Llega el audio oficial de ‘Mátale’, el single conjunto de Mala Rodríguez y Steve Lean de Pxxr Gvng que escuchamos por primera vez en la pasada edición del Sónar. Se trata de un oscuro medio tiempo trap donde no falta el autotune y en el que colabora también el rapero D. Gómez. La Mala y Lean, como recordaréis, ya colaboraron en la fantástica ‘Egoísta‘, que escuchamos a principios de mayo. El destino de ambos temas sigue siendo incierto.
Kisses se inspiran en Chic para ‘A Groove’
Que rulen los mojitos: Kisses están de vuelta. El dúo de Los Ángeles dará continuación a su disco de 2013 ‘Kids In L.A.‘ con un nuevo trabajo titulado ‘Rest In Paradise’, a la venta el 9 de octubre. El álbum, cuentan Jesse Kivel y Zinzi Edmundson, marcará un «nuevo capítulo» en la historia del grupo. ¿Será igual de bueno que ‘The Heart of the Nightlife’?
El primer adelanto es un single inspirado en Chic y en Electric Light Orchestra (según ellos mismos) titulado ‘A Groove’. Naturalmente, el corte es más disco que Balearic, más The Rapture que Jens Lekman, pero sigue siendo apto para estos calurosos días de verano. Han colaborado en la instrumentación en vivo Midnight Magic. ‘
Sarah Harding de Girls Aloud saca single en solitario
La última Girl Aloud que nos faltaba por oír en solitario ha sacado single al fin. Sarah Harding sigue pues los pasos de Cheryl, Nicola y compañía pero, a diferencia de estas, no apuesta ni por el pop de moda ni por el pop alternativo sino por un tema más bien rockero titulado ‘Threads’ que parece recuperado de 2008. ¿Logrará algo en las listas británicas? Habrá que esperar al 7 de agosto para saberlo.
El realismo mágico de The Vaccines
The Vaccines estrenan videoclip para otro de los temas que se extraen de su último disco, ‘English Graffiti’. Se trata de la canción ‘20/20’, uno de los temas más destacados de este nuevo trabajo de los británicos.
El clip, con estética de inspiración del cine de terror de los 60, nos muestra a la banda tocando en un casino en el que se reúne una serie de curiosos personajes. Según Justin Young, líder del grupo, el vídeo es “otra oda al cine, el tema del realismo mágico y los universos paralelos”.
Recordad que el grupo estará en Dcode, el próximo sábado 12 de septiembre.
Miguel / Wildheart
«¿Te gusta el amor?», preguntaba Miguel a su amante en su magistral single de 2012 ‘Do You…‘. Hoy, con el nuevo disco del músico, ‘Wildheart’, ya en la calle, la pregunta sería más bien «¿te gusta el sexo?». A Miguel, desde luego y por lo que nos canta en este disco, le gusta y mucho y aunque el de ‘Wildheart’ es un título muy inteligente que combina sexo («wild») y amor («heart»), se puede decir que estamos ante algo así como su ‘Let’s Get It On’, solo que dudamos que a Marvin Gaye se le hubiera ocurrido nunca cantar cosas tipo «quiero saborear tu sudor / meter mis dedos en tu boca a la fuerza» o dar con neologismos tipo «masturbabe» como los que ofrece el mismo Miguel en ‘The Valley’, donde de hecho hace referencia, como su propio título indica, a las famosas «chicas del valle» del porno californiano. Sin ir más lejos, uno de los cortes del álbum se llama ‘FLESH‘, así, en mayúsculas.
‘Wildheart’ nos llega después de las varias colaboraciones de Miguel con artistas como Janelle Monáe, Jessie Ware, The Chemical Brothers o más notablemente Mariah Carey, cuyo single conjunto, ‘#beautiful‘, aún recordamos con admiración. Su sonido clasicote y guitarrero encuentra en ‘Wildheart’ un más que digno sucesor, solo que Miguel envuelve estas canciones ahora de arreglos electrónicos más bien alternativos y con un punto orgánico y psicodélico que evidentemente lo conectan con su segundo álbum, el aclamado ‘Kaleidoscope Dream‘. Mucho menos enfocado en el hip-hop que sus contemporáneos Frank Ocean y The Weeknd, Miguel, que produce el disco casi en su totalidad él mismo, opta por conjugar funk, blues, rock ‘n roll y rhythm and blues clásico desde ángulos extraños y con cierto puntito lo-fi, totalmente ajeno a su estatus de superestrella.
