La última jornada de Río Babel significó una tregua del sol, que había sido protagonista los dos días anteriores. Aun así, la temperatura tampoco fue una broma, incluso entrada la noche. En cuanto a la afluencia de gente, parece que la escasez inicial de personas que se produjo el primer día, exceptuando a los shows de Morat y Álvaro de Luna, se trataba de una anomalía. Pese a ser domingo, Madrid no estaba dispuesta a perderse el cierre del festival.
Colectivo Panamera inauguró la jornada 10 minutos más tarde, pero sin mayores problemas. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de La M.O.D.A., quienes tuvieron que retrasar media hora su actuación por un problema de sonido. Según la organización, “el sonido es lo más importante”, por lo que se optó por arreglar el inconveniente y retrasar el resto de los conciertos.
A pesar de la espera, el público recibió con unas ganas inmensas al septeto burgalés. La Maravillosa Orquesta del Alcohol eligió ‘Nubes Negras’ para comenzar su show, lo cual casó perfectamente con el cielo que se cernía sobre Caja Mágica. Al final, solo cayeron unas pocas gotas. El resto del repertorio se ciñó a los temas más reconocidos del grupo, es decir, los de sus primeros proyectos. Con cortes como ‘Catedrales’, ‘Héroes de Sábado’ o ‘Gasoline’, La M.O.D.A. hicieron justicia a eso de ‘Orquesta’ y consiguieron que el público estuviese caliente en todo momento. El recital terminó con un grito de “¡Viva la madre que os parió!”, para cerrar seguidamente con ‘1932’.
Arde Bogotá protagonizaron el momento rock de la jornada, y no quedó nadie sin sudar. Su último disco, ‘COWBOYS DE LA A3’, fue el protagonista total. ‘Los Perros’, ‘Qué Vida Tan Dura’ y la propia ‘Cowboys de la A3’ sirvieron tanto para refrescar los oídos de los fans consolidados como para intentar conseguir nuevos adeptos, lo cual seguro que lograron gracias a la seguridad que derrochaban sus miembros. En especial, el vocalista Antonio García, quien hizo exhibición de su lado más carismático moviéndose por el escenario como si hubiera sido poseído por el espíritu de Alex Turner. Además, Río Babel disfrutó de un anuncio exclusivo de la banda cartagenera: el 11 de noviembre realizarán su segundo concierto en La Riviera.
A seguir sudando con Alizzz. El cantante y productor catalán dio un espectáculo sin muchas sorpresas, con las canciones que acostumbra a tocar. En la primera mitad, el público estaba un tanto tímido. Al menos, comparado con lo visto en La M.O.D.A. y Arde Bogotá. Temas como ‘Siempre Igual’, ‘Superficial’ o ‘Tiene que haber algo más’ no calaron mucho entre los presentes, aunque Alizzz las interpretase con la misma calidad de siempre. Lo bueno de Cristian es que siempre tiene un par de petardazos guardados para despertar a la gente: ‘Pierdo el sentido’, ‘Que pasa nen’, ‘Antes de morirme’ o ‘Ya no siento nada’ podrían levantar un cementerio. Lo único que empañó la experiencia fue un pequeño parón técnico que precedió a la novedad del set, la reciente ‘Sexo en la playa’. Alizzz bromeó: “Ahora qué, ¿os cuento un chiste o algo?”. Por suerte, o por desgracia, se solucionó rápidamente y no hubo lugar para bromas.
Los amantes de la cumbia fusión encontraron su paraíso con los mexicanos Son Rompe Pera, quienes revolucionaron el escenario Río Babel mezclando la cumbia con géneros como el rock o el ska. Hay quien eligió disfrutar de esto hasta el final, y hay quien decidió pasar ese tiempo cogiendo sitio enfrente del escenario Johnnie Walker, esperando la llegada de Jamiroquai.
La impaciencia y las ganas de los asistentes por ver al grupo londinense se notaron cuando empezaron a lanzar pitidos en el momento en que el reloj dio las 22:15 y todavía no habían salido. Los penachos indios abundaban entre el público, mostrando el fanatismo presente hacia Jamiroquai, pero solo hubo uno realmente importante. Al parecer, estos adornos eran un signo de autoridad. Por ello, y como no podía ser de otra manera, Jay Kay salió al escenario con el penacho más grande de Río Babel y dio comienzo al único show de funk de todo el evento.
Kay se presentó con la energía de un adolescente, sin parar de bailar y moviéndose a lo ancho del escenario, y lo mantuvo durante todo el concierto. ‘Main Vein’, ‘Little L’ y ‘Space Cowboy’ se sucedieron entre los bailoteos del público y la inmensa vitalidad de Kay como frontman. ‘Alright’ fue entonada por todo Río Babel y, lógicamente, a Jason no le quedó otra que sacar el móvil para inmortalizar el momento. En otra de sus grandes intervenciones, el cantante de 53 años recordó que hacían “30 años desde que empezamos”: “Algunos de vosotros todavía estabais aquí (señalándose ya sabes qué) y otros erais solo un pensamiento, así que vamos a irnos al principio de todo, antes de que me den la cachaba”. Por esto mismo, ‘When You Gonna Learn (Digeridoo)’ fue la siguiente en sonar, lanzada en 1993.
El catálogo se centró en las canciones de sus primeros cinco discos, exceptuando la interpretación de ‘Time Won’t Wait’, por lo que se trató de todo un viaje nostálgico a través del funky. Incluso dedicaron al festival madrileño “algo que no hemos hecho en un tiempo”, lo cual se trataba de la canción que ponía nombre a su tercer disco, ‘Travelling Without Moving’. Jamiroquai se dejaron los mayores éxitos para el final, pero mereció totalmente la pena: ‘Cosmic Girl’, ‘Canned Heat’, ‘Love Foolosophy’ y ‘Virtual Insanity’ sonaron una detrás de otra haciendo que Río Babel se rindiese totalmente ante ellos. Esta última tenía que significar el fin del espectáculo, pero como no se ve a Jamiroquai todos los días hicieron un bis no planeado: “Fuck it, let’s do it”. Sin embargo, el tema elegido fue un poco random. Me refiero a ‘Deeper Underground’, perteneciente a la banda sonora de Godzilla. La de 1998. Aun así, nada pudo empañar el número más divertido de Río Babel 2023.
Peces Raros y Bomba Estéreo despidieron definitivamente la quinta edición del festival, la cual ha contado con la asistencia total de 50.000 espectadores. No cabe duda de que todos ellos recordarán el estimulante concierto de Sen Senra, los llenazos de Morat y Juan Luis Guerra 4.40 y el dolor de pies que sintieron tras no parar de bailar con Jamiroquai.