Biznaga editaron uno de los álbumes nacionales imprescindibles de la época pandémica, ‘Gran pantalla‘, un excitante trabajo de punk-rock que reflexionaba sobre el capitalismo, la esclavitud a la tecnología y las redes sociales y que el grupo llegó a colar en el top 5 de la lista de álbumes española.
Dos años después, la banda madrileña volverá con un nuevo álbum que verá la luz el 22 de abril bajo el título de ‘Bremen no existe’. Bremen es uno de los 16 estados federados en que se divide Alemania, y la ciudad homónima es conocida por su papel en el comercio marítimo. Sin embargo, el grupo todavía no ha compartido más información acerca del disco o de su concepto.
Sí se conoce, desde hace unos días, el primer adelanto oficial de este disco que editará el sello Montgrí (Cala Vento, LA ÉLITE). ‘Contra mi generación’ es otra de esas composiciones de Biznaga que analizan la sociedad actual, pero también es uno de los singles más claros que han publicado en mucho tiempo. Lo has podido escuchar en la reciente edición de «Sesión de control«.
‘Contra mi generación’ se dirige a la generación de jóvenes actuales no solo desencantados con la situación laboral actual, sino directamente afectados por la misma, por parafrasear las recientes declaraciones de Carolina Durante a este site. En concreto, la canción apela a la alta tasa de suicidios entre los jóvenes y a la precariedad laboral, en rimas tan improbables como «toda esa gente en edad de pirarse a un PAU / o tirarse de un puente sin decir ni ciao» o en frases que hablan de una población «precarizada» y «aspiracional» que se encuentra «atrapada en el ascensor social». ‘Contra mi generación’ se jacta irónicamente de ser una «canción de amor», y hay algo en su melodía que transmite cierta congoja, a pesar de la potencia guitarrera y vocal de la canción. Sin embargo, la letra no renuncia a la esperanza en un estribillo que reza que «lo que no pudimos hacer / aún es posible tal vez».
Según explica Biznaga, ‘Contra mi generación’ es «una canción de amor frustrado contra esa forma de identidad colectiva, siempre difusa y conflictiva, que supone lo generacional. También un ajuste de cuentas con nosotros mismos, que busca la confrontación en el espejo retrovisor de las expectativas generadas por los futuros perdidos, en un momento límite en el que las categorías ‘todo’ y ‘nada’ parecen especialmente confusas».