La ruptura de Britney Spears y Justin Timberlake copa titulares de la prensa rosa y supone el fin de una de las parejas doradas de Hollywood. Los rumores apuntan a que Britney le ha sido infiel a él, pero cuando Diane Swayer pregunta a Britney durante una entrevista “qué le has hecho que le ha causado tanto daño”, la cantante responde: “Cada uno tiene su versión de la historia. Técnicamente no estoy diciendo que esté equivocado, pero tampoco estoy diciendo que tenga razón”.
Sobre partitura, cada uno comunica su “versión de la historia”. Justin publica ‘Cry Me a River’, en cuyo videoclip una doble de Britney aparece siéndole infiel a Justin con otro hombre; y en la balada ‘Everytime’ Britney pide compasión y perdón “por haberte hecho daño” a un sujeto indeterminado que solo puede ser Justin. La canción que cierra ‘In the Zone’ alcanza el número 1 en Reino Unido tras el éxito de ‘Toxic’, y es una de las baladas de Britney más populares.
‘Everytime’ nace durante la gira de ‘Dream Within a Dream’ de Britney allá por 2002. Britney la escribe junto a su corista y amiga Annet Artani mientras ambas “sollozan por culpa de los hombres”, pero el equipo de Britney intenta borrar su nombre de los créditos de composición y, en palabras de la propia Artani, le hace creer que ha sido Britney quien ha tomado la decisión. La amistad entre Britney y Annet termina cuando la primera desaparece de su vida de la noche a la mañana tras cambiar su número de teléfono misteriosamente.
Producida por Guy Sigsworth, entonces conocido por ser integrante de Frou Frou y por haber trabajado con Björk, Madonna o la misma Imogen Heap, ‘Everytime’ es una sobrecogedora balada al piano que incorpora notas de una caja de música. A falta de una palabra mejor para describirla, es fantasmagórica. En el estribillo, Britney canta que “cada vez que intento volar caigo / sin mis alas me siento tan pequeña” y rara vez ha sonado más abatida y vulnerable.
‘Everytime’ genes polémica cuando se filtra a la prensa que Britney desea suicidarse en su videoclip. La cantante desmiente el rumor y afirma que la muerte representada en el vídeo es accidental, pero la pieza final no muestra un deceso final. La mayor parte del vídeo, muy parecido al que Madonna estrena unos años antes para su single ‘Drowned World / Substitute for Love’, reflexiona sobre las presiones de la fama que acompañaba a Britney en aquel momento.
Una década después, ‘Everytime’ aparece en una escena genial de la película de 2013 ‘Spring Breakers’, la película de Harmony Korine sobre cuatro jóvenes que, durante sus “vacaciones de primavera”, conocen a un camello y terminan en el mundo de la violencia y las drogas.
Los coqueteos de Britney con la música caribeña se remontan a aquella cosa llamada ‘Soda Pop’ que aparecía en su primer disco. En ‘In the Zone’, ‘Showdown’ y ‘The Hook Up’ se acercaban al dancehall y al reggaetón de forma mucho más adulta, interesante y divertida, pero es ‘Slumber Party’, el segundo single de ‘Glory’, la joya del lote.
‘Hotline Bling’ de Drake parece la inspiración de ‘Slumber Party’, si bien la producción de Mattman & Robin busca un sonido más orgánico con la incorporación de vientos metal grabados en directo y un simpático ritmillo tipo «tic de reloj». Debajo de toda la instrumentación, un envolvente «groove» de sintetizador marca la melodía mientras Britney se regodea en el placer del sexo detrás de la metáfora de la «fiesta de pijama» y los baños de burbujas.
‘Slumber Party’ fracasa en listas pese a ser una de las mejores canciones de 2016, pero musicalmente es un absoluto acierto por muchos motivos. La apoteosis de trompetas es maravillosa y el single es editado con la colaboración de Tinashe, que mejora la grabación original gracias a su sensual voz. Además, en el rodaje de su videoclip, Britney conoce a Sam Asghari, su actual prometido.
