En la última edición de FLORES EN EL ESTIÉRCOL uno de los editores de JENESAISPOP acotaba esta playlist como “música en los márgenes de la más rabiosa actualidad”. Aunque certero, puesto que la frecuencia de publicación a menudo supone una zancadilla para los amantes de la inmediatez noticiera, esto me ha dado que pensar que, en realidad, no es la ubicación temporal lo que distingue a FLORES EN EL ESTIÉRCOL, sino más bien la intención de escapar del hype, mostrar la cara menos sobada de la actualidad musical. Disgresiones que quizá solo me importen a mí mismo aparte, de lo que viene cargada la nueva edición de esta esquiva sección es de discos que se están publicando en el siempre agitado Q4. Entre estos, hay literalmente para todos los gustos: desde el rock americano más genuino, como el de la eminente Brandi Carlile en ‘In These Silent Days’ (que se abre, en varios sentidos, con la emocionante ‘Right On Time’) o el de hábiles revisionistas del pasado como My Morning Jacket y The War On Drugs, pasando por la irrupción de figuras de futuro como Alexa Rose; al pop divertido y bailable pero profuso en matices como el de Self Esteem (Rebecca Lucy Taylor deja ya muy atrás su carrera como batería de Slow Club), junto a noveles de enorme interés como Joy Crookes, Maisie Peters, L Devine y Matilda Mann.
Entra ambos aparentes extremos, un mundo. O muchos, mejor dicho: el post-emocore del grupo de nombre inacabable The World Is A Beautiful Place & I Am No Longer Afraid To Die (ojo a una ‘Queen Sophie for President’ capaz de poner de acuerdo a fans de The Cranberries y American Football), el pisco-funk-soul de Mild High Club, la fiereza melódica de Church Girls, el pop de guitarras heredero del C-86 de The Lathums, la primera ‘M1xtape’ de Larry Pink The Human (proyecto de la mitad de Slaves con el reputado productor Joylon Thomas) o, claro, la BSO del falso documental protagonizado por St. Vincent. El maravilloso e impredecible corte titular de ‘The Nowhere Inn’ hacen que su score sea mucho más que una mera anécdota.
Y, como siempre, no nos olvidamos de lo que pasa en España: ‘Pódium’ -el autocalificado “disco raro” de Algora-, ‘Rumba o nada’ -confirmación del talento único de Paco Moreno (entre la rumba y el garaje)-, ‘Canciones’ -regreso en largo que glorifica la militancia indie de Carlos Gasca (con joyas a lo Family como ‘Cuando vengas’)-, ‘Lo que te pide el cuerpo’ -consagración de la frescura y juventud desbordantes de Las Dianas-, ‘Golden’, -ambicioso debut con efluvios de trip hop y electrónica elegante de la barcelonesa Iris Deco-, ‘Deseo querer’ -ansiado álbum del desencorsetado trío barcelonés Diamante Negro– y ‘Autoerótica’ -puesta al día del folclore del interesante Ronroneo– son trabajos que dan cuenta de lo interesante que sigue siendo nuestra escena.
Y por si no era del todo evidente, los avances de próximos discos de Rufus T. Firefly (casi bailables en la audaz ‘Polvo de diamantes’) y Summer Spree (aliado a una Cabiria que refrenda el gran nivel de ‘Ciudad de las dos lunas’) o el acercamiento a la rumba quinquillera de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba para la BSO de ‘Las leyes de la frontera’, sumados a soberbios singles de mujeres talentosas como Valdivia, El Momento Incómodo y François, dan cuenta del nivelazo. Y no olvidemos Latinoamérica, siempre estimulante, que esta vez nos invita a traer de vuelta dos nombres que ya cupieron entre estas Flores recientemente: Silvana Estrada y Ximena Sariñana, en este caso de la mano de Camilo Séptimo.
En el ámbito anglosajón, rescatamos de un posible olvido maravillas como recientes singles de Curtis Harding (rememorando a la legendaria Motown en ‘Can’t Hide It’, Portugal.The Man (con la voz invitada de Cherry Glazerr), Holly Humberstone (maravillas como ’Scarlett’ deberían llevarla muy alto), Josef Salvat (últimamente inspiradísimo), Ari Lennox, Snail Mail (a punto de editar su esperado segundo largo), Miles Kane y tres diferentes pero venerables compositoras norteamericanas: Aimee Mann, Julie Doiron y nuestra debilidad A Girl Called Eddy, en este caso en su alianza con Fugu bajo el apelativo de The Last Detail. Mucha crema que degustar.