Cala Vento, esto es, Joan Delgado y Aleix Turon, han regresado con ‘Casa Linda’. Aunque ya han pasado cuatro años desde ‘Balanceo’, los fans no los han olvidado. Sólo basta ver la excelente recepción que está teniendo ‘Casa Linda’ entre público y crítica (¡esta vez el tópico es cierto!). Su fórmula de indie-rock musculoso a base de guitarra y batería se ha adentrado en terrenos más contestatarios, pero también más íntimos y acogedores. Y así, de paso, han conseguido su mejor disco.
Nos hemos citado en el bar del CCCB. La música suena a todo trapo (se cuela ‘To the End’ de Blur y ‘She Bangs the Drums’ de Stone Roses durante la entrevista), pero no parece distraerles: Joan y Aleix desgranan todo lo que ha supuesto tanto su regreso, como el parón que vivieron, forzado (claro) por la pandemia.
Lo primero que me llama más atención de ‘Casa Linda’ es el contenido. Tengo la sensación de que las letras tienen mucho más peso y os noto mucho más combativos. Líricamente, habéis pasado de lo personal a lo social. ¿Fue algo premeditado?
Joan: «¿Premeditado? Seguro que hay algo de premeditado».
Aleix: «Sí, porque ‘Balanceo’ hablaba mucho de nosotros, apelaba a ciertas cosas de la sociedad que no nos gustaban y lo hacíamos de forma muy directa. Y estábamos un poco cansados de hablar sólo de nosotros: nosotros-nosotros-nosotros. Creo que tanto en ‘Fruto panorama’, el segundo disco, como en ‘Balanceo’ había mucho de eso. Y para este fue más: «debemos buscar otras cosas de las que hablar, porque nos cansaremos de nosotros mismos al final”. Y tampoco tiene tanto interés nuestra vida. Hemos intentado hacer unas canciones que hablen de cosas con las que mucha gente puede sentirse identificada, que también nos hayan pasado a nosotros. Pero hacerlo desde una óptica más de tú a tú, reduciendo un poco la escala de la canción, restándole esa ambición que tenían las canciones de ‘Balanceo’ y hacerlo más pequeño. «A mí me está pasando esto, puede que a ti también te pase, pero suerte que nos tenemos”. Ha ido más por aquí».
En todas las canciones parece que os estáis dirigiendo a alguien. ¿A alguien en concreto? ¿O es un alguien más global? ¿Gente de vuestra generación? ¿Habéis querido hacerlo como si fuera una proclama social?
A: «No, yo creo que no hay un «alguien» definido. Se ha intentado en todo momento que quedara lo más confuso posible el a quién nos estábamos dirigiendo. Lo que queríamos era que la persona que estuviera escuchando la canción se sintiera interpelada en cierto modo. Y por eso se ha intentado que no quedara demasiado patente a quién nos estábamos dirigiendo… Aunque nosotros lo sabemos perfectamente».
Aparte de la temática, también me llama la atención el sonido. Me da la sensación de que es un disco menos emocore y menos punk que los anteriores, mucho más escorado al indie pop y más pausado. Pero luego, por ejemplo, leo en la crítica del MondoSonoro que habéis recuperado el sonido de vuestro primer álbum, tengo amigos que dicen que que es vuestro disco más guitarrero… Y me pregunto: ¿quién está equivocado?
J: «Todas las perspectivas son buenas. Pero también creemos que es nuestro disco más rock para todos los públicos. Es decir, es un disco muy guitarrero, con mala leche y mucha energía, pero es el más controlado también. Hemos intentado encontrar ese equilibrio. A nivel de sonido, creemos que los demás discos son más alocados, bastante más brutos, por decirlo de alguna manera. Pero en éste hemos conseguido controlarnos más sin perder el punch».
Publicasteis ‘Teletecho’ en 2021. En marzo de este año un EP donde viene el grueso de las canciones. Y después el disco. ¿Por qué motivo decidisteis sacarlo así?
