Grian Chatten: «Mi disco suena como la paleta de colores de Almodóvar»

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Grian Chatten: «Mi disco suena como la paleta de colores de Almodóvar»

Grian Chatten es uno de los vocalistas fundamentales de la actualidad, al menos en el panorama underground, gracias a su trabajo en Fontaines DC. Kae Tempest está entre las personas que se han dado cuenta y por eso le invitó a colaborar en su último álbum pese a que ambos parecieran venir de mundos tan opuestos.

Ahora está promocionando su primer disco en solitario, ‘Chaos for the Fly‘, con una serie de canciones que no tenían nada que ver con la dirección que Fontaines DC querían tomar en el futuro. Más inspiradas en el folk de Nick Drake o Leonard Cohen, pero con matices bajo la producción de Dan Carey.

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Antes de que salga este lanzamiento, Grian Chatten me atiende desde la otra línea telefónica y me habla sobre estas cuestiones y sobre la improbable influencia española del disco. Más descolocado que Pedro Sánchez ante la ametralladora de mentiras de Feijoo en un debate televisivo, soy incapaz de reaccionar a la mención de Pedro Almodóvar nada más comenzar la entrevista. Solo a posteriori se me ocurre que la portada del álbum parece la viva imagen promocional de la piscina de ‘Dolor y gloria’.

¿Qué crees que une tu disco? ¿Qué lo hace sonar como un disco a pesar de que hay varios estilos?
Hay 2 respuestas. Por un lado está el tema principal, la idea de susceptibilidad contenida en el título ‘Chaos for the Fly’. Y luego, ciertas ideas de producción de Dan Carey, de frecuencia de sonidos y demás. Todo suena como un film hiperrealista. ¿Conoces a Almodóvar, el director?

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¡Pues claro!
Si piensas en la paleta de colores de sus películas, en cómo está todo impregnado de color en sus películas… el disco suena así.

¿Tú crees? Almodóvar son colores, pero creo que tu disco suena más gris. ¿Para ti es tan colorido?
¡Me gusta pensar que sí! (risas)

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Habría un tema que sí me podría sonar lleno de color: ‘Bob’s Casino’.
Para mí también.
Pero va sobre alguien que bebe hasta morir… Eso no tiene mucho color…
Vale (risas) A esta invito yo…

«No quiero sonar demasiado «cheesy» o hippie, pero creo que tengo una conexión espiritual con España»

He leído que has escrito parte del álbum en Jerez y Madrid. ¿Y eso? ¿Cuándo viniste a España por primera vez?
Siendo más joven. No quiero sonar demasiado «cheesy» o hippie, pero creo que tengo una conexión espiritual con España. Los colores, los sitios, las ciudades… me inspiran mucho.

¿Qué lugar has conocido mejor?
Probablemente Madrid. ¿De dónde eres?

De Madrid.
Hice una canción llamada «Retiro», pero no toco la guitarra muy bien. Carlos (NdE: el madrileño de Fontaines DC) la ha intentado tocar durante años, a ver si la termino.

¿Cuánto tiempo has pasado aquí?
Nunca he estado mucho tiempo seguido, pero por ejemplo fue el primer sitio donde fui sin mis padres. Tuve una experiencia muy enriquecedora. ¿Conoces el ‘Gran Gatbsy’? Es un poco así. Siempre pensando en recuperar el pasado, quizá a mí me pasa algo así.

No quiero hablar mucho más de España. ¿Porque este tampoco es tu disco español, no? No suena así…
No, no creo. España es una revelación, pero no he escrito la música en ese sentido.

Háblame de esas ideas de producción que ponen todo el disco en común. Porque yo percibo elementos de folk, de Nick Drake a Bob Dylan en el momento armónica… pero también cajas de ritmo. No todo es tan folk.
Es muy añejo. Todo suena con frecuencias muy altas. Aunque a ti te suene gris, suena luminoso, hay llamaradas, hay algo brillante. La idea era que pareciera casi como una estimulación, algo irreal. Fue un trabajo con Dan Carey. Pero bueno, estoy de acuerdo en que también es como una colección de canciones.

‘The Score’ es una canción sobre la lujuria, que suena oscura, ¿la lujuria es algo oscuro?
Puede serlo. Me influyó mucho Leonard Cohen en esa canción. Seguro. Hay algo pesado, a veces, de nuevo muy ‘Gran Gatsby’. Hay un deseo manifiesto, es algo muy poderoso.

¿De qué va ‘Bob’s Casino’, sobre la que te preguntaba antes, y que es de las que suenan más alegres?
Crecí en un lugar pequeño al norte de Dublín y es sobre la atmósfera, la sensación de aislamiento que hay allí, y sobre la adicción. Suena casi feliz musicalmente porque quería expresar una fantasía, la bonita fantasía que hace a alguien cantar antes de que ocurra algo oscuro. Quería que fuera las dos cosas.

