The Flaming Lips: «Nos honra que la gente use nuestra música para superar el dolor»

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The Flaming Lips: «Nos honra que la gente use nuestra música para superar el dolor»

‘Yoshimi Battles the Pink Robots’ (2002) es el disco más famoso de The Flaming Lips, con permiso de ‘The Soft Bulletin’ (1999). En gran parte, porque contiene la canción-emblema de la banda: la sublime ‘Do You Realize??’, el mayor himno al Carpe Diem jamás hecho en el pop, aunque te recuerde que (y precisamente por eso) todo la gente que conoces un día morirá.

«Yoshimi» cumplió los 20 años el pasado mes de julio, y The Flaming Lips lo han celebrado sacando una reedición monumental repleta de extras, demos y versiones grabadas durante la época, amén de una gira de aniversario que todavía no tiene fechas previstas en España. Este ‘Yoshimi Battles the Pink Giants’ edición 20 aniversario está de momento disponible en CD y en plataformas. Su salida en formato vinilo está programada para abril. Y quién mejor para hablar de esta reedición, música, vida y robots rosas que el propio Wayne Coyne. Por zoom tiene todo el aspecto y actitud de un teleñeco dicharachero: pelos locos, viste lo que parece una bata raída, expresión risueña…

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A Wayne se le ve exultante por el simple hecho de estar vivo. No para de dar vueltas con su iphone por su casa-estudio, mientras se deshace en una verborrea desbordante: un torrente de palabras tal, que unas veces no me deja ni acabar la pregunta y otras responde lo que le da la gana, independientemente de lo que yo haya preguntado.

¿Sabes que hablamos hace ya dos años? Durante la pandemia, para el lanzamiento de ‘American Head’.
Oh, genial. ¿Estamos ya conectados?
Sí. Yo estoy en Barcelona, en mi piso.
Yo en mi estudio, en mi casa. [NdE: Me hace una pequeña panorámica por una especie de habitación revestida de madera y llena de cachivaches y teclados. Yo, por el bien de mi portátil y todo el parapeto que tengo montado para grabar la entrevista por-si-el-zoom-gratuito-no-se-graba (no falla: esta vez tampoco se graba), prefiero no mover nada mucho…]

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Cuando te entrevisté, hace más de dos años ya, en septiembre u octubre de 2020, estábamos en medio de la pandemia y los confinamientos. Y me dijiste que no sabías si íbamos a volver a la normalidad. ¿Qué piensas ahora? ¿Hemos vuelto a la vida “normal”? Al menos, para The Flaming Lips. ¿O hay alguna cosa que haya cambiado para siempre?
Básicamente sí. Muchos de nosotros cogimos el covid: mi mujer lo tuvo dos veces, nuestros hijos lo han pasado, muchos del grupo lo han pasado… Pero por suerte nadie ha muerto. Así que, por esta parte, hemos sido afortunados. Dimos todos esos conciertos en nuestra ciudad, Oklahoma City, en “burbujas espaciales” y fueron bien. Y hemos ido saliendo al mundo, cada vez más.

Y sí que hay cosas que han cambiado… ¡pero muchas para bien! Muchos de los los sitios donde tocamos, después de haber estado prácticamente cerrados durante dos años, han mejorado mucho: sus sistemas de sonido, el espacio, etc. Así que nos sentimos aliviados y felices al ver que ahora somos un grupo más grande, más fuerte, mejor equipado de lo que éramos antes. Ahora también hay otra ola de coronavirus, y gripe y todo eso, así que, probablemente, es algo que siempre estará con nosotros. Pero me alegra de que la pandemia haya acabado, porque para mí no era solo por los conciertos, ni estaba preocupado por la música, porque siempre puedes hacer música: era el miedo a que tu familia o tú enfermarais o más cosas…

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Hicisteis los conciertos en “burbujas espaciales” como una manera de poder tocar y evitar los contagios. ¿Funcionó? ¿Fue una experiencia satisfactoria? ¿Cuántos conciertos llegasteis a dar?
Dimos 10 en total. Empezamos pensando que solo serían dos. Hubo más demanda, dimos otros dos, luego otros dos… El último concierto lo dimos en marzo de 2021. Paramos porque pensábamos que la pandemia ya había acabado (aunque no fue así). Y fueron muy estresantes: cada vez teníamos que hacernos un test y en aquellos momentos, al principio de la pandemia, no podías conseguir hacerte un test. ¡Ni siquiera podías comprar mascarillas! ¡Fue una absoluta locura! Pero ya hacia al final se empezó a vacunar todo el mundo y salimos de la peor etapa. Fueron un gran éxito. Muy divertidos, mágicos. Y estresantes, porque si los 500 asistentes a uno de nuestros conciertos se hubieran puesto enfermos, hubiera sido terrible. Así que también fue una responsabilidad enorme.

