Mad Cool fue el escenario escogido por Dua Lipa para presentar su tercer álbum, quizá porque el festival fue pionero -tras el FIB– en solicitar sus servicios cuando no era tan conocida, un par de años antes de ‘Future Nostalgia‘. La cantante ofrecía en aquel entonces un concierto de banda influido por los 80 de Madonna, Michael Jackson y Prince, y algo de eso queda en un set que parece dominado por bailarines y escalinatas, pero también ofrece sus momentos guitarreros.
La salida es espectacular, de superestrella máxima. Suena una de sus grandes últimas canciones, ‘Training Season’, mientras la banda saca cierta punta a la psicodelia del álbum ‘Radical Optimism’ y el nombre del largo aparece en pantallas. Los bailarines se preparan para darlo todo, y finalmente se incorpora ella. Sus movimientos serán de manera reiterada sexys, hasta el punto de enloquecer definitivamente a unos fifes a mi lado durante ‘Love Again’. Gritan obscenidades con tan poca sal, que resuelvo cambiándome de sitio. Cosas de los festivales con 55.000 personas.
El show es un triunfo absoluto en su selección de «grandes éxitos». Incluso renunciando a incorporar todos -por ejemplo faltan ‘IDGAF’ o ‘Blow Your Mind’-, es que le sobran, como ya quisieran otros artistas. ‘One Kiss’ suena en 2º lugar, ‘Break My Heart’ en 4º con una lluvia de pétalos de rosa en forma de confeti, ‘Levitating’ en 5º, ralentizada y sin necesidad de featuring alguno… y así todo el rato. Llama la atención la épica que sigue dando a ‘Be the One’, momento que aprovecha para agradecer al público español, en castellano, su “luz y su energía”. Dua Lipa muestra en ese momento una faceta tierna y cercana, más humana que durante la perfección coreográfica que busca en el resto del show.
Poco después, empalmará ‘Hallucinate’, ’New Rules’ remezclada y ‘Electricity’, con una ‘Cold Heart’ que, sentada y con la voz de Elton John pregrabada, pretende volver a ser un instante más bonito y recogido… y lo consigue. Sin duda, es una de las remezclas más conseguidas de todos los tiempos.
El bis, con ‘Physical’, ‘Don’t Start Now’ y ‘Houdini’, deja el show bien arriba. No se percibe al público decepcionado; más bien todo lo contrario. Hay que tener muy mala estampa para quejarte de que un concierto en un festival sea una sucesión de hit after hit. Y sin embargo, hay algo que falla: la defensa de ‘Radical Optimism’, que en principio era a lo que veníamos algunos.
Las pocas canciones que suenan del último disco (5, por 7 de ‘Future Nostalgia’) aparecen demasiado desperdigadas en el setlist como para dejar la sensación de que Dua Lipa venía a presentar algo. ‘Happy for You’ llega a cerrar la primera mitad de manera discreta, y también pasa desapercibida ‘These Walls’, ahogada entre hit y hit, pese a lo cuca que es.
La artista renuncia a traer alguna de sus viejas canciones a su nuevo sonido para recordarnos que tiene un álbum importante que presentar. Tan pronto como suena ‘One Kiss’ te das cuenta de que lo que vas a ver es un concierto festivalero y no una defensa artística de un trabajo en concreto, apoyada en unos visuales concretos o unas ideas escenográficas concretas. No hay narrativa alguna en el supuesto ‘Radical Optimism Tour’. Dua Lipa puede ser la cabeza de cartel más entretenida, interesante y divertida de Mad Cool 2024, pero también corre el riesgo de convertirse en un “legacy act” antes de cumplir los 30. Esperemos que no tenga que pasarse la vida revisitando sus dos primeros álbumes, como tantos compañeros británicos, de Stone Roses a Oasis. 8.