J: «No: lo que hicimos fue ir sacando singles y que se fueran juntando en forma de EP. ‘Teletecho’ sí es verdad que salió hace mucho, pero también es una canción que no teníamos claro si entraría en el disco. Entonces empezamos a sacar adelantos. Empezamos con ‘Equilibrio’ y ‘Casa Linda’; luego ‘Ferrari’, ‘Conmigo’ y ’23 semanas’. Eso sí que quedó como un EP en las plataformas. A ‘Teletecho’ no lo consideramos como sencillo de adelanto, porque ya salió en vinilo. Pero la quisimos incluir en el disco porque creemos que no le habíamos dado suficiente importancia».
A: «Cuando se publicó no sabíamos que acabaría formando parte de un disco».
J: «Hicimos una prueba de cómo lanzar canciones. Al final, tenemos nuestro propio sello y tenemos libertad absoluta de hacerlo como nosotros queramos. Podemos hacer experimentos».
A: «Lo de la espera era básicamente una manera que teníamos de, cuando salía una canción nueva, recordarle a la gente que ya habíamos sacado una antes e irlas acumulando. Sí es verdad que ha generado algo de confusión (risas). La gente no sabía si estábamos sacando EP’s, si estábamos sacando canciones…»
El sábado estuve viendo a Gúdar y Tigres Leones en la sala Vol, que son grupos que cantan a la precariedad, la económica y la laboral pero, como vosotros, también ponen mucho énfasis en las relaciones personales como la base de la existencia. ¿Os consideráis compañeros de generación con estos grupos?
A: «Al final a nosotros nos ha tocado vivir en un tiempo en que se han puesto de manifiesto que muchas cosas no funcionan, aunque hay otras que funcionan muy bien. Tenemos un estado del bienestar que hace que tengamos mucho más tiempo para preocuparnos por otras tonterías que no sean sobrevivir. Quien más, quien menos se las apaña, problemas de vivienda y precariedad juvenil aparte. Pero al final nos ha tocado vivir esto, y nosotros no nos sentimos responsables, sino que somos víctimas. Pero a la vez se nos intenta responsabilizar siempre de muchas cosas y al final te cabreas un poco y tienes esa especie de impotencia. Porque se nos está cargando muchas cosas a nosotros que no hemos decidido, no hemos inventado, no hemos elegido este camino. Y supongo que por eso coincidimos con otras bandas que tienen más o menos la misma edad que nosotros».
«Nos ha tocado vivir en un tiempo en que se han puesto de manifiesto que muchas cosas no funcionan, aunque hay otras que funcionan muy bien»
El título, ‘Casa Linda’ es sarcástico, ¿no? Porque representa la aspiración de tener un sitio donde guardar tus cosas. Algo que hoy en día es casi una quimera.
A: «La canción es muy, muy literal. Habla básicamente de esto, del problema de la vivienda y del problema de no tener un sitio donde dejar tus cosas, que al final es algo que nos sirve para sentirnos humanos, básicamente. Pero el disco engloba muchas más cosas. La casa linda como disco sería un poco lo que hablaba antes: todo está bastante en la mierda, pero necesitamos un espacio, ya sea físico, de entorno, de amistades, o de familia, donde poder desconectar y donde poder ver las pequeñas cosas buenas que tenemos alrededor. No quedarnos solo con todo ese sentido de responsabilidad que nos han hecho creer que tenemos, e ir a buscar nuestra casa linda, nuestro lugar donde estar bien. El disco habla básicamente de esto».
En ’23 semanas’ me hace gracia que digáis de pasar esas 23 semanas “en el pueblo más pequeño de Aragón.”. ¿Es una canción sobre la España vaciada? ¿Y por qué Aragón?