‘How I Roll’ es una de las canciones de Britney que más respeto han obtenido del pop culto pese a no haber sido nunca lanzada como single. Rolling Stone la eligió como una de las mejores 100 canciones de la década de los 2010 y la considera precursora del sonido PC Music; David Byrne la incluyó en una de sus playlists y Björk la pinchó hace unos años en un bar gay de Londres.
Esta divertida producción de Bloodshy (sin Avant) integra la voz de Britney en un espectáculo de palmas y burbujas sintetizadas que revolotean alrededor de una melodía tan dulce y suave como una nube de azúcar. En los versos, el productor transforma a Britney en un robot al que parece que se le ha acabado la batería y, a lo largo de la canción, utiliza los jadeos de Britney a modo de percusión. ¿Y no suena la melodía un poco francesa?
‘How I Roll’ es una de las canciones más creativas presentes en el catálogo de Britney. Precursora o no de la PC Music (antes llegó Gwen Stefani y todo el j-pop), el hit de k-pop ‘Bubble Pop!‘ de HyUna suena muy obviamente inspirado en ella y existe un mash-up genial de ella con ‘Paper Planes’ de M.I.A. que revela su fondo siniestro dentro del pandemonio de disparos y cajas registradoras.
En septiembre de 2003, Britney estrena el que va a ser el primer single de su nuevo disco en la gala inaugural de la NFL. Un mes después se morrea con Madonna en la ceremonia de los MTV Video Music Awards. La controversia suscitada por el beso más famoso del siglo XXI (¡haz esto, Iker Casillas!) desemboca en la eventual colaboración de Madonna en ‘Me Against the Music’.
En un primer momento, ‘Me Against the Music’ recibe críticas encontradas. No es la gran colaboración que se espera de las dos estrellas. Pero Madonna no iba a estar en la canción y se nota: cuando en los primeros segundos Britney recita que “soy yo contra la música” y Madonna contesta “y yo también”, como si apareciera por detrás de repente, da ganas de que Britney le responda “¡hostia, es verdad, no me acordaba!”
‘Me Against the Music’ es un single arriesgado. El sello no quiere que presente ‘In the Zone’ pero Britney impone su visión y acierta. Al margen de que resulta un éxito comercial, la canción sigue dando un verdadero subidón de energía gracias a su sonido funk con guitarras acústicas. ‘Me Against the Music’ otorga mucho más peso al frenesí de la base (poli)rítmica que a la melodía y las estrofas están prácticamente rapeadas: la que precede al estribillo es un verdadero trabalenguas.
En esta oda al baile que se presta a algunos remixes fantásticos como el de Justice, Britney no se entrega a la música: la desafía. Ella se convierte en la misma música cuando baila. Esta pasión por el baile queda reflejada en una letra llena de sudor y gente que baila amontonada en una discoteca, y también en algunas de las coreografías más afiladas de su carrera. La fiesta de ‘Me Against the Music’ realmente no necesitaba a Madonna, pero estos son los volantazos que da a veces la industria.
will.I.am. es capaz de lo mejor y de lo peor, pero todos los méritos de ‘Scream & Shout’ no se los puede llevar él. ¿Cómo no iba a molar una canción producida por Lazy Jay, la misma persona que se encarga de la base de ‘212’ de Azealia Banks?
Lanzada a finales de 2012, durante la extraña etapa de Britney en X Factor, ’Scream & Shout’ se convierte en un “grower” comercial a lo largo de 2013. Es la 10ª canción más exitosa de aquel año (la posición global más alta para Britney desde ‘Toxic’) y alcanza el número 1 en Reino Unido y España, algo que Spears no lograba desde los tiempos de ‘In the Zone’. Es su último gran éxito comercial si no contamos ‘Work Bitch’, otra co-producción de will.I.am. que sale al año siguiente y resulta otro “grower” pero esta vez en streaming.
‘Scream & Shout’ tampoco va corta de atractivos artísticos. Su producción de electro-house futurista es una de las más elegantes y oscuras que ven la luz en la época de auge de la EDM en el mainstream; su sample de “It’s Britney, bitch” es un anzuelo bobo pero efectivo, el inicio sci-fi con “bring the action” es espectacular y Britney, que a duras penas canta en la canción y, cuando lo hace, se la escucha muy poquito, deja unos versos hablados con acento británico que no puedes evitar imitar cada vez que la canción suena en una discoteca.
