Música

Arca / KICK iiiii

Arca maneja el lenguaje de la diva, el de la reinvención, y a lo largo de su pentalogía ‘KICK’, la productora venezolana no se ha quedado corta a la hora de enseñar todas o casi todas sus facetas artísticas. Su trituradora sónica ha engullido los ritmos del reggaetón, el folclor venezolano, la IDM de Aphex Twin, la música electro industrial, la bass music, el ambient, la balada cyborg… ¿Qué le quedaba por hacer? En la quinta y última entrega de la pentalogía queda claro: desnudarse por completo.

Publicado casi por sorpresa, pues Arca ni siquiera lo había anunciado, ‘KICK iiiii’ es el disco más minimalista de la serie y probablemente de toda la discografía de Alejandra Ghersi. La mayoría de pistas son instrumentales e investigan una única idea, sin enredarse en los laberintos sonoros y rítmicos que caracterizan la música de la artista. Es una colección de pequeños estudios sonoros, cada uno de ellos diferente al anterior, que parece reunir una serie de cabos sueltos que quizá no encajaban en ninguna otra parte de su discografía, pero que juntos conforman un trabajo más interesante de lo que parece.

El cambio es refrescante. ‘Pu’, una sencilla nana tocada al sintetizador, abre el disco tras una intro susurrada que ya había aparecido en la pista de 62 minutos ‘@@@@@@‘; y el espíritu de Isao Tomita asoma de hecho en una de las composiciones más logradas, ‘Amrep’, también al sintetizador, y que empieza como una pieza de synth music espacial de Steve Hauschildt para después irse enturbiando poco a poco.

Cuando Arca mezcla sintes y piano le puede salir una cosa tan amorfa como ‘La infinita’, que parece un experimento de John Cage, pero cuando se pone a construir mundos y ambientaciones es capaz de sumergirnos en la belleza de ‘Fireprayer’, una composición celestial, dominada por unas cuerdas pulsadas que suenan como una pipa china, pero que de repente rompe en un solo de piano tocado por Sia que lleva la canción al terreno del Brill Building (en serio).

Entre las mejores pistas de ‘KICK iiiii’ no se encuentra la colaboración de Ryuichi Sakamoto, que recita otro texto sobre el alien interior de Arca en ‘Sanctuary’; pero sí la balada al piano ‘Chiquito’, en la que la voz ventrílocua de Arca (compuesta por una voz natural y otra apitufada) canta sobre «reventar» y «azotar» a la persona amada. Y también cabe destacar las alboradas notas de piano de ‘Ether’, muy Eluvium, o sobre todo ‘Estrogen’, una emotiva pieza instrumental tocada al cuatro venezolano que Arca ya había sampleado en ‘Mequetrefe’.

La voz natural de Arca es la protagonista de ‘Tierno’, una composición, ejem, tierna pero que no ofrece nada nuevo que no ofreciera ya el álbum homónimo de la artista de 2017, y los exquisitos beats volcánicos de ‘Crown’ (otra de las pistas inéditas que los fans pedían) cierran con bastante más fuerza de la esperada un álbum reflexivo que ejerce de epílogo necesario a tan ambicioso proyecto.

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: arca