Las cuerdas eléctricas pesan tanto en ‘Wildheart’ que de hecho son lo primero que oímos en el álbum. Ellas dan inicio a la formidable ‘A BEAUTIFUL EXIT’, donde las insistentes guitarras sirven de esqueleto para una melodía tan buena que ya le hubiera gustado para sí al último Prince. También están presentes en la efectiva ‘Hollywood Dreams‘, ‘…goingtohell’, ‘leaves’ o la preciosa ‘what’s normal anyway’, donde Miguel se muestra inseguro ante su identidad birracial y, de paso, ofrece una de las melodías más bellas que ha escrito, de nuevo a través de programaciones más propias de un «bedroom producer» que de un músico de su categoría.
Cuando no mira al pasado, Miguel mira a sus sintetizadores y extrae de ellos pasajes exquisitos como los de ‘coffee‘. El sencillo principal del álbum sirve como documento para esos pequeños momentos de romanticismo donde los «dulces sueños se convierten en café por la mañana». La letra es tan tierna que derretiría a cualquiera, sobre todo cuando Miguel entona cosas como «no te quiero despertar / quiero verte dormir / es el aroma de tu cabello / es el modo en que nos sentimos / nunca me he sentido tan cómodo». Los esponjosos, ácidos y punzantes sintetizadores de ‘DEAL’, la más funky del álbum, también son dignos de mención.
Y a través de esta pseudo reinvención orgánica, Miguel ofrece en ‘Wildheart’ varias de las mejores canciones de su carrera como la deliciosa ‘NWA‘ («niggas with attitude»), en la que conjuga amables lametazos guitarreros, melodías vocales muy Michael Jackson y esqueléticas percusiones en evocación del mejor D’Angelo, o la fantástica ‘waves’, todo un chute de euforia y calor solar al servicio del Miguel más sabrosón. Otras destacadas, como ‘coffee’ o ‘what’s normal anyway’, ya las hemos mencionado, y si Miguel no da con canción mejor en ‘FLESH’ (que está muy bien), por lo menos sí ofrece un falsete tan sexy como la portada de ‘coffee’ o más. El disco, aparte de melodías, textura, dimensión e intimismo, está lleno de grandes momentos. R&B de nivel.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘coffee’, ‘waves’, ‘what’s normal anyway’, ‘NWA’
Te gustará si te gusta: Marvin Gaye, Prince, D’Angelo, Frank Ocean
Escúchalo: Spotify
Vida 2015, sábado: Father John Misty y Primal Scream arrasan
Tras una primera jornada algo tibia, el sábado llegaban buena parte de los nombres más atractivos del fin de semana, y eso se notó en una afluencia de público ostensiblemente mayor. Pese a eso, el festival y el entorno continuaron resultando bastante cómodos, permitiendo ver conciertos en primera fila con total facilidad o pudiendo comer y beber con calma. Además, también es muy de agradecer que en la propuesta del Vida Festival no haya solapes de artistas entre los dos escenarios más grandes (estilo DCode), lo cual libera de los lamentos y las carreras frenéticas para ver a tal o cual artista. Vida Festival ya ha anunciado al primer artista confirmado para la edición 2016: The Divine Comedy.
El azote de calor a media tarde deslució el concierto de Fryars, proyecto en solitario de Ben Garrett, dada la inmerecida escasa asistencia. Y cuando era imposible no caerse desplomado del sofoco, una media sonrisa asomó en la cara de los pocos asistentes que parcheaban las sombras más alejadas del escenario cuando afirmó que estaba encantado de poder tocar con un sol tan espléndido y lejos de la lluvia permanente que baña su Londres natal. Flanqueado a cada lado por baterista y guitarra, trató de dar un estilo más orgánico en directo a unas canciones que en estudio se bastan y sobran con bases y programaciones. Garrett, sentado en mitad del escenario con su teclado y empleando sintetizador de voz en cada canción, en unos temas recordaba a un John Grant menos intenso o a un Patrick Wolf menos virtuoso, y en otros, más pausados, a un James Blake menos inspirado. No obstante, tanto “menos” no pretende ser un desprecio, ya que el escenario La Masia sonó tan perfecto como toda la noche y temas como ‘Sequoia’ y sobre todo ‘Cool Like Me’ hicieron bailar a las primeras filas con ganas. Por su parte, ‘Can’t Stop Loving You’ logró emocionar. Lo peor del concierto de Fryars, sin duda, fue el inexplicable horario para una propuesta que parece más adecuada para las primeras horas de la noche. A esas temperaturas no se podía pedir eso que da nombre a su reciente segundo largo: ‘Power‘. Ajosado.