El motivo principal de la entrevista es que ‘Yoshimi Battles the Pink Giants’ ha cumplido 20 años y lo estáis celebrando. Para mí ha sido una sorpresa, porque parecéis una banda poco anclada en la nostalgia. Al menos, en la nostalgia por vuestro pasado. Así que, ¿por qué decidisteis celebrarlo de una manera tan fastuosa? Habéis publicado una reedición en tres CD’s y otra en cinco discos de vinilo (que saldrá en abril), además de una gira.
Estoy de acuerdo en que The Flaming Lips es un grupo que siempre se mueve hacia adelante. Pero nuestro mánager, Scott Booker, es un gran fan: adora The Flaming Lips y es un gran coleccionista de todo lo que tenga que ver con nosotros. Y creo que estuvo planeando esta recopilación desde que el disco salió [en 2002]. Grabó varios conciertos de la época. No todos-todos, porque no era tan fácil entonces. Pero de cada concierto que se grabó [de aquella gira], fue muy ducho encontrándolo y consiguiendo los derechos. De cada programa de radio que hicimos también, aunque le llevara un par de años conseguir la grabación y los derechos. Así que esta edición ha ocurrido gracias a él. Él ya planeó esta colección, escogió cuidadosamente todo lo que hay dentro. Cuando encontró la maqueta original de ‘Do You Realize??’ fue la joya de la corona de su búsqueda. Mucha de la música conectada a ‘Yoshimi…’ nunca se publicó. Vale, puedes escucharla por internet, pero no era algo que pudieras tener.

Creo que él quería que todo eso se pudiera tener, fuera tangible. Y es mucho material. Así que principalmente es por su mucho amor, su mucho trabajo y por él, que creo que el disco merece una gran, gran, reedición. He pintado como ocho o nueve cuadros enormes para acompañarlo; hemos desenterrado un montón de maquetas que estuvieron ilocalizables durante un montón de tiempo. Creo que es el interés en ‘Do You Realize??’ lo que ha mantenido vivo el interés por este periodo [de la banda], en cómo se creó, cómo surgió, en saber cómo los planetas se alinearon. Pero bueno, ha sido sobre todo por Scott. Si no nos hubiera metido prisa, ni siquiera nos acordaríamos de que [el disco] tiene ya 20 años.

«Creo que nuestro mánager Scott Booker ha estado planeando esta recopilación desde que el disco salió»

Es que hay en total ¡cien canciones!
Muchas, sí.

Aunque me imagino que cuando empezasteis a trabajar en la reedición, habrían muchas más. ¿Fue mucho trabajo escoger las que han acabado dentro?
Por suerte, muchas ya habían sido publicadas. Algunas como single solo en Inglaterra o Japón, cosas así. También había muchos programas de radio y conciertos, pero escogimos solo lo que destacaba, como la versión de Pink Floyd [‘Lucifer Sam’] o el ‘Thank You Jack White (For The Fiber-Optic Jesus That You Gave Me)’, o el tema que hicimos con The Chemical Brothers [‘The Golden Path’].

Somos un grupo que guarda absolutamente todo lo que hace. Mira (hace una panorámica a su estudio). ¡Esto es mi casa! Así que tengo todo lo que hemos hecho en casa. O si no, lo tiene nuestro productor, Dave Fridmann, en su estudio en Nueva York. Tenemos acceso a todo lo que hemos hecho, aunque no sea la versión final. Espero que todo esto sea interesante para todo el mundo, no sólo para los fans de The Flaming Lips. Creo que este disco es icónico, es el que todo el mundo conoce de The Flaming Lips, así que por suerte es un período muy bien documentado. No todos nuestros discos tuvieron tantos singles o atravesaron tantos territorios.

«Estamos contentos de que la gente ponga ‘Do You Realize??’ en sus bodas, en los funerales, cuando nacen sus hijos… pero no hubiera funcionado si hubiéramos dicho: «¡Vamos a hacer una canción para eso!».»