A: «Es una canción que habla sobre la España vaciada cien por cien. Pasamos muy a menudo por Aragón porque nos viene de camino muchas veces y tiene un aspecto desolador. Y al mismo tiempo es una canción que también habla de huir. O sea, girar la tortilla y que esta España vacía sea una salvación en ciertos momentos de ofuscación, de tantas responsabilidades en la ciudad o en el mundo civilizado. Que quieras romper con todo y necesites desconectar y enviar a todo el mundo a tomar por el saco y empezar de nuevo. Aragón nos ayudaba a representar esta idea, porque es un sitio muy vacío, donde hay mucho espacio para poder construir cosas nuevas».
«Que la España vacía sea una salvación en ciertos momentos de ofuscación, de tantas responsabilidades en la ciudad o en el mundo civilizado»
¿Vosotros vivís ahora en Barcelona o…?
A: «No. Vivimos en el Empordà, por suerte. Pero en el Empordà también hay momentos que te gustaría marcharte. Sobre todo en verano, que nos sentimos completamente colonizados por tanta gente a la vez. Tampoco nos permite poder independizarnos, porque los precios están muy altos. Hay muchas segundas residencias que han hecho subir los precios».
Y aunque el disco va mucho sobre esa vida en precario leí, creo que también en MondoSonoro, que ya podíais vivir de la música.
J: «Sí. Después de ‘Balanceo’, una vez recuperamos la inversión que hizo Aleix, ya empezamos a poder dedicarnos exclusivamente a la música. Pero para eso tuvimos que hacer sacrificios: marcharnos de Barcelona, vivir en el Empordà, volver a vivir otra vez con nuestros padres… Sacrificar cosas para poder hacer el intento de vivir de la música. Hubo un momento en que se estabilizó un poco más. El disco funcionó muy bien y el grupo se profesionalizó. Y así seguimos».
A: «Podría decirse que que estamos sobreviviendo de esto, pero es complicado, porque cuando tenemos períodos de inactividad sin conciertos se hace duro, tienes que renunciar a muchas cosas».
«La gente siempre se ha comparado a lo largo de la historia, pero ahora lo estamos haciendo de una forma un poco enfermiza y obsesiva, porque todo es muy superficial»
Hay una canción que me llama mucho la atención, que es ‘Tu lugar’, donde decís «deja de compararte con la gente de las redes». Pregunto, otra vez, si va dirigido a alguien en concreto que conozcáis o es más bien una generalización sobre la gente que siempre está en redes, chequeando, comparándose, y diciendo todo el rato «mira qué bien me lo estoy pasando».
A: «Lo que está claro es que todos nos hemos comparado, la gente siempre se ha comparado a lo largo de la historia, pero ahora lo estamos haciendo de una forma un poco enfermiza y obsesiva, porque todo es muy superficial, todo tiene mucho que ver con la imagen, con una imagen que dista mucho de la realidad. Muchas veces ese mundo equivocado tiene incidencia directa en nuestras vidas. Y es una canción que quería poner un poco de manifiesto esto y decir que lo que somos en realidad, por mucho que parezca que somos «eso» [señala el móvil], por más que parezca que construimos nuestra identidad a través de eso, no somos eso. Porque esto puede desaparecer [señala el móvil otra vez], lo puedes perder y puedes dejar de utilizar Instagram. Pero tú seguirás existiendo».
Volviendo al tema del sonido. Hay dos momentos que me han llamado muchísimo la atención. El primero es la introducción de la primera canción, ‘Más que satisfechos’, que no sé si es la parte de los Gospelians de Girona, que suena como si fuerais Disco Inferno, muy atmosférico. Y de pronto cortáis y arranca la canción como tal.
J: «Está guay que nos lo preguntes, porque nadie nos había preguntado y es algo que tiene un significado. O sea, este disco lo hemos compuesto y creado en nuestro propio estudio, que hemos construido nosotros con nuestras propias manos. Después de la pandemia decidimos arreglar nuestro local de ensayo y lo hemos convertido en un estudio de grabación mediante tutoriales de Youtube: «cómo hacer el cemento» y todo lo que quieras. O sea, nos pusimos, estuvimos muchos meses. ¿Cuántos meses, Aleix?»
