Miss Caffeina vienen de una de las épocas mas tumultuosas de su carrera. El resultado es ‘Buenasuerte’. El sexto álbum de Alberto, Toni y Sergio explora el duelo y la ruptura desde todos sus ángulos, desde la tristeza y la rabia hasta la ironía y, finalmente, la aceptación. ¿Cómo lo han hecho? Con electrónica, melodías clásicas y mucho compañerismo.
La banda, además, se sincera sobre trabajos anteriores como ‘El año del tigre’, el cual «no debería haber sucedido», o la incómoda visita al camerino de cierto artista. Hablamos con ellos sobre producir un disco con Pablo Rouss (después de varios discos con Max Dingel), las rupturas y el duelo que inspiraron el disco, los festivales de KKR o el Benidorm Fest.
¿Qué significa para vosotros este disco? Sobre todo para los que no habéis sufrido una ruptura como Alberto. Para Alberto, me hago una idea…
Sergio: Es complicado, y ha sido intenso. Ten en cuenta que hay muchas canciones relacionadas con la ruptura se han ido haciendo después, y en particular la parte que he escrito yo, se suma a ese proceso de duelo, pero viene de otro lugar: viene de la pérdida de un familiar cercano. Lo que hemos intentado es redirigir un poco la energía y canalizarla a favor de la obra, para que hubiera unidad en todo el disco. Un concepto fuerte que parte de lo primero que trajo Alberto, hablando de las fases del duelo. A nivel emocional, 2023 y 2024 han sido dos años heavies… Ha sido intenso a nivel emocional.
Toni: A nivel personal, yo he conectado 100% con todas las canciones porque también he pasado justamente hace muy poco por eso. Recibir estas canciones me ha metido de lleno en toda la mierda que llevaba pasando el año anterior con la ruptura que tuve y demás. Personalmente estoy 100% conectado con todo.
Vaya, que yo pensé que era el disco post-divorcio de Alberto, pero en realidad habéis hecho una cosa sobre la pérdida más genérica sobre las fases del duelo…
Alberto: Nos tiramos tantas horas juntos en una furgoneta y nuestro proyecto es tan vocacional, con los tres hablando continuamente, que cualquier cosa que le pasa a uno al final se hace como problema de todos. Cuando yo pasé por una ruptura era el tema de conversación que teníamos todo el rato. Y cuando Sergio me enseñaba sus temas, yo decía: «¿Pero los has escrito sobre lo que me ha pasado a mí?». Y me decía: «No, habla de esto, pero sí que es verdad que lo he adecuado para que sea acorde al disco». Al final, todo el mundo pasa por una ruptura, se han hecho discos y discos sobre esto. Al final es como nuestra versión del duelo, de las fases y mezclado también con «este duelo es así porque también se tienen otro tipo de mochilas, sobre inseguridades y demás». Aunque individualmente cada duelo es diferente.
¿Cuáles fueron las primeras canciones que teníais escritas?
Alberto: ‘Argumento de mierda’ fue la primera que se hizo.
Sergio: Yo la primera que aporté fue ‘Debería estar brillando’. Luego, el puzzle se fue completando a medida que completábamos un concepto. ‘Intemperie’ para mí fue una manera de intentar redondear el concepto del disco con otra canción de pérdida muy clara, muy dolida y muy intensa.
Alberto: La diferencia con este disco es que en vez de coger las canciones que más nos gustaban o coger 10 canciones y meternos al estudio a grabarlas, teníamos muchísimas canciones en una carpeta. De ellas, grabamos las 5 principales. Cuando ya te plantas con 5 o 6 canciones, dices: «vale, el disco habla de esto, ¿qué más necesita? Y ahí puedes tirar de esas demos que teníamos, toda una carpeta de dramas (risas) O, directamente, componer más, como hizo Sergio.
A nivel tracklist, secuencia… habéis intentado dejar un mensaje como de optimismo, o divertido, al final? Porque el disco tiene sus valles….
