nivel de su primera mitad. Es curiosa la presencia de guitarras eléctricas en el disco, pues no pueden sonar más añejas ni cuando viran hacia el indie-rock (‘LOST IN THE CITADEL’) ni cuando se inspiran en el grunge (‘LIFE AFTER SALEM’), pero ambas canciones proponen una visión diferente de Lil Nas X en la que el rapero no suena incómodo. La sombría ‘VOID’ incluso puede tocar la fibra sensible cuando el rapero canta que está «atrapado en un mundo en el que hay tanto por demostrar». El rock de Lil Nas X suena tan «fake» como el de Olivia Rodrigo pero las canciones nunca son un despropósito y, especialmente, la historia de un amor imposible de ‘LOST IN THE CITADEL’ constituye un digno cuarto o quinto single. Más en su salsa suena Montero en el pop-folk de ‘TALES OF DOMINICA’ y la bonita balada final, ‘AM I DREAMING?’, en la que aparece Miley Cyrus para cerrar círculo y brillar como siempre en lo vocal.
Escuchado el largo llama la atención cuánto de pop y cuán poco de rap incorpora un álbum que supuestamente vive en ambos estilos. Cuando Megan Thee Stallion espeta su verso en la boba ‘DOLLA SIGN SLIME’ es ella a quien hay que prestar atención en lugar de al cantante principal y el rap de 8 horas de Jack Harlow en ‘INDUSTRY BABY’… está ahí. Lil Nas X se desarrolla más bien como cantante en un debut en el que es capaz de emocionar con una balada tan bonita como ‘SUN GOES DOWN‘, donde recuerda los días en que le daba vueltas a la idea de quitarse la vida («quiero escapar, no te voy a mentir, no quiero vivir, pásame una pistola y veré el sol») por culpa del racismo y la homofobia interiorizadas. Incluso los versos de ‘ONE OF US’ que se pueden considerar de rap son, en realidad, bastante melódicos. Es la balada trap-pop del disco donde colabora Elton John tocando al piano, otra muestra de que Lil Nas X ha publicado su primer disco con el apoyo de una industria que obviamente quiere que triunfe. Como icono gay y afroamericano en el mundo del rap, Lil Nas ya ha hecho historia y marcado a una generación. En lo musical ‘MONTERO’ es un disco digno del que puede sentirse orgulloso tras haber superado el miedo del «one-hit-wonder». Veremos adónde más nos lleva esta historia.