Asisto con asombro a la noticia que circula por el mundo de que Beyoncé ha batido un récord de nominaciones en los Grammys. No porque no se lo merezca, pues desde adolescente casi nunca ha parado. Es que jamás ha ganado el premio a Álbum del Año, jamás ha ganado el premio a Grabación del Año y solo una se pudo hacer con el Grammy a Canción del Año, por ‘Single Ladies’. Circula, por tanto, la teoría de que es la niña mimada de la Academia, y simplemente no es verdad.
Sus derrotas contra Adele han sido muy comentadas, porque nos encanta enfrentar mujeres, y porque esta última afirmó que no merecía ganar por ’25’, pero recordemos también que ‘Crazy In Love’ perdió contra ‘Clocks’ de Coldplay o que ‘Halo’ perdió contra ‘Use Somebody’ de Kings of Leon. Esto último sería lo que tendríamos que recordar ad nauseam y no lo de Adele. De los 28 Grammys que acumula Beyoncé, casi todos fueron en las subcategorías R&B, alguno en rap, alguno en urban, alguno en vídeo y alguno en cine… pero a la hora de dar lo bueno de verdad, la Academia pasa de ella. ¿No es peor que te nominen y siempre te decepcionen a que te ninguneen? ¡Para eso que no la inviten!
‘RENAISSANCE’ o al menos la primera parte de él, tiene armas suficientes para que la Academia haga justicia al fin a Beyoncé. Su homenaje a la música negra, la cultura LGTB+ a través del recuerdo a su tío, y a la cultura voguing ha sido otro éxito que debería acortar la distancia entre sus reconocimientos y los de Taylor Swift. Esta lleva ya 3 Grammys a Álbum del Año, que podrían ser 4 cuando ‘Midnights‘ sea elegible.
En general, la categoría de Álbum del Año este año suena OK. Por supuesto duelen los ojos de ver ahí las últimas entregas de Coldplay y Lizzo, pues los dos descaradamente se concentraron en ofrecer lo mejor de sí mismos en singles sueltos; pero ilusiona ver ahí a ABBA más que por ‘Voyage’ por la puesta en valor de toda una carrera. Y merecen plenamente su sitio Bad Bunny, Harry Styles y Kendrick Lamar. Que ganara cualquiera de los 3 sería una alegría también. De hecho, este último también merecería su gran momento, aunque simplemente no ha parecido ser su año, por mucho que aquí hayamos defendido y sigamos defendiendo ‘Mr. Morale & the Big Steppers‘. En todo caso, no hay lista del año que pueda pasar de estos álbumes, que son los mejores discos de pop del momento. Lo que nos lleva a la amarga ausencia de ‘Motomami’.
‘Motomami’ de Rosalía aparece nominado en 2 categorías menores (latino alternativo, mejor película por el concierto de TikTok). Es el mejor disco valorado del año en Metacritic, lo cual ha llevado a muchos a la decepción. Sin embargo, hay que dar un paso atrás para recordar varias cosas:
1) Rosalía es catalana y su disco está en castellano. La única razón por la que Bad Bunny está nominado en Álbum del Año es porque ‘Un verano sin ti’ lleva casi todo 2022 en el número 1 del Billboard 200.
2) Por el contrario, el recorrido comercial de ‘Motomami’ en el Billboard 200 fue limitado y breve. Es cierto que ‘Despechá’ después se coló en el Billboard Hot 100, pero lo que fue el disco en sí no tuvo el impacto comercial que un disco de los Grammy suele tener. Hay excepciones y discos minoritarios con Grammy (Beck, Arcade Fire), pero son eso, excepciones.
3) Por esto último, que un disco sea el mejor valorado en Metacritic a los Grammys les da igual. Si no, Nick Cave, Fiona Apple, Stars of the Lid… tendrían muchos premios, y no es el caso.
Mientras en Canción del Año sí encontramos las grandes canciones pop del año, esto es, ‘As It Was’, ‘Break My Soul’, ‘About Damn Time’; la polémica salpica las categorías dance y rock, pues no logran ser un referente en lo suyo. La primera, con Diplo y Beyoncé; la segunda, con Bryan Adams y Red Hot Chili Peppers.
Más excitante es la Alternativa: todo lo que hay nominado es crema tanto en disco como en canción: Big Thief, Arcade Fire (si la Academia jamás canceló a Chris Brown, que sigue nominado, no les iba a cancelar a ellos), Wet Leg, Yeah Yeah Yeahs, Florence + the Machine y Björk. Detengámonos en esta última porque ‘Fossora’ no encabezará las apuestas pero debería. La islandesa ha sido nominada 15 veces sin recibir ningún premio.
‘Post’ y ‘Homogenic’ perdieron como “actuación alternativa”’. Al menos lo hicieron contra 2 discos tan históricos como el ‘MTV Unplugged’ de Nirvana y ‘OK Computer’ de Radiohead. ‘Bachelorette’ y ‘All Is Full of Love’ perdieron como vídeo. ‘Medúlla’, ‘Volta’, ‘Biophilia’, ‘Vulnicura’ y ’Utopia’, todos uno detrás de otro, perdieron su Grammy a Álbum del Año Alternativo. Lo mismo ‘Fossora’ no es mejor que el disco de Big Thief pero aquí ya hablamos de justicia poética.
Para todos aquellos indignados con el caso ‘MOTOMAMI’, al menos Rosalía ya tiene un Grammy a mejor disco latino alternativo por ‘El mal querer’. Björk es una de las que nada, como Morrissey, Public Enemy, Depeche Mode…
Cada vez que recordamos la historia de los Grammys nos enfadamos mucho, pero quizá cada vez hay que ir entendiéndolos como lo que son. Yo ya no espero ver mis discos del año (Fontaines DC, Kae Tempest) nominados a todo, ni siquiera en una subcategoría. Los Grammys se han convertido en los sustitutos de unos Premios MTV que han dejado de tener repercusión. En los 90 y los 2000 era difícil acceder a la gala de los Grammys desde España, pues nunca tuvo el halo ni la repercusión de los Oscar. No me creo que nadie por aquí recuerde las victorias en Álbum del Año de Steely Dan, Ray Charles, Dixie Chicks, Herbie Hancock, Robert Plant y Alison Krauss o la banda sonora de O Brother, Where Art Thou? de los años 2000. Ahora al menos hablamos de que Billie Eilish está justamente reconocida y Lana del Rey injustamente ninguneada.
En 2023, los Grammy tienen la oportunidad de volver a ser relevantes. Y lo lograrán, tras el traspiés con Jon Batiste del año pasado, haciendo que sea la noche de Beyoncé.