En contra de lo que lograron Xoel López o Neil Halstead en la jornada anterior, Nacho Vegas, secundado a los teclados, acordeón y percusiones por su fiel Abraham Boba, desaprovechó un poco la ocasión de regalar un momento único en el peculiar escenario El Vaixell. No le culpamos: la temperatura en el bosque en torno al barco de madera sobre el que actuaba era muy sofocante, así que entendemos su falta de ímpetu. Pero a un repertorio poco complaciente, totalmente centrado en su obra más reciente, le habría venido bien un poco de garra y animosidad para contagiar a un nutrido público que le jaleaba, con escaso éxito. Por momentos, parecía querer aprovechar el estar a bordo de un navío para cantar sus temas de mayor inspiración cantábrica, y, en los más, sacó el perfil socio-político que tanto se ha esforzado en mostrar recientemente. Y la mezcla resultó menos resultona que en sus shows con banda. Agradecimos, eso sí, que anunciara la edición de un próximo EP previsiblemente en septiembre, del que tocó dos canciones que ya conocemos: la bilingüe ‘Vinu, cantares y amor‘ y la que compuso para la PAH de Asturias.
En otra inevitable analogía con lo sucedido en la jornada previa, al contrario que ocurrió con Super Furry Animals, Andrew Bird sí supo interpretar lo que el público podía esperar de él en el ambiente festivo de este evento. Con un tono fronterizo próximo a Giant Sand o sus admirados The Handsome Family, y asistido por una sólida base rítmica de bajo y batería y una calidad sonora notable, Bird sacó partido a su inventiva y virtuosismo con violín, silbido o guitarra (o lo que se le ponga delante). El de Illinois rehuyó la autocomplacencia y escogió un setlist centrado en sus temas más movidos y conocidos, desde la inicial ‘Imitosis’ a la enérgica versión de ‘Three White Horses’ con que cerró, pasando por ‘Give It Away’, ‘Fake Palindromes’, ‘Anonanimal’, ‘A Nervous Tic Motion Of The Head To The Left’ o una ‘Pulaski At Night’, seguida de ‘Danse Caribe’, que juntas pusieron al público patas arriba, bailando con ganas. Seguro que ganó algunos fans anoche.
2015 está siendo, entre otras cosas, el año de la explosión definitiva de Josh Tillman, bajo su alias Father John Misty. Si ‘Fear Fun’ ya revelaba en parte la faceta de estrella del pop que J habçia escondido en discos oscuros y tras la batería en Fleet Foxes, ‘I Love You, Honeybear’ ha propulsado su sentido del espectáculo. Se sabe sexy y lo explota a tope, desplegando una deliberada y divertida mascarada de sobreactuados bailes, posturitas, carantoñas y clichés de crooner trasnochado. Simplemente con arrancar, fuertemente, con ‘I Love You, Honeybear‘, poniéndose en pie sobre el set de batería, como un mesías del sexo, ya nos hizo mojar las bragas a todos. Con sus trucos (el movimiento de caderas de Elvis cuando agarra la guitarra, sus bromas sobre la corrección de su escote o sobre sus bailes que imitan a una dama de mediana edad…) le basta y le sobra para hacer un divertidísimo espectáculo. Pero es que además este señor se acompaña de una banda de espectacular solvencia y de unas canciones sobresalientes (con especial énfasis en las de su reciente segundo álbum). Se sostendrían holgadamente con interpretaciones más sobrias, claro, pero ¿por qué renunciar a que la gente se ría, baile, aplauda cuando tire una guitarra por los aires para que la cace el pipa, quiera un hijo suyo, lo pase bien, largo etcétera? FJM, el personaje, se ofrece en todo su esplendor para que todos nosotros le adoremos. Y lo hacemos, con ganas.
Tras la accidentada última visita de Woods a nuestro país, esta actuación debía servirles para sacarse aquella espinita. ‘With Light And With Love’ requería una puesta de largo en condiciones, y gran parte del repertorio de la banda de Brooklyn se centró en pequeñas joyas como ‘Leaves Like Glass’, ‘Shining’, ‘Full Moon’ o ‘Shepherd’, a veces recordando en lo más lejano a The Byrds y en lo más cercano a The Jayhawks, gracias a preciosos juegos vocales. La compenetración de la banda, esta vez de cinco músicos gracias a la presencia de un nuevo teclista para completar la formación, fue la tónica del concierto. Perlas directas de tres-cuatro minutos de pop folk luminoso que, ayudado por la caída de la noche, rápidamente se metieron en el bolsillo a un agradecido público. Eso les permitió soltarse y mostrar toda su versatilidad, con extensos desarrollos psicodélicos, próximos a unos Karate menos exquisitos pero igual de precisos, como en los más de ocho minutos de la canción que da título a su último disco, que resultó arrolladora. Con esa variedad de estilos, partiendo de una Americana abierta a otras influencias, Woods entretuvieron y mucho al público. Juventud y calidad, todo en uno. Ajosado.