Alberto: No, no tiene un orden muy concreto. Es más sónico como para que no te aburras o para que no haya demasiado beat seguido. A nivel narrativo las fases están totalmente desordenadas, porque nadie vive esto de una forma ordenada. De hecho, se repiten varias fases en un mismo duelo. Yo creo que la más positiva podría ser ‘Buena suerte’, que es como «vale, ya estoy superándolo, entiendo lo que pasa, te deseo buena suerte». Pero espérate, que ahora vienen otras nueve canciones en las que me voy a descargar.
Sergio: Es como la típica peli que empieza por la resolución, que te resuelve al principio que ha ocurrido algo, y tienes que ir viendo qué es lo que ha pasado a través del resto del disco.
¿Cuál sería la canción más película?
Alberto: ‘Hoy va a ser el día’, porque de hecho en el estudio nos pusimos una escena de ‘La Mesías’. Cuando Macarena García se toma un tripi y está como en una especie de rave, pero ya está totalmente desubicada y todo el mundo está muy feliz alrededor. Queríamos exactamente eso para ‘Hoy va a ser el día’. Y como que verlo visualmente nos ayudaba bastante a llevar la producción donde queríamos. Esta vez las letras son muy explícitas, con lo cual es más fácil imaginarte la peli. Otras veces hemos utilizado más metáfora y la gente no sabía de qué estábamos hablando.
«Cagarte en la madre del otro es supernatural y todo el mundo lo ha sentido en una ruptura»
¿Por qué habéis dejado un tema como ‘Que seas feliz’ para el final?
Alberto: Quitarle un poco de hierro a todo, porque es un disco muy intenso, sobre el drama que supone una pérdida en todas sus formas y terminar con algo de humor me parece que te hace decir «voy a escucharlo otra vez», porque además dura media hora. Cagarte en la madre del otro es supernatural y todo el mundo lo ha sentido en una ruptura, que igual dura cinco minutos o dura tres días, pero es un sentimiento súper humano y mola hacer canciones sobre eso.
Si no eres el destinatario de la canción…
Alberto: Claro, pero haberte enrollado con un banquero (risas)
Sergio: Con alguien que no te vaya a devolver la puñalada con una canción (risas)
Contadme cómo ha sido trabajar con Pablo Rouss después de varios discos con el mismo productor, Max Dingel.
Toni: Llevábamos cuatro años con Max, nos habíamos acomodado. Max nos sacaba muchas cosas buenas, pero ya nos hacía falta tener una visión de gente más joven que estaba haciendo cosas que nos gustaban muchísimo. El disco de Belén Aguilera nos flipaba, ‘Metanoia’. Nos apetecía cambiar. Ha sido guay trabajar con Pablo, porque aparte de que nos hemos reído mucho y hemos encajado personalmente, le dio sobre todo mucho protagonismo a la voz, a cómo se grababan las voces, cuántas cosas podía hacer la voz. Hay muchos adlibs, muchas cosas que molan de percusión hechas con la voz. Se nota el trabajo vocal que hay en el disco, gracias a él.
Alberto: Por ejemplo, en ‘Buena suerte’, el primer tema, solo hay un bajo. Lo demás es todo percusión y toma vocal. No es que seamos Björk en ‘Medúlla’, que era todo vocal, pero son cosas muy interesantes que no habíamos hecho hasta ahora. Mola que en 6º disco, alguien te presione para cantar de otra manera o cantar mejor o desde otro sitio. Y luego, mola verle producir porque se vuelve como loco, entra en una especie de trance y se le empiezan a ocurrir muchísimas cosas y es muy divertido. Hemos conectado con él un montón y el hecho de que le llevásemos tanta edad también era un plus. No entendemos muy bien el mirar con recelo a las nuevas generaciones.
«No entendemos muy bien el mirar con recelo a las nuevas generaciones»
¿Este disco para vosotros es un cambio tan radical respecto a lo que hacía Miss Caffeina? Si lo comparas con los principios es súper diferente, pero no sé si ha sido como una evolución más progresiva…
Sergio: Yo creo que sí que es progresivo. Tampoco veo un cambio muy heavy, aunque sí que hay cambio.
