Después de que Bad Bunny rompiese todos los récords con sus 12 estadios y 600.000 entradas agotadas en España, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha llamado a la puerta.
Este mismo lunes, la OCU había denunciado a Ticketmaster, empresa encargada de la venta del puertorriqueño, por el «cobro irregular y abusivo» de las entradas. Desde la OCU aclaran que la investigación es parte de un expediente informativo que mantienen abierto a varias empresas de venta de entradas.
Sobre todo, Consumo ha puesto el ojo en posibles recargos ilícitos durante el proceso de compra. Esto se refiere a conceptos que habrían sido aplicados sin la transparencia o justificación debidas. La organización adelanta que esto podría significar un incumplimiento de la normativa de protección de los consumidores.
La locura desatada por la venta de entradas de Bad Bunny es conocida, pero la OCU concretaba en su denuncia que muchos compradores se encontraron con gastos no esperados y que no eran reembolsables. Estos serían los gastos de gestión, donación y cargo VIP. Así, las entradas de 79,50 euros pasaban a tener un valor de 269,30 euros al sumar las tres tarifas: 3,30 en donaciones, 36,50 de gastos de gestión y 150 euros por cargo VIP.
El hecho de quelos gastos de gestión en el precio final sean repercutidos al usuario y no al vendedor también son motivos de denuncia por parte de la OCU. Estos gastos suelen estar ocultos hasta el momento de pago y no son reembolsables, por lo que si el comprador quiere solicitar un cambio o devolución perderá su importe.