Apostamos por ver qué es lo que Hinds han estado ofreciendo por ahí que las ha llevado a actuar por todo el globo (sin ir más lejos, a la reciente edición festival de Glastonbury, nada menos). No les tocaron en suerte las mejores tablas, puesto que el pequeño escenario La Cabaña, en el que apenas cabían las cuatro jovencitas, poseía un volumen bastante limitado. Además, desde la mesa de sonido no parecían tampoco acertar con la sonorización, provocando confusión incluso para su nada disimulado amateurismo. Sin embargo, pudimos entender qué gusta de ellas: tienen actitud, entusiasmo, candor, humor y una sonrisa permanente, que logran contagiar. Y se contagia a través de canciones simples, inspiradas en acordes y ritmos muchas veces escuchados a Velvet Underground o Bo Diddley (‘Davey Crockett’), pero que no por eso resultan menos certeras. Están conectando fuerte con un público más joven que posiblemente desconoce esos referentes, y eso es bueno. Ese club de fans (¿cuánto tiempo hace que deseábamos escribir esto de un grupo independiente nacional?) empujó para que la banda hiciera un bis genuino, repitiendo ‘Bamboo’ con todas sus admiradores (y algún oportunista sátiro) subidas al minúsculo escenario, en una simpática fiesta que por momentos parecía que podía tener mal fin, con alguien cayéndose de la tarima.
Me atrevo a decir que es imposible que volvamos a ver aquella apisonadora que fueron los Primal Scream circa ‘XTRMNTR’, con Kevin Shields en sus filas. Pero ojo, que nadie se equivoque: los Primal Scream de hoy tampoco distan tanto de aquello. Con el núcleo duro del grupo (Bobby Gillespie, Martin Duffy, Andrew Innes y Darrin Mooney) fantásticamente complementado por Simone Butler y Barrie Cadogan, los de Glasgow siguen siendo una poderosa máquina de rock con una colección de éxitos para caerse de culo bailando. Y eso justamente es lo que sucedió anoche en el escenario principal de Vida Festival, en una demostración de tablas, carácter y canciones sin paliativos. Comenzaron como a medio gas con ‘2013’, single de su último y aún notable ‘More Light’, pero fue la única concesión antes de enzarzarse en una impecable carrera de hits, que recordó casi cada álbum de la banda (‘Evil Heat’ volvió a ser la más fea), aunque se centró en ‘XTRMN8TR’ y ‘Screamadelica’. Cuando comenzaron a tronar con ‘Accelerator’, ya dejaron claro, por si había dudas, que aquello no iba a ser un simple show de pleitesía a unos amables carrozas que vuelven, y si no alcanzaron las cotas de ruidazo electro rock de otros tiempos, no quedaron muy lejos en ‘Kill All Hippies’, ‘Shoot Speed/Kill Light’ y una ‘Swastika Eyes’ que dedicaron misteriosamente a su ex-bajista Mani. Con Bobby en perfecto estado de forma como maestro de ceremonias, incitando con elegancia al baile, Vida Festival abrazó la fiesta que Primal Scream puso en bandeja.
John Grvy no tenía nada, pero nada fácil captar a un público exhausto tras la verbena rockera de los Primal. Aunque le conozcamos como solista, se presenta en formato de banda con dos chicos que hacen bases y programaciones y una corista, que crean un colchón de soul contemporáneo para su lucimiento vocal. Pese a sus esfuerzos por agradar, le costó congregar público en torno a su atrevida pero atractiva propuesta, que en ‘I Want You Here‘ y ‘Bad Decisions’ mostraba, una vez más, que en nuestro país subyacen artistas capaces de dar la cara ante los popes internacionales del género. Además, en la recta final mostraron un lado más cañero y bailable que sorprendió para bien.
Hay quien aún no sabe que Guille Milkyway, en su faceta de DJ, rinde cuentas separadamente a sus trabajos como La Casa Azul. Por supuesto, en sus sesiones hay mucho de los mimbres que conforman el sonido de su proyecto como autor (funk, sonido Philadelphia -al que homenajeaba su camiseta-, bubblegum…). Pero nunca, nunca descuida al espectador/oyente de su trabajo con los platos, con sesiones que ofrecen mucho, muy bueno y variado. Con tacto y erudición, fue llevándonos del funk retro de la cabecera de ‘Los hombres de Harrelson’ y Jackson 5 a un presente representado por Charli XCX, ‘Uptown Funk’ (por supuesto), Say Lou Lou (vía Lindstrøm) o Calvin Harris con las Haim. Con clásicos de AC/DC, A-Ha (versión Twang, eso sí), The Style Council, Sonia y Selena, Yeah Yeah Yeahs o Los Saicos, queda perfectamente claro su buen gusto y extremo eclecticismo. Y, salvo quizá DJ Coco, no creo que haya otro pinchadiscos nacional con el carácter necesario para cerrar una sesión de un evento de estas características con ‘Sarri, Sarri‘. Grande Guille, siempre.