Alberto: Yo creo que este disco podría haber sucedido después de ‘Oh Long Johnson’. ‘El año del tigre’ fue un… No sé cómo decirlo sutil, pero fue un disco que no debería haber sucedido. Hay canciones que me gustan mucho de ese disco, pero…
Sergio: Es un poco Frankenstein.
Alberto: Es un poco Frankenstein, no era el momento de sacar ese disco. Hay algunas canciones que eran mejores en la demo que en la versión final. Estábamos pasando por cambios de formación, cosas personales… muy raro. Y creo que esto hubiese sido la consecuencia después de ‘Oh Long Johnson’.
Sergio: De hecho, si te fijas en los dos primeros singles de ese disco, ‘Punto muerto’ y ‘Me voy’, eran dos canciones que apuntaban a ese camino: minimalismo, electrónica, mucho más en esta onda de ahora. Pero la manera en que hicimos aquel disco, sin estar encima de la dirección creativa por todos estos frentes que teníamos abiertos, salir de la pandemia, estar en gira, movidas internas varias… Yo creo que nos desenfocó el trabajo. Mi sensación era que ‘Merlí’, ‘Prende’ y ‘Calambre’ eran el camino. Después creo que nos perdimos en tener que producir deslavazado, en varias tandas, porque de repente el productor podía o no, estábamos en mitad de una gira… Y creo que ahí perdimos un poco el rumbo, pero la brújula estaba puesta en ese sitio.
Ahora que mencionas Merlí, sí que echo de menos como un cambio radical como el que fue ‘Merlí’ como primer single…
Alberto: Eso está muy bien porque quiere decir que la gente espera que lo hagamos, no espera que saquemos el mismo disco todo el rato y es muy interesante. Pero, por ejemplo, ‘Debería estar brillando’, comparado con lo que hemos sacado justo anteriormente, a mí me parece bastante cambio…
A lo mejor no tenéis por qué cambiar, o sea, mira Viva Suecia. U Oasis. Hay bandas que no cambian.
Alberto: Tiene que ser natural. Si es lo que tú sabes hacer y quieres seguir ahí porque es tu motivación artística guay, pero la nuestra nunca fue esa.
Sergio: También creo que es más fácil percibir esto que acabas de decir, cuando vienes de un disco fundamentalmente de guitarras y las quitas todas, de repente. Ese cambio se siente muy fuerte, súper fuerte. Cuando ya has transitado el mundo sintes, el mundo más electro, el mundo del medio tiempo pop, que es un sitio donde estamos bastante a gusto… creo que las diferencias son más sutiles. Yo sí que noto una diferencia grande, sobre todo en dónde está la voz en este disco. Tener un productor español, que trabaja muy bien las voces, pero que es español, sintiendo lo que estás diciendo, te cambia la película 100%. Este tipo, Max, es encantador, pero es alemán. Y habla inglés. La parte emocional de cómo se hicieron las cosas era distinto. Yo creo que para mí ahí está la raíz de por dónde hemos cambiado con este disco a tope. La apuesta en este disco creo que ha sido la voz.
Alberto: De hecho, no hay ni una sola guitarra en todo el disco.
Sergio: Pero tampoco ni un arreglo de sinte de «lead». No hay ninguna melodía que tú digas «es una melodía de sinte». Tú sabes cómo empieza ‘Merlí’. Cuando vengas a este disco lo que vas a recordar es una melodía de voz, no una melodía de un sinte y todo ese trabajo es un concepto para que las letras estén en primer plano. Hay una historia aquí y es otro tipo de emoción. Creo que está muy logrado a nivel conceptual por Pablo, el saber retenerse, porque es muy fácil sumar cosas, y ahora estudiar no sé qué, pero ese retenerse y esa contención para poner la historia y las voces en primer plano es súper importante. Es un ejercicio de buen gusto, cuando lo que eliges es contar una historia, que es este disco.
