Billie Eilish ha cuestionado su segundo disco, ‘Happier than Ever‘, durante una entrevista con Zane Lowe en Apple Music. La artista se encuentra promocionando su nuevo álbum, ‘HIT ME HARD AND SOFT‘, nuestro Disco de la Semana. Por tanto, es lógico que, como todos los artistas, construya el relato de que en esta obra, ahora sí que sí, se ha encontrado a sí misma. Aunque eso se lleve por delante alguna obra anterior.
Ha dicho sobre ‘Happier than Ever’, hablando de cómo lo compuso junto a Finneas: «Éramos dos personas a las que les habían dicho las cosas más bonitas imaginables y nos sentamos a hacer estas canciones. Recuerdo que nos sentábamos y decíamos «somos tan buenos…» Estas canciones las trabajábamos durante un día y decíamos «ya está»».
Añade: «no pusimos demasiado en el disco. Por eso hay 16 canciones. Nadie necesita esa cantidad de canciones. Además de venir de ese lugar de «somos tan buenos, esto suena tan bien», al menos para mí, suponía no saber quién era realmente. Y ‘HIT ME HARD AND SOFT’ es casi el reverso de eso. Es más algo así como «no sé si lo que estamos haciendo es bueno en absoluto. Puede que sea terrible. Y ahora cuando lo pienso, me digo: «sí, me siento a gusto consigo misma»».
Por supuesto, ‘HIT ME HARD AND SOFT’ representa el descubrimiento sexual de Billie Eilish. ‘LUNCH’ es la primera canción que dedica a una chica, y que suena explícita. Pero también es cierto que la artista está siendo demasiado dura consigo misma. Quizá afectada, aunque sea inconscientemente, por que su debut ganó el Grammy a Álbum del Año, y ‘Happier than Ever’ perdió contra una cosa tan inocua como ‘We Are’ de Jon Batiste.
‘Happier than Ever’ se abría con una composición llamada ‘Getting Older’, publicada cuando la artista aún no había cumplido los 20 años. Era un disco variado, más allá de la gracieta de llamar un tema ‘Billie Bossa Nova’, y algo disperso. Jordi Bardají escribía en su crítica, puntuada con un 7,9 sobre 10, que en el largo «Billie intenta unificar unas canciones bastante distintas entre sí. A veces lo consigue y otras no». También, sobre lo de las 16 canciones, que con «sus aventuradas producciones queda claro que el segundo disco de Billie Eilish está hecho para callar bocas, pero sigue sin ser del todo redondo debido a que su secuencia es larga de más».
El nuevo álbum, por el contrario, tiene solo 10 cortes, claros, distinguibles, y concisos. Es evidente que el cambio le ha sentado muy bien y las cifras empiezan a acompañar. Según pasan los días, parece que a la buena recepción de ‘LUNCH’, hay que sumar la de ‘CHIHIRO’ y ‘BIRDS OF A FEATHER’. Pero además es que ‘BLUE’ y ‘L’AMOUR DE MA VIE’ están ganando cada vez más enteros. Así que sí, definitivamente este disco es mejor que el segundo.
Está bien tener criterio, avanzar y no reconocerte en errores del pasado, pero tampoco hay que quitar méritos a lo que se hizo mejor que OK en su momento. Especialmente el tramo final de ‘Happier than Ever’ era apabullante, desde el minimalismo de ‘Your Power’ hasta el subidón hacia la mitad de ‘Happier than Ever’ -que tanto debe de haber gustado a Olivia Rodrigo-, pasando por la electrónica de ‘NDA’ -muy importante para el desarrollo del nuevo álbum- o aquel ‘Therefore I Am’ de vídeo inenarrable.
Sería una pena que todas estas canciones desaparecieran de su setlist. En otoño, cuando comience su gira -que no llega a España hasta junio de 2025-, averiguaremos cuáles son las composiciones de ese segundo disco que Billie tiene en mejor estima.