Primavera Sound arranca ya «a la ciutat» con Arab Strap, Melody’s Echo Chamber…

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Primavera Sound arranca ya «a la ciutat» con Arab Strap, Melody’s Echo Chamber…

El Primavera Sound no empieza el jueves. Ni siquiera el miércoles en la fiesta inaugural. Desde hace bastantes años, el Primavera Sound comienza el lunes con el Primavera a la Ciutat: una serie de conciertos en los que toca parte del grueso del cartel y que se celebran en los días previos y el domingo siguiente al festival. El formato ha ido mutando a lo largo de los años: de conciertos gratuitos abiertos a todo el público (mitiquísimo el de Richard Hawley en Arc de Triomf en silla de ruedas en 2016) a conciertos en salas solo para poseedores del abono: en 2019 pudimos ver a Cate Le Bon o Deerhunter de lujo en el Apolo.

En esta edición se ha recuperado este formato del 2019: conciertos el lunes, martes, miércoles y el domingo, a los que los poseedores del abono pueden entrar haciendo una reserva en Access Tickets de 10 euros (que se retorna) y los no “abonados” pagando una entrada de 16,50 euros a través de la app de Dice.

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El cartel de Barcelona se reparte entre las dos salas del Apolo y del Razzmatazz y está bastante bien: Black Country, New Road, Black Midi, Arab Strap, Maggie Rogers, The Comet Is Coming, Melody’s Echo Chamber y, claro está, Pet Shop Boys, entre otros. Pero en Madrid será aún mejor. El número de salas es mayor: hasta ¡once!, del Teatro Eslava a la Riviera, Clamores, Independance… Y, a mayor número de salas, mayor número de artistas. Aparte de los antes nombrados, el plantel madrileño (y que, agh, no veremos en sala en Barcelona) quita el hipo: The War on Drugs, St Vincent, Julia Holter, Karate, Nation of Language, The Delgados… Una oportunidad única para degustar delicatessen en un ambiente perfecto… y para quitarse solapes durante el festival. Los conciertos de Madrid se celebrarán del lunes 5 de al miércoles 7 de junio y el domingo 11. Más información sobre horarios y salas aquí.

Sharon Lopez

Este lunes, pues, ya empezamos a zambullirnos en el ambiente festivalero. En el Apolo resonaban los ritmos marciales de los bielorrusos Molchat Doma, en la sala grande del Razz el post-post rock de black midi. Pero mi corazoncito era para Arab Strap, en la sala 2 de Razzmatazz. Antes, tocaron los jovencísimos The Goa Express. El grupo se formó cuando perdieron el último bus a su pueblo tras un concierto de The Brian Jonestown Massacre (¡no siempre es malo estar esperando el Nit Bus!). Menos abrasivos que los americanos, los Goa suenan muy bien, tocan mejor, son enérgicos y su pop-rock con bastante de jangle no puede ser más vitalista, aunque a la ecuación solo le falle tener unos temas con más gancho. Aun así, el cantante jugando con su gorra y el guitarrista que buscaba afanosamente latas de cerveza no pudieron resultar más simpáticos.

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Para Arab Strap ya hay una buena entrada en el Razz 2, pero nada de agobios. Al dúo no se le caen los anillos teniendo que salir a montar ellos su escenario. Mi acompañante hace hincapié en el buen aspecto que luce Aidan Moffat. Su presencia, imponente de cintura para arriba, se relaja en unas bermudas vaqueras de cintura para abajo. Cuando arranca el set, unos golpes marciales resuenan en el escenario. Han venido en formato banda. Malcolm Middleton se queda en segundo plano, inamovible en su rincón. Aidan se hace de rogar, hasta que aparece desafiante con el pie de micro. Él lleva todo el peso del show, salmodiando con el pie de micro a cuestas, al que pasea por todo el escenario. Nos regalan para empezar la asfixiante ‘The Turning of Our Bones’, con la que abren su estupendo ‘As Days Get Dark’, disco que va a ser el grueso de la actuación.

Así transcurre el concierto: bajos gordos, tormentas sónicas, Aidan mandando, ora dándole a la batería eléctrica, ora desapareciendo del escenario entre flashes de luz… Se ha traído una colección de botellines de sidra y un abridor. Los botellines van cayendo, uno tras otro, mientras él ejerce de rápsoda entre el silencio en ‘Compersion pt 1’, o la intensidad y la concentración de ‘Keybabilon’… Alguien pide ‘Cherubs’ de ‘Elephant Shoe’ (yo lo hago mentalmente), pero no hay suerte. Sin embargo, sí que cierran con clásicos como ‘Girls of Summer’ y ‘The First Big Weekend’. Nada menos que 90 minutos de fango, pero inusitadamente luminoso.

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Ya este martes, era el momento de vera a Melody’s Echo Chamber. Un colega me dijo que ella era “esquiva” y que tampoco se dejaba ver mucho en directo. Que había que aprovechar su visita al Apolo, vamos. Mucha gente debía pensar lo mismo. Si la sala estaba a la mitad con los norteamericanos Zopa, para cuando le llegó el turno a Melody Prochet, el aforo estaba hasta los topes. Melody conduce una banda efectivísima, que le da un empaque muy físico a su psicodelia onírica. Tras su teclado, Melody baila, canta, se sumerge en la música y se deja llevar, a ratos parece casi en éxtasis. Y lo hace todo tan bonito, que nosotros también nos dejamos llevar. La única pega es que hay un exceso de canciones de su primer disco, el homónimo ‘Melody’s Echo Chamber’. Lo compensa convirtiendo en pieza mayor, ya hacia el final del set, la preciosa ‘Shirim’ de ‘Bon Voyage’. Por otra línea, me informan de que el concierto de Black Country, New Road en Razzmatazz ha sido “histórico”, a pesar de no contar con Isaac Wood. Bien, histórico quizás no, pero el show de Melody’s Echo Chamber ha sido precioso y hechicero.

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