Para vosotros, como músicos, ¿qué supone hacer una cosa tan electrónica?
Toni: A mí, diversión absoluta. Me parece súper divertido. Probar cosas nuevas siempre es bien y jugar y pasárselo bien mola.
Alberto, has dicho que la motivación no es innovar. ¿Cuál sería?
Alberto: Seguir la intuición, lo que nos apetezca en cada momento. Sí que es verdad que a lo mejor te rompes la cabeza para buscar una melodía que no has hecho y al final sigue sonando a tu típica melodía porque es tu identidad y es tu forma de escribir. Nosotros no hemos hecho cada disco pensando «y ahora tiene que ser súper diferente». O «se tiene que parecer al anterior». No creo que la motivación tenga que ser «ahora voy a hacer esto».
Pero tus referentes pop siempre viven de la reinvención. Es muy llamativo que tú, en realidad, estás como más esclavizado por la canción en sí…
Alberto: Hay canciones de este disco que podrían sonar a guitarra y voz y mira cómo suenan. Precisamente porque soy fan de Madonna y soy fan de Bowie y demás, esto de las esencias de los primeros discos, no me lo creo ni me ha gustado nunca. Y creo que va más conmigo el que cada disco sea totalmente diferente y tenga como incluso un imaginario diferente y una imagen diferente, por esto que estamos hablando. Pero buscarlo en exceso me parece que puede ser antinatural, que tiene que salir y te tiene que gustar.
Es un disco que viene de muchísimo dolor. ¿Cuál sería la canción que para vosotros es la más desgarradora o la más visceral o la más triste?
Alberto: Yo creo que ‘Argumento de mierda’, porque en todas hay como una esperanza en algún momento de la canción. No tiene por qué ser al final, igual hay un momento de esperanza, por ejemplo, ‘Hoy va a ser el día’ tiene un momento de intención de «voy a superar esto porque va a ser el día». Y de repente dice «me he encontrado una nota y se me ha venido todo abajo». Todo el disco funciona así, pero en ‘Argumento de mierda’, no hay ningún momento en el que hables de superación.
Sergio: No hay alivio.
Alberto: Habla de lo crudo que es porque esta canción la escribí dos días después de mi ruptura gorda, después de estar 15 años con una persona y compartir una familia y compartir un hogar y tener que saber quién eres tú de repente en singular, sin la otra persona al lado, se asemeja mucho a la pérdida física de alguien o el fallecimiento. Al final es «vale, ahora soy yo sin esta persona al lado».
«Escribí ‘Argumento de mierda’ dos días después de mi ruptura gorda, después de estar 15 años con una persona y compartir una familia»
También has dicho «este es el disco que siempre he querido hacer». Pero claro, no sé si merece la pena, implicando tanto drama y tanto dolor…
Alberto: Sí, siempre merece la pena. Pero me refería más al tipo de producción y al tipo de canción y al tipo de concepto. Más que el que siempre he querido hacer, el que yo hubiese hecho si lo hubiese hecho solo. Yo no siento la necesidad de hacer algo ahora en solitario porque esto es lo que me gusta, lo que yo hubiese hecho solo. Me siento bastante conectado con este disco, y no me pasó con el anterior.
Eso no es lo que decías en aquel momento.
Alberto: (risas) Ya, ¿qué te voy a decir? ¿Cómo te convenzo del disco?
¿Cómo es que te metes con Lou Reed y Lana del Rey en ‘Extra’?
Alberto: No, con la Lana del rey no me meto… Simplemente dio la casualidad de que la persona era muy fan de Lana del Rey. Y con Lou Reed tampoco, porque realmente soy súper desconocedor e ignorante de su discografía, y lo que tú me dijiste: igual de repente cojo un disco y me flipa. Igual que descubrí a Bowie muy tarde, igual descubro a Lou Reed muy tarde, pero hace más referencia a los estereotipos de lo que te tiene que gustar como músico creíble y músico respetable y las referencias que tienes que tener visualmente, musicalmente y todo esto, que nunca me han interesado.