¿Encuentras belleza en las contradicciones?
Sí, te da una imagen más completa. Cuando ves lo bueno y lo malo. Muchas de mis canciones favoritas tienen de las dos cosas. Como ‘There She Goes’ de The La’s. Te piensas que es una cosa más alegre cuando eres pequeño, y luego te das cuenta de lo que va. Es algo que te vuelve loco.

Tu voz es fundamental en tu música. ¿La educas, la cuidas, eres consciente de su potencial?
No le hago caso. Fumo, bebo, no duermo demasiado, pero la uso mucho. Soy muy consciente de cómo suena. Miro muy de cerca cómo equilibrarla, en cuanto a susurros, frecuencias, algunas notas… La he trabajado mucho en este disco, sobre todo en ‘The Score’. Lo mejor que he hecho por mi voz ha sido trabajarla un poquito más.

¿Cuándo te diste cuenta de que iba a ser un elemento tan fuerte en tu música?
No hasta que estuve en Fontaines DC, hasta entonces me interesaba más escribir. Pero no creo que pensara en mí mismo como en un gran cantante, de los que confían mucho en sí mismos…

«Me gustaría llegar a un punto en mi vida en que pueda cantar canciones alegres. Pero primero viene la vida feliz, creo»

¿Crees que tu voz pega para cosas alegres?
Me gustaría llegar a un punto en mi vida en que pueda cantar canciones alegres (risas) Pero primero viene la vida feliz, creo (risas)

Este es tu primer disco en solitario, ¿te consideras buen músico? ¿Te las has apañado bien sin la banda?
Sí, escribo gran parte de las cosas de todo el proceso compositivo de Fontaines DC. En términos de tocar, no creo que sea como un profesional, pero para escribir y expresar sentimientos, sí. ¿Tocas algo?

Guitarra un poco. Los acordes. Te pregunto porque te veo muy cómodo con el micrófono, no eres el típico cantante de grupo que se cuelga la guitarra.
Cuando toco con Fontaines DC, me emociono demasiado con la música como para sostener una guitarra. Necesito ir andando y reaccionar físicamente a lo que estoy diciendo. Creo que una de las decisiones de no tocar la guitarra en la banda era para que la gente se tomara en serio las palabras que estoy diciendo. Y desprende más fuerza estar sosteniéndolas.

«No toco la guitarra en Fontaines DC para que la gente se tome en serio las palabras que estoy diciendo»

En ‘Fairlies’ hablas de amabilidad y enfado. El concepto de enfado es muy interesante. A veces pienso que es eminentemente masculino, porque no veo en mis amigas la ira que a veces veo en mis amigos o en mí mismo. ¿Qué piensas tú de la masculinidad?
Creo que nunca he hecho nada de lo que avergonzarme por estar enfadado. Pero sí que es verdad que uno de los retos de la masculinidad es el de estar en control de tu ira. Parece que no debes mostrar que eres paciente, correcto y claro. Parece que es más atractivo estar enfadado: es algo bastante patético. Como hombre, no sé tú, pero sí percibo que tenemos una herencia, una necesidad de ser más grande que otra persona en ciertas situaciones. Como seres humanos parece fundamental, y es sonrojante.

De todas formas, esta canción no iba sobre esto.
No. Es sobre no sentirte autorizado a vivir tu vida, no sé si por locura, sueño, distracción… ‘Fairlies’ son como espíritus que te llevan, pero eres tú mismo. Las voces son como la depresión.

«Como hombre, sí percibo que tenemos una herencia, una necesidad de ser más grande que otra persona en ciertas situaciones. Como seres humanos, es sonrojante»

‘East Coast Bed’ habla sobre la niñez, pero la mujer que aparece no es una madre. ¿De qué va?
Hay un deporte en Irlanda llamado «hurling». Yo jugaba y mi entrenadora era una mujer llamada Rooney. Como mis padres trabajaban mucho, a veces me cuidaba y me recogía del cole, yo jugaba con sus hijos. Es como una segunda madre. Murió el año pasado, la enterramos, así la que «East Coast Bed» es por un lado la cama que su familia me ofreció cuando mis padres tenían que trabajar. Fue un lugar seguro para mí. Y también esa es la cama en la que la enterramos.

(NdE, tras ofrecer mis condolencias) ¿De qué tema estás más orgulloso en este disco?
‘All of the People’. Creo que es por la composición, tiene unos pilares muy fuertes. Tengo la sensación de que uso menos colores potentes para expresarla y aun así doy una gran foto, muy precisa.

Esta canción me hace odiar a la gente, y necesito querer a la gente. Si esto sigue así, yo me suicido: la política es horrible, ¡no puedo! ¿No necesitas creer en la gente?
(risas) Estoy de acuerdo contigo: ¡no me quiero sentir como en esa canción! Pero esta canción me libera de esos pensamientos. La cuestión es poner ese sentimiento en una botella -la canción- y que luego puedes cerrarla.

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