Soul of a Beast (Lorenz Merz)
Fue la favorita del público en el Atlántida Mallorca Film Fest, la versión física del festival de Filmin. Chicos guapos (entre ellos la suiza Ella Rumpf, la hermana mayor de ‘Crudo’, vista en series como ‘Tokyo Vice’ o ‘Succession’), skaters, mescalina, katanas… ‘Soul of a Beast’ es una cautivadora fábula juvenil llena de romanticismo, euforia y angustia adolescente. El objetivo declarado de su director, Lorenz Merz, es transmitir visualmente la experiencia de estar enamorado, representar en imágenes los sentimientos de un padre adolescente que se debate entre la responsabilidad paterna y los impulsos de una pasión amorosa arrebatadora. Y lo ha conseguido.
Con la vista puesta en la caligrafía visual de Wong Kar Wai y la sensualidad casi mística de los movimientos de cámara de Terrence Malick, el director suizo pone en imágenes la tormenta emocional en la que se ve atrapado el protagonista. Un viaje iniciático hacia el amor, narrado por un extraño samurái, que transcurre por un escenario urbano indeterminado, donde se hablan muchos idiomas y la revuelta social está a punto de estallar. Una arriesgada combinación de géneros y tonalidades que, lejos de caer en el efectismo hueco, funciona sorprendentemente bien como representación de la poética del amour fou en tiempos convulsos. 8
Bruno Reidal, confesión de un asesino (Vincent Le Port)
Tras su paso por el festival de Cannes, el debut en el largometraje de Vincent Le Port triunfó en el Atlántida Mallorca Film Fest, logrando el Premio de la crítica. ‘Bruno Reidal, confesión de un asesino’ se inspira en la historia real de un seminarista que degolló a sangre fría a un niño en una zona rural de Auvernia (Francia) en 1905. ¿Por qué un joven tímido, estudioso y piadoso como Reidal fue capaz de cometer un crimen tan brutal?
A partir de las confesiones del asesino, recogidas en un informe clínico por el pionero de la antropología criminal Alexandre Lacassagne, la película va desentrañando el misterio. A través de una narración sobria y una ambientación muy cuidada, conocemos más datos sobre el criminal: el ambiente familiar donde se crió, un hecho traumático que ocurrió en su infancia, sus pensamientos más íntimos… Toda una serie de pistas presentadas en forma de flashback, que lejos de cerrar incógnitas abren más interrogantes: ¿cuál es el origen de la pulsión asesina que anida en el interior de Reidal: genético, psicológico, social…? Un enigma que por su complejidad, por su naturaleza inasible, resulta aun más perturbador. 8’5
Pequeño cuerpo (Laura Samani)
Otro debut fabuloso, presentado también en Cannes, ambientado en la misma época que ‘Bruno Reidal’ (principios del siglo XX) y con varios galardones en su haber: premio del público en el Festival de Sevilla y David di Donatello a la Mejor ópera prima. Laura Samani narra el viaje que emprende una joven madre junto a su hija recién nacida muerta (el “pequeño cuerpo” del título) con destino a un santuario en las montañas. Un lugar donde, según la tradición, los bebés pueden resucitar durante un breve lapso de tiempo y así poder ser bautizados para evitar que pasen la eternidad en el Limbo.
Con una puesta en escena muy dardenniana, con la cámara pegada a la protagonista, ‘Pequeño cuerpo’ narra un fascinante relato épico por un mundo preindustrial, muy físico, muy sensitivo, muy ligado a la tierra, donde sobreviven tradiciones paganas y dialectos ancestrales (la película está hablada en friulano y veneciano). Un viaje iniciático protagonizado por una madre con voluntad de hierro, que le sirve a Samani para introducir jugosas relecturas feministas, comentarios LGTB+ y una visión de los mitos populares llena de riqueza estética y metafórica. Sin duda, una directora a seguir muy de cerca. 8’5
Magnetic Beats (Vincent Cardona)
Y seguimos con debuts. Vincent Cardona ganó el Cesar a la mejor ópera prima con este homenaje a las radios piratas de los ochenta. ‘Magnetic Beats’ está ambientada en 1981 en una pequeña ciudad francesa de provincias. Mientras en la televisión aparece François Mitterrand (el Partido Socialista ganó por primera vez las elecciones tras décadas de gobiernos conservadores), a través de Radio Varsovia, emisora pirata que llevan dos hermanos, suenan Iggy Pop, Joy Division, The Undertones, Die Krupps… Parecen tiempos de cambios. Sin embargo, estos aún tardarán en llegar. Uno de los hermanos, un talentoso técnico de sonido, es enviado a Berlín Oeste para hacer la mili. Pero hay un problema: está enamorado de la novia de su hermano.
A partir de esta premisa, ‘Magnetic Beats’ se desarrolla como un relato de iniciación, de apertura a horizontes geográficos y vitales. Una nostálgica crónica sentimental y musical (a destacar la secuencia de la rave en Berlín Este), mezclada con toques algo más convencionales de drama amoroso y familiar. Estos ejes temáticos confluyen en varias set pieces que funcionan a modo de virtuosas y románticas performances musicales, secuencias “eléctricas” marcadas por la presencia casi fetichista de la cinta de casete y un sentido del ritmo que eleva las “pulsaciones magnéticas” de la película y las de los espectadores. 7
Earwig (Lucile Hadzihalilovic)
Con su tercer largometraje, la francesa Lucile Hadzihalilovic (‘Innocence’, ‘Evolution’) vuelve a demostrar que es una cineasta superdotada a la hora de construir atmósferas misteriosas, hermosas y profundamente perturbadoras. Aunque narrativamente se pase de críptica, dejando al espectador solo y desamparado en un bosque de símbolos de difícil interpretación, ‘Earwig’ es visual y musicalmente tan poderosa, tan sugerente, que es muy fácil dejarse arrastrar por sus imágenes pictóricas y sus sonidos hipnóticos (atención a la extraordinaria banda sonora de Warren Ellis).
Adaptación de la novela homónima de Brian Catling, conocido por ‘Vorrh. El bosque infinito’ (Siruela), ‘Earwig’ es una oscura fábula de terror gótico protagonizada por una niña con dientes de hielo y su hermético cuidador, quien debe reponerlos cada día a partir de su saliva. Dos personajes enigmáticos que habitan en un claustrofóbico apartamento en algún lugar de Gran Bretaña en los años 50. A partir de una llamada telefónica, la película se expandirá hacia territorios insospechados, con la aparición de nuevos personajes y subtramas tan inescrutables como subyugantes. 7’5
BONUS TRACK: el festival también incluye la copia remasterizada de ‘Yo, Cristina F’ (1981), un clásico del cine de yonquis que reseñamos hace unos años. Aún hoy es uno de los filmes alemanes más taquilleros de la historia. Y su banda sonora, compuesta por canciones de Bowie (quien aparece en la película cantando ‘Station to Station’), fue también un gran éxito, contribuyendo a que una canción como ‘Heroes’, que suena varias veces en el filme, se convirtiera en un himno generacional.