Es una canción sobre no sentirse bienvenido y sobre la responsabilidad de esa persona que te hace sentir «no bienvenido». Porque muchas veces puedes caer en el «jo, fíjate, me miran de esta manera o no me aceptan en este círculo o no entienden mis referencias». Y como que te estás analizando tú, echándote tú la responsabilidad y no, la otra persona también puede hacerte sentir de una manera. Y cuando te das cuenta de esto es súper liberador, porque me puede afectar en algún momento concreto, pero también disfruto de ello. Ya sé que no encajo en lo que tú crees que es un músico, perfecto, pero tengo toda la libertad para hacer lo que me dé la gana.
«A mí me parece muy bienvenido que tú me hables de Lou Reed y de los Stones, pero si yo te empiezo a hablar de las Spice o de Britney Spears… Tú sabes el tipo de mirada, ¿no?»
¿Hay algo de sentir que no perteneces a un grupo social, o complejo de inferioridad?
Alberto: No de inferioridad, porque yo tengo muy claro lo que a mí me gusta y que estoy haciendo lo que a mí me gusta. Es más incomprensión que inferioridad. Esta canción viene de muchas situaciones durante toda nuestra carrera. Y esto quiero hablarlo personalmente porque no quiero implicar a mis compañeros, que igual no lo han sentido tan heavy como yo. Pero ha habido muchos momentos a lo largo de nuestra carrera en que tú sientes que te miran con desconfianza porque no eres el típico músico que tiene una guitarra colgada y que se tira todo el día hablando sobre los Stones. Claro, a mí me gustan las Spice y me gusta Madonna, entonces, en una conversación con alguien que me está hablando de tal, a mí me parece muy bienvenido que tú me hables de Lou Reed y de los Stones, pero si yo te empiezo a hablar de las Spice o de Britney Spears… Tú sabes el tipo de mirada, ¿no?
Claro, para eso está JENESAISPOP.
Esta canción nació por una situación en la que el cantante de un grupo que a nosotros siempre nos ha gustado mucho, que no te voy a decir cuál es, vino a vernos al camerino en un festival y nosotros íbamos justo a salir a tocar. Íbamos totalmente vestidos de vinilo, que fíjate qué tontería, ¿no? Que es solo ropa. Entonces, salimos del camerino a hablar con él y todo el rato nos hablaba, pero nos miraba así, de arriba abajo, como si fuésemos putos extraterrestres. Igual mis compañeros no se daban cuenta, pero yo me sentía como «joder, me estoy sintiendo como un poco analizado». Y eso me hizo escribir al día siguiente esta canción.
¿Los demás estabais contentos con los vinilos?
Toni: Yo, total, sin ningún tipo de problema…
Sergio: Yo creo que no lo sentimos porque Alberto tiene, obviamente, por su recorrido vital, un radar mucho más desarrollado para eso. Alberto lo nota mucho más rápido. Yo no me di ni cuenta. A mí me da igual..
Alberto: A mí me han preguntado: «¿Tú escribes las canciones?». «Claro, ¿qué te hace pensar que no?».
¿Cómo habéis vivido el tema de los festivales KKR?
Alberto: Pensamos en hacer un vídeo como explicando la situación, pero justo nos entrevistó MondoSonoro y lo dijimos todo ahí. Nuestra situación fue muy difícil porque obviamente estábamos en contra del genocidio y estábamos en contra de todo lo que estaba pasando y nos enteramos muchísimo tiempo después de que cinco festivales en los que tocábamos estaban ligados a KKR.
