Love of Lesbian despidió su gira el pasado sábado en un WiZink completamente lleno. El tour, que comenzó como un experimento con un concierto en el Palau Sant Jordi en tiempos de pandemia, ha llevado al grupo a recorrer España para promocionar su último disco, ‘Viaje épico hacia la nada’. Y, después de tres años, esa etapa ya ha terminado.
En realidad, el concierto es un recorrido a través de toda la discografía del grupo, desde sus grandes himnos hasta sus canciones más recientes. Tal y como definió Santi Balmes encima del escenario, “es un viaje épico hacia la nada que, al final, se ha convertido en un viaje épico hacia un todo”. Lo cierto es que sus 2 horas y media de espectáculo dan cabida a una presentación perfecta de Love of Lesbian, con temas que hacen bailar y emocionar a la audiencia a partes iguales.
Su inicio ya adelantaba cuál sería la línea del resto del concierto, pues no había nadie que se quedara sin gritar los versos de la canción que da nombre a su último disco. El recibimiento fue tan grande como el que tendrían posteriormente ‘Sesenta memorias perdidas’ o ‘Cosmos (Antisistema solar)’, también del mismo álbum. Aunque se ayudaban de visuales en tres grandes pantallas para ambientar las actuaciones, lo que realmente era digno de ver fue la espectacular reacción de los asistentes ante estos temas, que no son ni de lejos sus más famosos. Todos se animaban a cantarlos y bailarlos.
Uno de los momentos más especiales con la audiencia vino de la mano de ‘Noches Irreversibles’, que empieza de forma acústica hasta explotar con sus dos baterías. El final de la canción lo cantó la audiencia, apareciendo en pantalla y dándole todo el protagonismo de la actuación. Algo similar sucedería durante la interpretación de ‘Algunas plantas’, mucho más bailable y en la que se animó al público a agacharse para que saltara a la vez en el estribillo final.
Por otro lado, no faltó la reivindicación, con una mención a la guerra entre Israel y Gaza: “Todos sabemos que fuera se están cometiendo atrocidades terribles, una vergüenza para la humanidad absoluta. Ojalá que los responsables de tanto dolor sean juzgados por un Tribunal Internacional”. Además, también recordaron de dónde vienen: “No somos una banda televisiva, no venimos ni de Operación Triunfo ni salimos por la radio apenas, no nos llaman las televisiones… Seguimos siendo los raros […]. Y luego llegas aquí y te das cuenta de la inmensa cantidad de raros que hay. Todos esos raros que somos nosotros y vosotros hemos compartido algo que no vamos a olvidar jamás: la magia del directo”.
Sin embargo, la auténtica emoción estaba reservada para los dos encores finales. Durante el primero de ellos, el momento más bonito de la noche: Leiva apareció por sorpresa encima del escenario para hacer una preciosa interpretación de ‘Incendios de nieve’ junto a Love of Lesbian. Ya sea por la entrega de la audiencia, que seguía cantando hasta cuando el tema había finalizado, o por la química entre Balmes y Leiva, el WiZink pudo contemplar todo un homenaje a la honestidad de la música y las emociones que logra evocar. El segundo encore revisitaba el himno de ‘1999’, ‘Allí donde solíamos gritar’, que fue el tema que se encargó de cerrar el concierto a lo grande.
Quizá porque es la ciudad de la libertad, como describió irónicamente Balmes, o porque había algo metafórico en cerrar en la capital una gira que comenzó en Barcelona, dos “ciudades hermanadas”, Madrid fue testigo del último gran viaje de Love of Lesbian. Pero parece que su ambición los llevará a volver a hacer pronto las maletas: el grupo ya prepara su próximo disco, que tienen completamente grabado, según anunciaron sobre el escenario antes de que toda la audiencia los jaleara. Ellos tenían clara la respuesta: “Gracias por ser un milagro”.