Esta tarde Vida Festival culmina con la fiesta de clausura en La Daurada Beach Club, con Modelo de Respuesta Polar, Les Sueques, Le Petit Ramon, y más.
Fotos: Instagram Vida Festival.
Tove Lo en concierto: mucha canción, no tanta presencia
Tove Lo, la cantante sueca autora del súper hit ‘Habits (Stay High)’, ofreció anoche su primer concierto en España. Lo hizo en una sala Razzmatazz de Barcelona a rebosar entre seguidores alocados, curiosos y turistas en busca de fiesta la noche del sábado. La propuesta de Nilsson convenció a los tres sectores gracias a sus ritmos infecciosos y melodías coreables a pleno pulmón y se confirmó como una de las más sólidas del pop actual. Y es que hay ser buena para que el ritmo de tu concierto no decaiga cuando solo tienes un disco en el mercado.
Cerveza en mano, descalza y vestida tan cómodamente que parecía que venía de su casa, Tove Lo salió al escenario, inexplicablemente media hora después de lo esperado, a ritmo de ‘My Gun’, tan buena que nada más empezar ya nadie se acordaba de esos treinta minutos de retraso (también porque eran las dos de la madrugada). Le siguió ‘Not On Drugs’, de actuación marcada por los extraños bailoteos de Nilsson, que en su afán expresivo parecían sacados por momentos del repertorio de Chiquito. La presencia escénica de la sueca, ciertamente, fue mejorable.

El ritmo no decayó en ningún momento gracias a la consistencia del repertorio de Nilsson, que acostumbrada a escribir para otras personas, desde luego ha sabido hacerse un disco, ‘Queen of the Clouds‘, sólido donde singles y no singles concuerdan en calidad. El directo por supuesto no le hizo ningún favor a la sofisticación de su sonido pero demostró que las melodías están ahí, y temas tan poco conocidos para el público general como ‘A Thousand Miles’ resistieron dignamente frente a éxitos como ‘Talking Body’ o la misma ‘Habits’, que entre oceános de teléfonos móviles fueron por supuesto las canciones más coreadas del set.
Antes de cerrar con ‘Timebomb’, efectiva en directo como ninguna otra canción de su repertorio, Tove Lo se ventiló temas como ‘Got Love’, ‘Moments’ o la divertida ‘Like ‘Em Young’ con confianza pero no poderío. La actuación desnuda de ‘This Time Around’, por otro lado, conformó el momento de más belleza del concierto, mientras ‘Run On Love’ fue un todo un rompepistas. Entretenido y eufórico concierto, pues, del que solo podemos objetar una presencia escénica aún poco convincente. Pero las canciones no faltaron, que es lo más importante.
Fotos: Ester Domínguez Vizcaíno
‘Mozart in the jungle’: sexo, drogas y… música clásica
‘Mozart in the jungle’, que comenzó siendo un descarte de HBO y acabó produciendo Amazon, tenía todas las papeletas para convertirse en la serie modernuza de la temporada, en una afectada –afectadísima- mezcla entre ‘Girls’ (serie que, por cierto, eligió HBO en lugar de ésta) y la sensibilidad estética y cómica de los Coppola (de Roman y de su primo Jason Schwartzman).
Algo de eso ha quedado, es cierto. La protagonista, Lola Kirke, parece sacada directamente de la serie de Lena Dunham (y no solo porque sea la hermana de Jemima, Jessa en ‘Girls’). Schwartzman, por su parte, hace el mismo papel cómico de siempre. Y hasta suena, en el tercer capítulo, una versión orquestal del ‘Lisztomania’ de Phoenix, cuyo cantante, recordemos, es el marido de Sofia Coppola. Sin embargo, contra todo pronóstico -o contra mis prejuicios- ‘Mozart in the jungle’ es una ficción mucho menos petulante y estrafalaria de lo que cabría esperar.
La serie está basada en las memorias de Blair Tindall, una oboísta que en 2005 dejó por escrito cómo los músicos de la sinfónica de Nueva York pueden ser tan drogotas como el más toxicómano de los rockeros o cómo los favores sexuales te abren más puertas que cien impecables audiciones juntas (Tindall entró en la escena musical de su ciudad con dieciséis años después de tirarse a su profe de cuarenta y tres).