A: «Empezamos en agosto y terminamos en marzo».
J: «¡Imagínate! Y de 8 a 8, quiero decir, cada día estábamos allí haciendo de albañiles. De alguna manera en el disco queríamos representar algunos sonidos que nos recordaran toda la percusión de la obra. Entonces cogimos todos lo instrumentos percutivos que teníamos y empezamos a hacer un ritmo machacón que pareciera básicamente martillos y escarpas. El disco empieza por ahí y luego ya se olvida. Pero queríamos dejar huella de este momento en el disco».
«Hemos convertido nuestro local de ensayo en un estudio de grabación mediante tutoriales de Youtube, haciendo de albañiles»
Me habéis dejado un poco de piedra. Había leído que teníais un estudio. ¡Pero no que os lo habíais construido vosotros! O sea: ¿cómo decide uno que va a construirse un estudio él mismo?
J: «Un poco por necesidad y por otro por decir… «¿qué hacemos ahora que nos han cancelado 35 conciertos? Tenemos un año por delante sin ningún concierto. No tenemos canciones…”. Pues dijimos: «bien, nos arreglamos el estudio». O sea, arreglamos nuestro local. Lo limpiamos…»
A: «Tenía humedad. Había una necesidad real arquitectónica…»
J: «… de arreglarlo, y de limpiarlo y de hacer que allí se pudiera componer un disco con condiciones. El covid no se arreglaba, nos fuimos animando y terminamos haciendo un estudio de grabación. A tope».
¿Sin albañiles ni nada? ¿Vosotros dos solos?
J: «Sólo necesitamos los albañiles cuando nos tocó hacer el tejado, porque si hacíamos el tejado mal, todo el resto del trabajo no hubiera servido para nada».
La otra canción que me llama más la atención es la última, ‘Conmigo’, que es un cierre súper synthpop y bailable. ¿Os animaríais a transitar por esta senda más adelante o ha sido solo una anécdota?
J: «Lo pasamos muy bien haciéndola y nadie descarta que puedan haber más cosas como estas, seguro».
A: «Nos gustan demasiado las guitarras, por eso».
J: «Sí, pero también es un buen momento para poder descansar de los instrumentos en el escenario y poder hacer algo diferente. Yo creo que al igual que en ‘Balanceo’ estaba ‘La importancia de jugar al baloncesto’ y en este disco ‘Casa Linda’, que son dos canciones en acústico, nadie descarta que más adelante puedas haber más canciones en acústico o incluso en synth pop».
A: «Lo que ha habido aquí es un ejercicio de producción de la canción, porque nació con guitarra y voz. Quiero decir: que podríamos haberla grabado así y también funcionaría, pero como ya estaba ‘Casa Linda’, dijimos de hacer algo diferente».
¿Cómo fue que Gorka Urbizu de Berri Txarrak colaborara en ‘Passar pantalla’?
J: «Esta canción no iba a entrar en el disco, porque teníamos la base melódica hecha pero no encontrábamos ni una letra que nos convenciera ni una melodía de voz que nos gustara. Y en unas conversaciones con la persona que ha mezclado el disco nos dijo: «¿No haréis ninguna colaboración en este disco? Podríais hacer una con un Gorka». Es una persona a la que conocimos en la gira anterior. Nos caímos súper bien, nos entendimos mucho. «¿Por qué no le pasamos esa canción de la que no tenemos melodía ni voz y que la haga él?». Y se la enviamos con toda la jeta y nos dijo que no (risas). Que era mucha responsabilidad y mucho trabajo. Pero al cabo de tres semanas nos envió una nota de voz con la melodía hecha, y fue brutal. Y entonces nos llamamos, vino un día al estudio, nos fuimos pasando letras, nos pasó diferentes cosas y grabamos».
¿Y la decisión de cantar vuestro trozo en el catalán fue también sobre la marcha?