Sergio: Festivales contratados en el 24…
Alberto: Y de repente nuestra situación era «¿Qué hacemos? ¿Cancelamos y nos enfrentamos a cinco demandas?» El incumplimiento de contrato no podemos afrontarlo. No tenemos ni el dinero, ni la energía, ni nada, sobre todo el dinero. Y entonces fuimos, tocamos, entendimos que a lo mejor la gente entendía que nuestra situación era difícil, que yo creo que no… Y decidimos esperar a que pasasen esos festivales para hablar del tema. Cuando estás ligado contractualmente a algo, tú no puedes… Además, teníamos un hándicap: una banda muy pequeña es como «vale, pues no vengas y no te pagamos». Una banda muy grande a lo mejor tiene dinero para enfrentarse a una demanda. Pero nosotros, que somos medianos, pero que te cubrimos una hora del festival y se llena, si te decimos que no tocamos, nos vas a demandar y, de hecho, le pasó a otra banda muy similar a nosotros que empezaron a amenazarles en plan «tú sabrás». Nuestra situación es que a partir de ahora, que sí que tenemos el control porque no hay ningún contrato firmado para el verano que viene, miraremos muy detenidamente con quién firmamos y con quién no.
¿Lo del Benidorm Fest lo tenéis como cosa a olvidar como ‘El año del tigre’ o para nada?
Toni: ¡Fue súper!
Alberto: Nosotros disfrutamos a topísimo. Eso sí, no hubo ningún efecto. Ni tuvimos más escuchas, ni nos hundió la carrera, ni nada. Pero fue divertidísimo y lo disfrutamos.
Sergio: Aprendimos muchas cosas también. A la hora de llevar nuestro show, de salirnos de nuestro círculo de festivales, círculo indie y tal, a estar en un sitio donde podamos llevar una imagen y un escenario, una puesta en escena tan heavy como es la televisión y con tantos medios y pantallas y cosas que hacer.
Alberto: Conocimos a artistas de otro tipo.
Sergio: El tema de los bailarines…
Alberto: … Que se vienen de gira con nosotros ahora, y va a ser como más otro rollo.
Sergio: Nos llevamos un aprendizaje heavy.
¿Por qué creéis que no tuvo un efecto, como tú dices, ni bueno ni malo?
Alberto: Yo ahora con el tiempo pienso que la canción no gustó. Cuando los participantes son desconocidos, no hay expectativa, pero con nosotros no sé qué pensaba la gente. Quizá un ‘Mira cómo vuelo’. Y luego, cuando escuchas la canción, se queda como «meh». Y yo creo que la canción no les moló del todo.
Sergio: Sí, la canción yo creo que en el contexto en el que se expuso… Creo que no hubiera sido lo mismo si la hubiéramos presentado nosotros o de otra manera. En el caso que se expuso yo creo que a nuestro nicho le gustó, tiene sus escuchas, tiene tal, la tocamos en directo, tiene su feedback… La hemos estado tocando hasta ahora en directo, aunque no sé si en el siguiente repertorio está…
Alberto: No (risas)
Sergio: Pero durante todo este verano la hemos estado tocando.
Alberto: De todas maneras, nosotros teníamos varias opciones. Era la que queríamos. O sea, si vamos al Benidorm Fest, íbamos con ese rollo. No queríamos ir con un ‘Mira cómo vuelo’ para hacer una puesta en escena de playback de rock.
Sergio: También nos ayudó a que después, RTVE confiara en La Vuelta. Yo la experiencia me la disfruté muchísimo. Este año repito con otro proyecto.
Alberto: Es un temazo increíble.
Recuerdo, Alberto, que te atreviste a escalar en directo… ¿Era necesario?
Alberto: Necesario no era, pero visualmente quedaba bien. Me acuerdo de estar tumbado en la primera semifinal, en esa movida de que iba a empezar, tenía unos nervios de flipar, no tenía aire, me quedaba sin aire de los nervios. Fíjate si hemos cantado veces y hemos dado conciertos, pero es como una experiencia totalmente diferente. Sin aire, yo pensaba: «¿quién me manda a mí subirme a esto?» El haber organizado esta mierda… Era como un momento nada más empezar la canción, pero fue genial, fue divertidísimo.