En 2018, ‘Scream & Shout’ es objeto de una demanda cuando Tulisa reclama legalmente a los productores de la canción ser incluida en los créditos de composición. Ella es autora de la canción original, ‘I Don’t Give a Fuck‘, que ya cuenta con la misma producción de Lazy Jay pero no con la misma letra, la cual will.I.am. modifica cuando la canción llega a sus manos. Curiosamente, los coros de Tulisa permanecen en el lanzamiento oficial sin que ella aparezca acreditada en un primer momento, lo cual consigue cuando gana el pleito.
Como curiosidad, a principios de 2013 se edita un remix de hip-hop de ‘Scream & Shout’ con la participación de los raperos Hit-Boy, Waka Flocka Flame, Lil Wayne y Sean Combs para el que se estrena un videoclip diferente, pero la versión original la eclipsa por completo.
Max Martin aplicó la fórmula de ‘…Baby One More Time’ a no pocas canciones de Britney Spears. ‘(You Drive Me) Crazy’, el tercer single extraído de aquel álbum, es el ejemplo más temprano y también fue un éxito global por cuenta propia, aunque ya no repitió los 18 números 1 obtenidos por «Baby». Fue top 5 en UK, top 10 en USA y alcanzó un gran éxito en todo el mundo.
Si ‘…Baby One More Time’ triunfó gracias a su dramático estribillo «I must confess, I still believe», ‘(You Drive Me) Crazy’ optó por uno más festivo y apto para los Chikiparks en los que también sonaba sin parar ‘Everybody’ de los Backstreet Boys. El tema incorpora el sonido de unas simpáticas campanillas tanto en su versión original (incluida en el álbum) como en el remix que se editó como single.
Uno de los primeros hits de Britney más icónicos, ‘(You Drive Me) Crazy’ contó con un videoclip que, a ojos de un niño o niña de 7 u 8 años, era la cosa más guay del planeta. Britney aparecía vestida de camarera en patines y ejecutaba una coreografía acompañada de una silla. Melissa Joan Hart, es decir, Sabrina, incluso realizaba un cameo después de aparecer Spears en la serie. El single ha envejecido peor que otros pero, en su momento, simplemente fue lo más.
El primer single de ‘Femme Fatale’ representa una de las producciones más bestias que se pueden encontrar en la discografía de Britney. La base euro-dance diseñada por Dr. Luke, Max Martin y Billboard parece pesar toneladas y el puente hace uso de un beat de dubstep que se adelanta a la insufrible moda de “drops” similares que marcará el pop mainstream de los próximos 2 o 3 años.
En contraste, el estribillo de ‘Hold it Against Me’ es dulce y ultra-pop, casi eurovisivo, y el parecido de la letra con la del hit de country de 1979 ‘If I Said You Had a Beautiful Body Would You Hold It Against Me’ de los Bellamy Brothers provoca que estos amenacen públicamente a los productores con una denuncia por plagio. La demanda nunca se materializa y los Bellamy terminan pidiendo “disculpas” por las acusaciones.
De manera bastante reveladora, la co-autora Bonnie McKee asegura que la letra de ‘Hold It Against Me’ se le ocurre un día que se topa con Katy Perry -quien iba a grabar la canción originalmente- en el estudio y le tira un piropo por su cuerpo. No cuela: ‘Hold it Against Me’ no será ni la primera ni la última vez que Max Martin compondrá una canción inspirada en otras cosas y no pasa absolutamente nada. A veces, el celo de los artistas con su obra alcanza niveles de absurdo insólitos.
Curiosamente, ‘Hold it Against Me’ es uno de los «lead singles» de Britney menos recordados. El tema arrasa en los primeros días de lanzamiento y debuta en el número 1 de Estados Unidos para luego caer en picado, pero aunque es exactamente la 40ª canción más exitosa de 2011, por lo que aparece en el recuento de Mediatraffic; a día de hoy ni la propia Britney la interpreta en sus conciertos. Por otro lado, su videoclip lo tenía todo para triunfar: contaba la historia de su ascenso al estrellato y posterior caída a los infiernos, incluía una escena en la que dos Britneys pelean a muerte y el plano de Britney cantando ante una corona de micrófonos era espectacular. Sin embargo, su baja forma como bailarina en esta época es patente, y diluye el impacto de un vídeo que podría haber sido mucho mejor.
