Alizzz, autor de nuestro penúltimo Disco de la Semana ‘Conducción temeraria‘, visita REVELACIÓN O TIMO, el podcast de JENESAISPOP. Cuando está a punto de presentar el disco en Tomavistas («Yo soy un artista de noche. La gente viene a saltar a mi concierto»), nos cuenta los entresijos de un álbum que según él mismo, ha orquestado con la guitarra eléctrica como elemento distintivo. Por ahí, nos descubre la conexión curiosa entre ‘La canción que no quiero cantarte’ de Amaia y Aitana, y su nuevo último hit con Maria Arnal, ‘Despertar‘.
Eso sí, estamos hablando de guitarras rotas y tratadas hasta la saciedad, a menudo como si fueran sintetizadores, lo que nos sirve para hablar con Cristian Quirante sobre la diferencia entre producir y escribir un tema. Nos explica sobre producción: «es la búsqueda estética del vestido que le das a una canción. Una canción es una estructura y una letra. Y luego tú eso lo puedes transformar de la manera que sea. La búsqueda de esa forma es lo que hace un productor».
Quirante se crio en los 90 obsesionado por el segundo disco de Oasis o el álbum ‘Blur’ más por ‘Beetlebum’ que por ‘Song 2’, pasando después a la electrónica. Sin embargo, afirma no tener realmente un artista o un productor de cabecera: «No tengo referencias como «A, B y C, y este es mi imperio romano»».
Nos sorprende cuando afirma que no le gusta el rap: «No me gusta el rap (risas) No he sido rapero. Me gusta el rap pero mezclado con más cosas. En general la música pura… siempre me han gustado las cosas cuando se encuentran y se fusionan. El rap me empieza a gustar cuando se mezcla».
Hablamos sobre su trabajo en discos como ‘Ídolo’ o ‘El Madrileño’ de C. Tangana, sobre cómo fue la grabación histórica de ‘Antes de morirme’ y sobre el futuro de la música pop en la actualidad. Y ahí se muestra un poco reticente: «Siento que hay un colapso, un bloqueo. Una ida hacia lo genérico. Sobre todo en España y en el mundo latino hemos tenido una explosión de creatividad increíble con todo el pop urbano. Ha sido una de las explosiones culturales más jevis que hemos tenido, pero como todas las tendencias, se satura».
Continúa, sobre la deriva de la industria: «Se está jugando a ir hacia algo más genérico, y eso va a explotar en algún momento. La gente que escuchamos mucha música puede que estemos ya cansados. Y tenemos hastío de esos géneros. Hay gente que va haciendo cosas interesantes. Pero no sé hacia dónde va a ir. O no sé si vamos a seguir yendo hacia ningún lado, yendo hacia lo genérico, genérico, genérico. Veo ahí como un nexo entre la inteligencia artificial y el mundo genérico. Como que se mezcla. Cada vez me interesan menos los fenómenos pop mundiales. No encuentro nada que me parezca interesante. Lo último interesante fue lo de Artemas o la balada de Joji que fue número 1 mundial, a piano. Hay cosas outsiders que se llevan éxito y popularidad. Pero no sé qué va a ser lo próximo genérico formulaico que triunfe».
En esa línea y por motivos parecidos, Alizzz nos revela que nunca ha sentido mucho a Beyoncé ni el pop escrito como «por por 7 tíos encerrados en una sala. Lo escucho y no dejo de pensar en esa imagen. Pero no es por Beyoncé, es por ese tipo de proyectos». Por el contrario, elogia ‘Motomami’ de Rosalía por sus imperfecciones, y tiene ganas de escuchar el nuevo de Lana del Rey.
«Hay un nexo entre inteligencia artificial y el pop genérico. No sé si vamos a ir hacia ahí»
Un capítulo interesante es en el que recuerda lo que sucedió al lanzamiento de ‘Que pasa nen‘ en Cataluña, su primer tema en catalán, que hablaba sobre la escena con humor y un punto crítico. Alizzz tuvo dudas sobre si lanzarla, por lo que iba a pensar su madre: «Fue jevi. Levantó un revuelo bestia. Fue entretenido. Fue un reto surfear esa ola tan grande. Puedes sacar cosas buenas o puedes ser arrastrado y salir mal parado. Gestionar eso fue emocionante. Creo que lo hice bastante bien. Hay gente que me puso una cruz y una raya pero creo que gané respeto artístico. Creo que es lo más importante que he sacado de esa canción. Si haces una canción de amor puedes conseguir respeto artístico por la producción o la manera de explicarlo. Pero algo político, eso no lo hace un cantante. Eso lo hace un artista. Y hacerlo de una manera inteligente, me sirvió para entregar un Premio Gaudí. Si no, ¿de qué voy a entregar yo un Premio Gaudí?», bromea.