‘Do You Realize??’ es un himno al Carpe Diem, vuestra canción más famosa, una canción que ya es más grande que vosotros, más grande que la vida. Es muy importante para mucha gente. Pero en las notas interiores de la reedición hay una entrevista en que le comentas a Steven Drozd (el segundo de a bordo en la banda) que, cuando la grabasteis, no os disteis cuenta de que era algo tan enorme. Me cuesta creerlo. ¿De verdad no la visteis venir?
No. Pero eso es parte de lo que la hace tan… mágica. Es que no creo que seamos capaces de saber cómo se hace una canción tan importante y eso. No creo que sea algo que se pueda saber. Pero cuando se la toqué a Steven la primera vez, te puedo decir que le gustó. Y cuando se la llevamos a Dave Fridmann para hacer la parte gorda de la producción nos dijo algo así como: “oh, bien hecho, esto va a funcionar”. Pero ninguno de nosotros pensó: “esta va a ser una canción que le muestre al mundo quiénes son The Flaming Lips”. Pero así fue. No creo que a ninguno de nosotros, hace 20 años, ni siquiera nos llegara a gustar la idea de que esta acabara siendo LA CANCIÓN (pone mucho énfasis y ríe). Pero ahora nos encanta. Nos hemos convertido en la banda de esa canción. Cada noche, en los conciertos, hay unas pocas personas entre el público que están sufriendo mucho en su vida diaria. Quizás su hijo, o su marido, o alguien de su familia ha muerto. Y eso una gran… No, responsabilidad no es la palabra adecuada. Pero sí que es algo muy grande de lo que formas parte. Siempre nos hemos sentido honrados y contentos de que haya gente que use nuestra música para superar el dolor. Cada vez estoy más acostumbrado a lidiar con ello, a abrazarlo y comprenderlo. Es una canción muy personal para algunas personas. Estamos contentos de que la gente la ponga en sus bodas, en los funerales, cuando nacen sus hijos… Y eso es maravilloso. Pero no creo que hubiera funcionado si hubiéramos dicho: “¡Vamos a hacer una canción para eso!” (exagera, ríe). Simplemente, hicimos una canción sobre cómo nos sentíamos. Y funcionó.

¿Cuándo fue la primera vez que te diste cuenta del poder que tenía ‘Do You Realize??’?
A veces hablas con la gente antes de un concierto y alguien te explica que su hija ha muerto en un accidente de coche. Y no sabes qué decirle ni cómo tratar el tema. Y piensas “bueno, pues vamos a dar un concierto”. Con la perspectiva, ahora veo que eso es lo mejor que la música puede hacer: estar contigo en esos momentos. Creo que, cuando tocamos en directo, puedo notar que esas personas están ahí fuera, en un concierto, lo que significa que no están muertos por dentro, que no se han escondido del mundo. Es esa gente diciendo: “el mundo nos va a salvar. El mundo está aquí para nosotros, no necesitamos hacer que todo sea aún peor”. Y al estar en nuestros conciertos, esa gente sabe que hay otras personas entre el público que están pasando por lo mismo. Eso ayuda. Y cuando tocamos la canción… La tocamos y sabemos qué está ocurriendo. Quiero decir, es una empresa seria.

A ver, no es que nos lo tomemos en plan solemne, pero queremos cantar la canción de la manera que tenga el mayor impacto emocional posible. Tocamos todas nuestras canciones de esa manera, pero esta muy especialmente, porque creo que, en el fondo, es una canción optimista. Y como todas las historias optimistas, comienza explicándote algo malo, empieza revelando algo que te va a herir. Pero al final te hace sentir bien. Es algo que tienes que esperar que ocurra, y tratar de entenderlo luego.

«Yoshimi» no es un disco conceptual como ‘Tommy’ de The Who. Sí que te diría que lo es a la manera del ‘The Dark Side of the Moon’ de Pink Floyd: algo más filosófico. No tiene que ser una historia con un principio y un final»

El título ‘Yoshimi Battles the Pink Robots’ hace referencia a Yoshimi P-We, de Boredoms. Se convierte en una especie de superheroína que lucha contra los robots rosas (Wayne estalla en una carcajada). Errr. Lo que quiero decir, es que el disco está relacionado con dos amigas vuestras, Yoshimi por un lado. Y en los créditos también habláis de vuestra amiga Mutsuko, que murió en el 2000, ¿no?
Sí.