A pesar de esta base argumental, ‘Mozart in the jungle’ no es un drama denunciatorio ni una sátira rabiosa sobre el backstage de la música clásica. La serie es una comedia ligera, una ficción sin pretensiones tan chispeante como intrascendente. Dudo mucho que a alguien le provoque una carcajada, una reflexión o alguna emoción intensa. No es una serie que te acompañe durante el día ni que te haga clavar las uñas en el sofá esperando a que empiece un nuevo capítulo. No. Es como meter los pies cansados en agua, comerte un helado después de cenar o, como hace Gael García Bernal al final del primer capítulo, escuchar de fondo una delicada pieza para oboe: un delicia tan inmediata como pasajera.
Calificación: 7/10
Destacamos: su afinado equilibrio entre drama (ligero) y comedia (cuqui)
Te gustará si te gustan: ‘Girls’, la música clásica y la parte trasera de los escenarios.
Predictor: ya está confirmada la segunda temporada
Zedd / True Colors
Con la tontería la EDM ya lleva unos años instalada no sólo en los cerebros de los clubbers más jóvenes, sino también en el pop. Y si no que se lo digan al productor ruso-alemán Zedd, que después de dar el pelotazo hace tres años con aquel ‘Clarity’ que daba título a su debut, se ha codeado con artistas como Ariana Grande (‘Break Free’) o Lady Gaga (él fue uno de los culpables de llenar ‘ARTPOP’ de breaks con sonidos de serruchos), y se pasea por las cabinas de medio mundo cobrando insultantes cantidades de dinero por cualquier bolo.
Que el dj ahora sea lo más cercano a lo que anteriormente entendíamos como rock star ya dice mucho de cómo en la actualidad funciona la vertiente más mainstream de la electrónica. Pero dejando ese debate de lado, Zedd en este segundo álbum que lleva por título ‘True Colors’ deja patente una serie de virtudes y defectos que, dado el éxito que está cosechando, dudamos mucho de que le hagan recular en futuras entregas.
Independientemente de esos subidones que tanto le deben al french touch macarra de los primeros Justice (o a los padres del asunto, Daft Punk, de quienes toma prestado ese manto de sintes desquebrajados que pueden encontrarse en ‘Papercut’), el productor indiscutiblemente tiene buena mano en lo que a melodías vocales se refiere. El featuring estrella de esta ocasión en ‘I Want You To Know’, a cargo de Selena Gomez, es un claro ejemplo de ello. Aunque a lo largo de estas nuevas canciones por aquí se pasean otras voces como las de Tim James en el tema titular, o la de una Julia Michaels que cumple con creces en ‘Straight Into The Fire’ (aunque su voz recuerda, y mucho, a la de Malin Dahlström de Niki & The Dove).
Más allá de eso ya se sabe de antemano que aquí uno lo que va a encontrarse son temas de beats musculados hechos expresamente para el jolgorio hedonista y quemar calorías con unas copas de más, como ‘Done With Love’, donde se pasa de estridente al provocar dolores de cabeza en el oyente menos entrenado en la EDM. No obstante, se agradece, y mucho, que en números como la anteriormente mencionada ‘Papercut’ o en la synth-popera ‘Daisy’ (con sus acertados violines enlatados) rebaje las pulsaciones y nos muestre una cara mucho más interesante rehuyendo de lo que la mayoría espera de él. Sí, su música no aporta nada nuevo bajo el sol electrónico, pero al menos no provoca la vergüenza ajena que veteranos como Giorgio Moroder han generado recientemente al querer sonar contemporáneos a toda costa.
Calificación: 5,2/10
Lo mejor: ‘I Want You To Know’, ‘Papercut’, ‘Daisy’
Te gustará si te gusta: Hacer el ganso con dos copas de más (o bien sentirte un teen cuando ya no eres nada de eso) y darlo todo en la elíptica de ese gimnasio al que vas menos de lo que quisieras.
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5 películas del Atlántida Film Fest que ver antes de que se acabe
El festival organizado por Filmin inicia su recta final (termina el 9 de julio). Después de ver (casi) todas las películas de esta cada vez más estimulante playlist festivalera (y sufrir algunos subtítulos muy, pero que muy mejorables), estos son los cinco títulos que me llevaría ahora mismo a una sala de cine con aire acondicionado.
