Demi Lovato ha publicado este año su disco más oscuro en el sentido musical, pues ‘HOLY FVCK‘ se asienta cómodamente en el estilo de rock duro que asociamos más bien a artistas como System of a Down, Evanescence o Deftones. Comercialmente no ha dado a Demi los resultados esperados pero, a nivel artístico, es uno de sus mejores trabajos.
Entre temas que recuerdan lo mismo a Hole (‘SKIN OF MY TEETH‘) que a Avril Lavigne (‘4 EVER 4 ME’) que a Paramore (‘SUBSTANCE‘), Demi ha conseguido viralizar ’29’ gracias a su estribillo tipo himno y a una letra que habla de cosas como la diferencia de edad y el consentimiento. Sin embargo, otro corte de ‘HOLY FVCK’ merecería igual aceptación.
Puestos a hablar de lo duro que suena ‘HOLY FVCK’ (por ejemplo el tema titular) es obligado mencionar el corte más duro de todos. ‘EAT ME!’ es toda una declaración de intenciones: Demi canta que ya no es la artista «limpia y fácil de digerir» que era antes, que ya no va a diluir su discurso por nadie, y en el estribillo se hace casi un Taylor Swift al anunciar la «muerte» de esa vieja Demi. «Es el puto momento de llorar», canta, con mala baba. «Ya no te lo puedo dar masticado, la cena está servida y está en el suelo».
En ‘EAT ME!’, Demi canta acompañada de la artista Royal and the Serpent, y juntas galopan encima de una base musical de rock apabullante donde las estrofas arrastradas en el fango dan paso a un estribillo energético, rabioso y liberador. La frase «me vas a tener que comer tal y como soy» se convierte en un eslogan que, en el punto álgido de la canción, Demi gruñe con toda la fuerza que cabe en su cuerpo. Entonces las guitarras ya se desbocan por completo y el «head-banging» es inevitable.
El mensaje que deja ‘EAT ME!’ es que la industria de la música busca hacer «posible lo imposible». Quiere que sea «menos predecible, menos política, no tan original pero, a la vez, individual» y que acepte los dobles estándares de siempre: «intenta ser sexy, pero no demasiado sexual, sé presentable y un poco más accesible». Demi desafía: «¿te gustaría más si no me opusiera (a todo esto)?» Demi claramente se opone y, en ‘EAT ME!’, entrega su canción más agresiva y confrontacional. Le sienta de lujo.