¿Por qué Mad Cool infravalora a sus «cool girls»?

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¿Por qué Mad Cool infravalora a sus «cool girls»?

Hay un momentazo en la película ‘Perdida’ de David Fincher (ya presente en el libro homónimo de Gillian Flynn que adaptaba) en el que se habla de las “cool girls / tías guays”. Sin entrar en spoilers, se habla de cierto ideal masculino y hetero, de esa novia perfecta que nunca se enfada, que disfruta de cervezas, pizza precocinada y alitas de pollo (eso sí, sin ganar ni una talla) mientras ve el fútbol con su novio: “los tíos usan esa frase, ¿no? «Es una tía guay» es casi el cumplido perfecto”. Se habla de cómo ser una chica muy guay y a la vez estar, en todo momento, detrás del hombre.

Tove Lo, una de las artistas más interesantes del pop de nuestro tiempo (y sin “del pop”), se inspiró en ese momentazo y ese concepto para el lead-single de ‘Lady Wood’, su segundo disco, consiguiendo con ‘Cool Girl’ el que sigue siendo su mayor éxito en plataformas sin contar los hits de su debut. Por supuesto, no faltó entre las canciones que interpretó ayer en Mad Cool… fuera del escenario principal. Y fuera de los cabezas de cartel. Como Sigrid. Como Carly Rae Jepsen. Como Phoebe Bridgers. Como, incluso, Zara Larsson y St. Vincent.

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David Moya
Mad Cool tiene varios problemas (están siendo especialmente notorias las quejas por el caos en las salidas, en parte consecuencia del acuerdo económico que tienen con Uber), pero, centrándonos en lo musical, éste es uno muy importante y que no se entiende. Sobre todo después de un día en que tres de los mejores conciertos del festival son de tres mujeres que dieron sobradas muestras de poder llevar adelante un escenario más grande y con mejores condiciones acústicas que el de Región de Madrid (aunque ayer pareció haber pequeñas mejoras en el sonido) y, sobre todo, de poder aguantar un show de mayor duración.

Podemos medio-entenderlo en el caso de Sigrid (que tampoco… ejem, Yungblud), pero es surrealista en el caso de St. Vincent y Tove Lo, ambas presentando su sexto y quinto disco de estudio, respectivamente. Tove Lo directamente se las vio putas, como ella misma diría, para hacer aunque fuese un repaso rápido a su discografía en el huequecito de menos de una hora a las 2 y pico de la madrugada que ocupaba. Y, aun así, fue uno de los highlights del festival. Arrancando con ‘Bikini Porn’, fue single tras single (‘Glad He’s Gone’, ‘Cool Girl’, ‘Are U Gonna Tell Her’, ‘Talking Body’ y ‘Disco Tits’ seguidas), antes de meternos de lleno en el drama con ‘Not On Drugs’, ‘True Romance’, ‘How Long’ y, por supuesto, ‘Habits’. “Espero que estéis listos porque vamos a bailar, vamos a llorar, y luego vamos a bailar y llorar a la vez” dijo en una de sus pocas intervenciones, no porque no interactuase con el público -se lo llevaba de calle-, sino porque no había tiempo material. Salvo un pequeño respiro gracias a su banda (maravillosa la chocho-batería) en ‘Not On Drugs’, la sueca no paró ni un momento de moverse, bailar y cantar tirando de su característica voz rasgada en numerosas ocasiones.

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Pendiente del bienestar del público como hiciera antes el líder de Imagine Dragons (ambos se tomaron un momento para, al ver señales de altercado, preguntar si todo andaba bien y pedir que nos cuidásemos y disfrutásemos), Tove pudo incluso aprovechar el tiempo para presentar -acompañada de un vídeo en el que se la veía llevando un strap-on- el siguiente single, ‘Die 4 You’, que apunta a banger de los que ella sabe hacer, sample de ‘Popcorn’ de Crazy Frog incluido. Será el tercer single de ‘Dirt Femme’, su quinto disco de estudio, donde también se encuentran ‘No One Dies For Love’, que funcionó de lujo como canción de cierre, y ‘True Romance’, cuya interpretación en directo despejó cualquier duda al respecto de la canción. Ella misma definió el tema como “un viaje al que os quiero llevar durante unos minutos”, y lo cierto es que es una canción que cuece a fuego lento y consigue meterse dentro de ti y llevarte con ella de forma similar a ‘hey you got drugs?’.

Esta última fue una de las ausencias destacadas, junto a ‘stranger’, ‘bitches’, ‘True Disaster’ y, sobre todo, ‘Moments’, que quizás podría haber ocupado el hueco de ‘Not On Drugs’ (por cierto, todos los temas del debut se tocaron con una versión más dirigida a su sonido actual). En cualquier caso, un bolo excelente que podría aparecer en a una guía de “cómo aprovechar tu mini-hueco en un festival”, y que podría haber sido aún mejor de contar con otras condiciones.

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Algo parecido pasó con St. Vincent. No conocía su directo y a priori no estaba tan interesado en ella como en otros nombres del festival; sin embargo, acabé el bolo con la certeza de que pagaría con gusto la entrada para un concierto solo de ella. Annie Clark es un absoluto animal escénico, volviéndose una con su banda y el público, bajando a interactuar con sus fans, marcándose un duelo de guitarras con su colega, bebiendo de una petaquita y derrochando complicidad con sus coristas. De hecho, en la despedida eran las coristas quienes cantaban el “it’s just the sun” de ‘The Melting Of The Sun’ mientras ella tocaba, dejándose caer finalmente en los hombros de una de ellas.