‘Bird People’ (Pascale Ferran)
Ligereza y trascendencia nunca suelen ir de la mano, por eso resulta tan admirable la nueva película -después de casi diez años- de la directora de ‘Lady Chatterley’ (2006) y ‘Pequeños arreglos con los muertos’ (1994). Pascale Ferran lanza al vuelo una reflexión cargada de gravedad sobre la insatisfacción vital que aplasta al hombre y la mujer contemporáneos y la hace flotar como una pluma sobre una puesta en escena ingrávida. ‘Bird People’ es una película triste y pesimista que a partir de cierto momento se convierte en una audaz fábula fantástica llena de encanto y lirismo. La historia de un príncipe melancólico de Silicon Valley (Josh Charles, de ‘The Good Wife’) cuyo castillo es un hotel de aeropuerto y su cenicienta (Anaïs Demoustier, de ‘Una nueva amiga’) un pájaro con ganas de volar mientras suena el ‘Space Oddity’ de Bowie.
‘Buzzard’ (Joel Potrykus)
En plena moda del plano-secuencia como herramienta de control de calidad, el director Joel Potrykus propone el suyo: una larga toma, sin cortes ni efectos de posproducción, de un chico… comiéndose un plato de spaghetti. ‘Buzzard’ es, por un lado, una cuchillada -con el guante de Freddy Krueger- a muchas de las convenciones del cine indie americano más adocenado y, por otro, una mirada provocativa y muy divertida a cierta juventud estadounidense que se mueve entre el friquismo postadolescente y el nihilismo punky. Una buddy movie cómica llena de gags fabulosos (la escena de los snacks en la cinta de correr) que agujerean el grueso argumental de la película: las desventuras de un listillo que se aprovecha de las grietas del sistema hasta acabar atrapado en una de ellas.
‘A Girl Walks Home Alone at Night’ (Ana Lily Amirpour)
Primero, una aclaración: esta película no es “el primer western de vampiros iraní”, como se está repitiendo ad nauseam en aproximadamente 865.000 páginas de Internet. Y no lo es por una simple razón: ‘A Girl Walks Home Alone at Night’ no es una película iraní. El (deslumbrante) debut como directora de la anglo-estadounidense (de origen iraní) Ana Lily Amirpour es un filme americano, rodado en EE UU, producido entre otros por Elijah Wood y distribuido por Vice. Así que, maticemos: ‘A Girl Walks Home Alone at Night’ es “el primer western de vampiros estadounidense hablado en persa e interpretado por actores de origen iraní”, un atmosférico cuento de terror a ritmo de White Lies y con discurso de género, que a pesar de su titubeante narración y su aroma a pastiche de diseño (de Jarmusch a Tarantino), contiene varias secuencias de una potencia visual capaz de hipnotizar hasta al más furibundo anti-moderneces. El primer mordisco de una directora que dará que hablar.
‘The Smell of Us’ (Larry Clark)
La película más personal de Larry Clark. Y la más honesta. ‘The Smell of Us’ (una de las películas favoritas de John Waters) es una estilizada, poética y arrebatadora sexploitation donde el director de ‘Kids’, con más de setenta años, se expone como nunca en su vida. Clark aparece en la película como un viejo borracho tirado en medio de la calle por el que saltan los skaters parisinos y como un putero fetichista que le lame los pies pringosos a un joven efebo con lúbrica delectación. Este soy yo, parece decir el director, y esto es lo que me gusta: filmar adolescentes bellos, marginales y autodestructivos como nadie los ha filmado antes. Un cine cada vez más despojado de servidumbres narrativas y con el mundo adulto definitivamente en las esquinas -¿acechando?- del encuadre. Con ‘The Smell of Us’ pasa un poco como con ‘Mad Max’: un señor de setenta realizando una de las mejores escenas ambientadas en una rave jamás filmadas. ¿Un simple ‘Kids’ en París, como la ha despachado gran parte de la crítica? Bueno, a mí me vale.
‘Tu Dors Nicole’ (Stéphane Lafleur)
No solo de Xavier Dolan vive el cine de Québec. Stéphane Lafleur grita menos que el autor de ‘Mommy’, pero lo que dice es igual de contundente y estimulante. ‘Tu Dors Nicole’ pone en imágenes un momento lleno de angustia existencial, de vértigo adolescente: el primer verano de hastío, ese día en el que te das cuenta de que las cosas que hace solo un año te divertían ahora te aburren. Una delicada historia de decepciones y desengaños, de insatisfacciones generacionales, articulada en forma de comedia melancólica (potenciada por la fotografía en blanco y negro) y sorprendentemente absurda (el niño al que le ha cambiado la voz y habla como un hombre mayor es todo un hallazgo cómico). La película perfecta para este verano (y quizá, de todo el festival).