El estribillo “a veces corro, a veces me escondo, a veces me das miedo, pero lo único que quiero es abrazarte muy fuerte” puede ser uno de los más mojigatos de la historia, pero el segundo single de ‘… Baby One More Time’ es uno de los más recordados de Britney si tenemos en cuenta las cifras de su videoclip en Youtube, que rondan los 230 millones de visualizaciones y con razón.
Otra de esas canciones de Britney que se consideran baladas pero que, por tempo, no lo son, ‘Sometimes’ es el epítome de la pureza y ternura que la cantante transmitía a finales de los años 90, cuando contaba 17 años. En el videoclip aparece junto a sus bailarines completamente vestida de blanco y, en uno de los pasos de la coreografía, todos ellos forman un corazón.
La producción de bubblegum-pop de ‘Sometimes’ es de factura sueca, pero no lleva la firma de Max Martin, y la melodía es tan bonita que escucharla hoy es experimentar un shock nostálgico de los que recuerdas durante varios días, a lo cual contribuye enormemente la actuación vocal de Spears, una de las artistas de pop contemporáneas que mejor han sabido transmitir emociones a través de la voz. ‘Sometimes’ es gran ejemplo de ello.
De no ser porque la banda sonora de ‘Crossroads’ se integró a la secuencia de ‘Britney’ de mala manera, alterando lo que podría haber sido un «tracklist» perfectamente coherente, ‘Cinderella’ habría sido single. El destino quiso que jamás viera siquiera una actuación en directo: Britney siempre la consideró demasiado “adolescente” y la canción ha quedado prácticamente en el olvido pese a quedarse muy cerca de igualar el nivel de sus mayores éxitos con Max Martin… si es que no lo iguala.
Efectivamente, ‘Cinderella’ es otra de las composiciones de pop colosales de Max Martin pero evolucionada hacia lo que se podría considerar un teen-pop futurista o de de ciencia ficción. Las baterías agresivas a lo Michael o Janet Jackson marcan el ritmo de una canción que suena enfundada en una armadura de metal y acero y cargada con una pistola láser, la misma con la que Britney deja atrás una relación tóxica por la que no va a “sacrificar” su capacidad de amar.
En esta heroica composición, Britney interpreta a una Cenicienta empoderada que ya no se va a rendir ante cualquier príncipe. En la letra canta que «ya no creo en los cuentos de hadas» y que «tengo que vivir mi vida» y se compromete a no regresar a esa relación nunca más. ¿Adolescente? Puede, pero en ‘Cinderella’ la Geisha de ‘Born to Make You Happy’ ya no está ni se la espera.
‘Femme Fatale’ no es el disco más vendido de Britney, pero sí produjo la serie de singles más exitosa de cualquiera de sus álbumes, lo que incluye ‘Criminal’, la balada/medio tiempo con flauta que cierra el disco… aunque al principio no fuera así.
‘Criminal’ es otra de las composiciones de Max Martin y Shellback incluidas en el álbum de Britney de 2011, pero desde luego no la típica. No sé cuántas canciones de pop han incorporado una melodía de flauta, pero me atrevo a decir que no muchas, y la inspiración 60s/70s de la canción va más allá cuando descubres que la melodía es prácticamente una variación de la de ‘The Logical Song’ de Supertramp. De haber salido hoy igual se tendrían que haber añadido nombres a los créditos de composición.
Ni el videoclip de ‘Criminal’, lleno de violencia doméstica y disparos, y en el que la cantante y su entonces novio Jason Trawick atracan una tienda y sobreviven a un tiroteo policial gracias al amor, ni la polémica suscitada por el rodaje del videoclip en Londres en los días de los England riots, consiguen que ‘Criminal’ se convierta en hit. Tiene que llegar TikTok una década después para que ocurra y ‘Criminal’ es a día de hoy la octava canción de Spears más escuchada en Spotify por delante de ‘I’m A Slave 4 U’. Nada mal para un cuarto single que pasó algo desapercibido en su momento.