Annie portaba una chaqueta con la palabra “Daddy” en lentejuelas, y con ella brillaron tanto los hits de ‘MASSEDUCTION’ como ‘New York’ o ‘Los Ageless’ como las canciones del reciente -y peor valorado- ‘Daddy’s Home’ o incluso ‘Your Lips Are Red’, de su debut. Uno de los solapes, junto al de Tove con Foals, era el de St. Vincent con The Killers. Quisimos ver el inicio de la banda estadounidense, aunque supusiese perdernos los primeros temas de la autora de ‘Fear The Future’.

Mad Cool

Y Brandon Flowers volvió a demostrar ser otro animal escénico: los chicos empezaron a lo grande con ‘The Man’, uno de sus hits más recientes, y que desde luego redondea el aura de estrella de un elegante Brandon que parecía a medio camino entre Andrew Garfield y Tom Cruise cuando hacía guiños a los seguidores. No es que Brandon interactuase con el público, es que el público era suyo. “¡Mad Cool, estamos vivos! Han sido unos años duros, ¿no?”, comentó poco después de empezar, comentando que éste “ha sido un tiempo de mucha soledad, pero mirad a vuestro alrededor… ¡aquí nadie está solo! Aquí nadie está solo, y vamos a tocar rock n roll”. The Man.

Un símbolo de infinito en los teclados y lanzamientos varios de serpentinas llamaban también la atención, mientras se sucedían ‘Jenny Was A Friend Of Mine’, ‘Smile Like You Mean It’, ‘Shot At The Night’… y hubo que marchar si queríamos ver a St. Vincent. Sí que hemos sabido que la banda aprovechó para estrenar en directo nuevo tema, ‘Boy’, seguramente contenido en la continuación de ‘Pressure Machine’. Brandon intentó hacer un vídeo en directo con el evento, pero se encontró con problemas técnicos como el resto de los allí presentes, a quienes la cobertura nos iba y venía por la alta concentración de gente.

Antes de The Killers fue el turno de otro de los cabezas de cartel del día, Imagine Dragons, de nuevo en otro solape, en este caso con Sigrid. Ya les vi hace unos años en Dcode, y de nuevo Dan Reynolds demostró ser un absoluto showman, además de conseguir que la nobleza y buenas intenciones presentes en sus letras y sus discursos sean realmente creíbles. Reynolds habló de su esposa e hijos presentes allí, defendió los derechos LGBT, se interesó por el público y llegó a parar el concierto ante lo que parecía ser un desmayo, sin continuar hasta asegurarse de que el chico estaba siendo atendido. Todo esto, por supuesto, además del absoluto espectáculo y derroche de adrenalina que son en directo, desde el vibrante inicio con ‘It’s time’, ‘Believer’ o ‘Thunder’ hasta terminar por todo lo alto con ‘Radioactive’, pasando por supuesto por temas de su nuevo disco, ‘Mercury Acts 1 & 2’, como el megahit ‘Enemy’. En ese mismo escenario también presentaban unas horas antes su último disco, ‘Comfort to me’, los australianos Amyl and the Sniffers, aún con el sol abrasando al público. La banda liderada por Amy Taylor se defendió con solvencia ante las inclemencias del tiempo recordando temas de sus anteriores discos como ‘Some mutts (can’t be muzzled)’, con el que cerraron.

David Moya

Y, volviendo al escenario “pequeño” con artistas enormes, como decimos Sigrid fue una de las grandes bombas de la noche. Mientras escribo el final de esta crónica me encuentro con una reflexión similar del director Guille Guerrero, responsable de videoclips como ‘Merichane’, y una de las caras conocidas que pasaron por el festival junto a los actores César Vicente, Óscar Casas o Álvaro Rico. Desde luego es para darle una vuelta, porque a pesar de ir solo por su segundo disco, Sigrid demostró unas tablas que ya quisieran muchos para sí, jugando con el público, pidiendo su colaboración en palmadas, correteando de un lado a otro mientras cantaba temazos como ‘Don’t Feel Like Crying’ o ‘Strangers’ sin que se le fuese una nota. El protagonista fue sobre todo su último disco, con ‘Bad Life’ (la colaboración con Bring me the horizon), ‘A Driver Saved My Night’ y cierre a lo grande con ‘Mirror’, pero hubo espacio para el anterior, para la lordiana e inédita en álbum ‘Head On Fire’ junto a Griff, y hasta para su EP debut, con la aparición de ‘Plot Twist’.

Precisamente en su EP de debut se incluye ‘Don’t Kill My Vibe’, de la que contó al presentarla que aún recurre a ella cuando piensa que esto le viene grande y que no es capaz, para demostrarse a sí misma que sí que lo es. Además de la canción, también podría verse su propio concierto de ayer en cualquier momento en que tenga dudas sobre sus capacidades.

Menos conseguido fue, en ese mismo escenario pero unas horas antes, el show de London Grammar, que presentaban el reciente ‘Californian Soil’. Hannah Reid y el resto de su banda fueron un poco lo contrario que Sigrid en cuanto a desparpajo y comunicación con el público, y aunque a nivel técnico estuvieron correctos repasando temas clásicos de su repertorio como ‘Hell To The Liars’ y extraídos de este último como ‘Lose your head’ (original unida al remix para cerrar), fue un bolo un tanto monótono y sin mucha chispa.

David Moya

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