J: «Fue en una de estas que no nos salía la melodía y la letra. Dijimos «probemos en catalán, a ver si nos desencallamos». Y en catalán salió algo interesante y se lo pasamos a Gorka. Y recuperó un corte de melodía de lo que nosotros habíamos hecho y lo juntó con lo suyo. Y puesto que ya teníamos la melodía en catalán, pues lo dejamos en catalán».
Al final, ¿veis el disco como una especie de manual de autoayuda o de guía vital para los oyentes?
A: «Pues nos gustaría que no fuera así. Lo vemos más como una especie de refugio, no tanto como una libreta de consejos para cuando no estás bien, sino como que si necesitas algo de compañía en algún momento o te quieres sentir apoyado, ponte este disco».
J: «Si quieres desconectar de todos tus dolores de cabeza».
A: «Quizás la parte de autoayuda es que te intenta hacer ver que también hay cosas buenas a las que aferrarte».
J: «No caer en ser un grupo protesta… Pero sí quejarnos de alguna cosa que no nos gusta también».
En el MondoSonoro han calificado ‘Casa Linda’ con un 10. ¿Cómo os sentisteis? ¿Cómo os estáis sintiendo con el recibimiento del disco, en general?
J: «No nos lo esperábamos. Sí que había hablado con [Joan S.] Luna y me dijo que le había gustado mucho el disco y tal. Pero claro, fue como «¡buah!», porque ponen pocos dieces. La sensación que tenemos es que este disco… [pausa] Llevábamos cuatro años sin sacar un álbum, y este disco tiene una energía concreta. No sé decir cuál, pero la gente la está percibiendo. Nosotros teníamos muchas ganas de que esto saliera y de poder enseñar estas canciones. Y por lo que se ve, nuestros fans también. ¿Y el recibimiento? Por el momento no lo sé. Llevábamos un fin de semana con el disco fuera y hoy nos han pasado unos reportes y habíamos vendido más de 1.000 discos en un fin de semana, que es como increíble. Para nosotros es brutal».
«No tendemos a ser un grupo con una ambición desmedida y lo que intentamos siempre es pasárnoslo bien»
Muy buen feedback, ¿no? ¿No nos daba un poco de miedo a que después de la pausa de cuatro años la gente se olvidara un poco de vosotros, porque vivimos unos tiempos algo volátiles?
J: «Sí que es algo que nos hace sufrir, pero es algo con lo que hemos aprendido a convivir y a no hacerle caso. O sea, intentar remar en contra de las tendencias y de todo lo que se hace «porque se ha de hacer». «Se ha de sacar singles porque se han de sacar, porque ahora el mundo va así». Da igual cómo vaya el mundo: nosotros sacaremos la música como nosotros queramos y como nosotros creamos que es la mejor manera. Hemos aprendido incluso a ir aún más en contra de lo que se hace hoy en día. Somos personas bastante inconformistas: lo primero es estar bien nosotros y hacer lo que nosotros queremos. Las canciones las hacemos para nosotros y si luego a la otra gente le gusta, mejor, ¿no? Entonces, presión sentíamos… poca. Teníamos muchas ganas, muchas ansias de sacar este disco y que la gente lo escuchara. Pero presión y pensar «no irá bien», no. Aparte, también éramos conscientes de haber sacado el mejor disco que habíamos hecho (risas)».
A: «Y otra cosa importante: no tendemos a ser un grupo con una ambición desmedida y lo que intentamos siempre es pasárnoslo bien haciendo lo que hacemos. Todo el dinero que nos hemos gastado haciendo este disco no nos lo hemos gastado para poder hacer un disco que lo pete más o para crecer, sino que nos lo hemos gastado porque nos apetecía hacer estas cosas: grabar con distintos productores, en diferentes estudios… La inversión ya estaba justificada, independientemente de cuál fuera el resultado, porque el resultado principal era que nosotros nos divirtiéramos haciendo el disco y ya se había conseguido. El resto es un «a más a más»».