Supongo que la idea que muchos tenemos es que Yoshimi está luchando contra la enfermedad, quizás el cáncer. ¿Fue la muerte y la enfermedad de estas amigas lo que originó el disco?
La idea de “Yoshimi luchando contra los robots rosas” es algo más abstracto… No es, ya sabes, esa especie de metáfora maravillosa que sirve para explicarlo todo. Porque la mayor parte del disco no está relacionada con ese tipo de historieta, de cómic, aunque el principio del disco sí que guarda algo de relación. Pero a medida que el disco avanza, deja de tenerla. Es representativo de cómo lidiamos con los “discos conceptuales”. Nos encantan, pero para nosotros la idea tiene que ver más con la música, es algo que surge de las partes más profundas de tu corazón y tu mente. Y mucha gente lo interpreta como que va de que Yoshimi defiende la parte humanista de nosotros y que los robots rosa son la tecnología o así. Y no es verdad. No creo que haya un grupo en la historia que ame más la tecnología que nosotros. Así que el disco no tiene ese tipo de historia que la gente cree y que le encanta. No creo que nosotros quisiéramos hacer una historia entendible o unidimensional.

Por ejemplo, ‘Do You Realize??’ es una proclama emocional, no tienes que conocer ninguna historia previa para entenderla. No es un disco conceptual como ‘Tommy’ de The Who. Sí que te diría que lo es a la manera del ‘The Dark Side of the Moon’ de Pink Floyd: algo más filosófico, relacionado con una manera determinada de pensar, de un estado de ánimo particular. No tiene que ser una historia con un principio y un final… Claro que el disco en su momento lo presentamos con ese cuadro que pinté para la portada, en que vemos a Yoshimi y un robot rosa y lo llamamos así, ‘Yoshimi Battles the Pink Robots’. Y he hecho ahora otros veinte dibujos que parecen una historieta… Así que también comprendo por qué la gente se piensa que hay una historia: quisimos hacer creer a la gente que había una historia detrás.

También es interesante leer en el texto que acompaña la reedición sobre la producción. Requirió un montón de trabajo extra en la posproducción, como explica Dave Fridmann. ¿De verdad fue tan complicado grabarlo?
Fue una etapa muy intensa la que vivimos con Dave entre 1996 y finales del 2002. Intentábamos probar cosas nuevas y asimilar todo lo que nos iba llegando. Y, a la vez, llegas a estar quemado. Te cansas de hacer lo mismo una y otra vez. Y fue maravilloso, retador y exultante hacer ‘The Soft Bulletin’, pero luego no quisimos hacer otro disco igual. Queríamos seguir probando cosas, pero no sabíamos hacia dónde tirar. Solamente sabíamos que no queríamos seguir sonando como en ‘The Soft Bulletin’. Muchas veces saber qué es lo que no quieres ayuda a saber lo que sí quieres. Como en la vida. Tienes que probar las cosas para saberlo. Si no lo pruebas, nunca vas a saber qué tipo de persona eres, porque no sabes lo que te gusta. Es como probar diferentes restaurantes, todo eso. Y es muy intenso.

«Éramos felices siendo un grupo marciano que hacía una música que había llegado a mucha gente (…) no era un veinteañero tratando de conquistar el mundo»

Para el tiempo en que habíamos acabado de grabar ‘Yoshimi…’ ya no queríamos hacer otro disco tan intenso durante una temporada. Es estresante, te exige mucha energía, estar muy concentrado. Así que estamos contentos de que tuviera tanto éxito, de que a todo el mundo le gustara tanto y que sea lo que nos representa en el mundo. Pero no lo repetiríamos. Ni siquiera pensamos en su momento en que deberíamos haber hecho una continuación de ‘Yoshimi…’ que hubiera sido más grande y mejor, ser número uno, etcétera. En aquel momento éramos felices siendo un grupo marciano que hacía una música que había llegado a mucha gente; gente que nos animaba a seguir haciendo música y a seguir buscando nuevas maneras de contar nuestras cosas. Tienes que pensar que cumplo 62 años en nada. Así que en aquel momento estaba en mis primeros cuarenta, no era un veinteañero tratando de conquistar el mundo. Me sentía muy feliz de poder hacer música con mis amigos y productores. Eso era suficiente para mí. No teníamos un plan para convertirnos en un grupo enorme y súper famoso. Pero [el disco] nos dio la suficiente popularidad y el suficiente amor para permitirnos seguir haciendo música y vivir de ella hasta hoy, poder seguir haciendo todas esas locuras. Es esa parte, la de que la gente te acepte, te anime, crea en ti, lo que lo cambia todo. Y te lo puedo decir porque muchas veces piensas: “no vale la pena”, “estás completamente solo” o “¿a alguien le importa?”. Y la gente te contesta: “nos importa, escuchamos, nos encanta. ¡Nos habéis cambiado la vida!”. Y eso es maravilloso.

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