Nada mejor para entender el fenómeno 'Física o Química' que acercarse al epicentro de la serie adolescente que tiene tonto a más de un treintañero: el plató donde se graba.
Como los atracones de comida provocados por la ansiedad, la segunda película de Daniel Sánchez Arevalo promete mucho más de lo que luego realmente nos da.