The Blaze: «No nos llega el «hype», somos gente muy normal»

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The Blaze: «No nos llega el «hype», somos gente muy normal»

The Blaze se ha convertido en uno de los grupos de música electrónica más populares de los últimos años. Sus eufóricas y emocionantes canciones, y sus asombrosos videoclips, en los que reflexionan sobre temas como la inmigración o la masculinidad, han conquistado a un público masivo que abarrota sus conciertos. La gente quiere volar con los hipnóticos sonidos de ‘Territory’, ‘Eyes’ o ‘Virile’ -probablemente su mejor canción- y sus shows no son auténticos portales hacia algún lugar sublime. Sus autores e integrantes de The Blaze, por cierto, son primos: Jonathan y Guillaume Alric me atienden por Zoom para hablar de su segundo disco, ‘JUNGLE’, y de otros temas. The Blaze estará actuando en Tomavistas el viernes 24 de mayo y en Mallorca Live el sábado 15 de junio.

Estáis constantemente de gira. ¿Os ha dado tiempo de perder algún instrumento?
Jonathan: Hemos tenido problemas perdiendo parte del equipo y, en algunos conciertos, hemos tenido problemas técnicos debido a ello. Sin embargo, nunca hemos perdido nada importante ni nos hemos enfrentado a una situación grave. Siempre que nos ha pasado algo hemos encontrado una solución.

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Hablando de las giras, ¿os gusta la vida de hotel?
Jonathan: Me gusta relajarme, tomarme una siesta, pero la vida de hotel no es interesante, no tienes tiempo de ver la ciudad como un turista. Te sientes un poco solo y es un poco aburrido. Y al día siguiente ya tienes que coger otro avión.
Guillaume: La mejor parte de hacer giras es mostrar el concierto a nuestro público. Y ver al equipo. Juntos somos una familia.

¿Cuál es vuestro primer recuerdo musical?
Guillaume: Recuerdo que mis padres solían poner música clásica los domingos cuando salíamos pasar el día fuera en en el bosque que había cerca del pueblo donde vivíamos. Al volver a casa, encendía una pequeña hoguera y ponía la misma música. Cuando escucho esa música recuerdo la misma emoción que sentí cuando la escuché de pequeño por primera vez.
Jonathan: Me viene a la mente cuando mis padres ponían la radio en el coche. Mi padre también sintonizaba música clásica. Cuando era adolescente también escuchaba música clásica porque mi novia la tocaba. Pero, la música que realmente me impactó en mi vida, es la que escuchaba en película. La banda sonora de ‘Reservoir Dogs’ de Quentin Tarantino me encantaba.

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Es interesante que vuestros primeros recuerdos musicales conecten música e imágenes, como hacéis ahora. ¿Creéis que este primer contacto musical ha influido vuestra carrera?
Jonathan: Cuando me empezaba a gustar la música, la escuchaba mucho y escribía historias. Cada vez que quería escribir una historia escuchaba música y, en concreto, escuchaba música clásica, porque es instrumental, no tiene letras y estimulaba mi creatividad. La música me ayudaba a escribir historias y a ser creativo.
Gullaume: Emocionalmente, creo que escuchar música clásica de joven me inspiró a aplicar esa emoción a mi propia música. Después, en la adolescencia hice amigos que tocaban la batería, la guitarra o el piano, y me di cuenta de que quería probar otras cosas. Quería experimentar con el hip-hop y con los sintetizadores. Y de ahí a donde estamos ahora.

¿Cómo lleváis el «hype» en torno a The Blaze? En los festivales la gente se muere por veros.
Guillaume: Estamos muy agradecidos a la gente, a los fans y a los que no son fans, pero ese «hype» a nosotros no nos llega. En la vida real somos gente normal, y cuando digo normal quiero decir muy, muy normal (ríe). En casa vivimos en nuestra burbuja, y eso nos ayuda a mantener los pies en la carrera.

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Vuestras canciones buscan la euforia. ¿Vosotros cómo bajáis de esa nube?
Jonathan: Me gusta ir al cine, ver una peli solo, escondido en la oscuridad, no tengo que socializar (ríe) Cuando voy al cine sé que la película que vea va a reclamar toda mi atención y me ayudará a estar presente en el momento. Así que disfruto mucho de ir al cine, excepto cuando la película es mala. También me gusta salir con amigos. Ahora que empieza a ser primavera, salir a tomar algo en París es agradable.
Guillaume: Me gusta ir a exposiciones, leer cómics y, cuando puedo, cuando vuelvo a mi pueblo, caminar por la naturaleza y contemplarla. Simplemente mirar la naturaleza me ayuda a inspirarme.

Vuestro disco, ‘JUNGLE’, salió el año pasado. ¿Creéis que es una evolución de vuestro debut, o más bien un refinamiento?
Jonathan: Lo considero una evolución. En el disco hemos intentado proponer algo diferente, ir a otro lado. En ‘JUNGLE’ hay temas pop, otros más bailables y tecno. El disco lo creamos durante el confinamiento, pasamos por estados de ánimos muy diferentes, y creo que eso se refleja en la música, y en la historia que cuenta.
Guillaume: También es diferente en el sentido técnico. En ‘JUNGLE’ hemos usado más sintetizadores analógicos que en el debut. Hemos grabado todas las voces con efectos analógicos antiguos. En ‘DANCEHALL’, por contra, casi todo estaba grabado en ordenador.

«El título de ‘JUNGLE’ habla de la jungla que puede ser también la humanidad»

¿Cómo es vuestro proceso? ¿Sois metódicos o más de improvisar y dejaros llevar?
Guillaume: Cuando componemos somos totalmente de improvisar (NdE: enseña el estudio por la cámara del ordenador). No tenemos una receta, trabajamos y esperamos a que la inspiración llegue. A veces eso pasa y otras no. Nos gusta que la inspiración venga no por accidente, sino de manera orgánica y natural.

¿Los visuales vienen antes que la música o al revés?
Jonathan: No hay receta, depende de la canción, depende del vídeo. En ‘DREAMERS’ queríamos hablar del tema de los refugiados y, cuando compusimos la canción, ya teníamos imágenes en nuestra cabeza. Generalmente tenemos la música hecha y después pensamos en el vídeo. En ocasiones, cuando ha tocado editar el vídeo, hemos modificado la música para que encaje mejor, por ejemplo, con ‘MADLY’: la versión del vídeo es diferente a la del disco.

¿Por qué tituláis vuestros discos con géneros musicales?
Jonathan: ¿Por qué no? (reímos todos)
Guillaume: Con ‘DANCEHALL’ queríamos hablar no solo de esta música sino de la gente que baila en esos salones. En ‘JUNGLE’ nos hacía gracia seguir la idea. Pero el título de ‘JUNGLE’ tiene otro significado inspirado en el concepto de jungla de hormigón. La portada es una fotografía tomada desde el aire de México, donde vive gente de muchas partes del mundo. Es un sitio muy social. El título de ‘JUNGLE’ habla también de la jungla que puede ser la humanidad.

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