Vida 2015, viernes: el escenario principal deslució a los pequeños
El precioso enclave de la Masia D’en Cabanyes vuelve a ser la primera gran baza para un festival, el Vida, que en esta segunda edición busca consolidarse como una nueva cita ineludible en el superpoblado mundo festivalero estatal. Pese a que aún presenta posibilidades de mejora (mejor dotación de aseo -¿qué tal un poco de agua para lavarse las manos?-, una solución para el asfixiante polvo de la esplanda principal -que nos amargó un poco la vida a los asmáticos-, etcétera…), lo cierto es que el recinto del Vida (además del precioso ‘Bosc Encantat’, cuenta con cómodas zonas de descanso, justas pero variadas y ricas opciones de comida…) es ya un gran punto fuerte. Ahora queda comprobar que, en lo artístico, prosiga su crecimiento. Lo que encontramos en la segunda (el jueves hubo un avance en el Molí de Mar con Hidrogenesse y Ocellot, entre otros) jornada de festival fue agridulce, con buenos conciertos de nombres de mitad de cartel que fueron algo empañados a última hora por los recitales desiguales de los grandes nombres del día.
Camuflado tras una gorra y gafas de sol, parco en palabras (apenas un par de saludos y agradecimientos y alguna alabanza al enclave y al audible canto de los pájaros), Neil Halstead se subió al barco del Vida Festival para volver a visitar la península, esta vez sin la sombra de Velvet Underground ni de su anterior banda, Mojave 3. Aunque ésta nunca le abandonará, no sabemos si como una pesada losa o como una chistera de mago que siempre lleva encima. Y es que tras arrancar tímidamente con tres temas del tirón reivindicando su notable último disco en solitario, ‘Palindrome Hunches’, decidió disparar con toda la artillería y un sólo arma: ‘Excuses for Travellers’, el disco más completo de la banda británica. Y así, con un sonido exquisito, donde voz y guitarra te agarraban las tripas y te mecían a partes iguales, llovieron ‘My Life In Art’, ‘In Love With A View’, ‘Prayer For The Paranoid’ o ‘Trying To Reach You’. Hasta cuatro canciones seguidas del mismo disco y alguna que se quedó por el camino porque no recordaba todos los acordes. En la elección ayudó el público, eso le pasa por preguntar. Y ése es el debate de un concierto que mostró la faceta más Drake de Halstead: ¿canciones elegidas desde el corazón, o simple improvisación con algo de dejadez? Entre ambas, eligió cerrar el set con la preciosa ‘Hi-Lo And In-Between’, de su primer disco en solitario ‘Sleeping On Roads’. No todo va a ser Mojave 3, él conoce bien los picos de su carrera. Ajosado.
Revisando la discografía de Ezra Furman de cara a esta visita, nos ha quedado claro que está pasando injustamente inadvertido. Tras una etapa más Robyn Hitchcock circa The Soft Boys, Furman sin The Harpoons se ha convertido en una especie de post-Johnny Thunder que ha optado (ver las portadas de sus reciente singles) por una estética que mezcla indistintamente elementos masculinos y femeninos. Furman apareció en escena con una vestimenta imposible para presentar el inminente ‘Perpetual Motion People’: labios pintados, camiseta de flecos, bermudas estampadas feas con ganas, medias y… un zapato. Al margen de su ojo para la moda, sí dio este músico de Illinois una buena lección de rock y entrega en el escenario, con la solana en toda la cara. Ezra estuvo bien secundado por la banda The Boyfriends, en la que destacaba especialmente el saxofonista de pelo rosado Tim Sandusky, que ejercía de director de orquesta. Furman mostró buenos modales y amabilidad entre canción y canción, que se transformaban en eléctricos guitarrazos y pura energía cuando agarraba su instrumento, con los recientes ‘Lousy Connection’ y ‘Restless Days’ como pistoletazo de salida para los primeros bailoteos del festival. Ajosado.
Xoel López fue uno de los pocos privilegiados que este año actuarán en El Vaixell, un recoleto barco de madera instalado en medio del Bosque Encantado que ofrece una estampa más que curiosa. En ese entorno y en formato acústico, la música del ex-Deluxe resultó ser perfecta como entrante para la jornada. El gallego ejerció de hombre orquesta en un formato acústico (con percusiones tocadas con los pies), ayudándose de un segundo micro con distinta sonoridad para dar dinamismo a los arreglos vocales. Aprovechó para presentar ‘Paramales‘, claro, y la circunstancia hizo que ‘A serea e o mariñeiro’ resultara mágica en esa escenografía. Pero López fue complaciente y recuperó cortes de ‘Átlántico’, como el celebrado ‘Tierra’ o un ‘Joven poeta’ con cierta querencia de ‘Alfonsina y el mar’. E, incluso, algunos de la etapa Deluxe, como una ‘Quemas’ muy emotiva en este arreglo mínimo o una casi bailable ‘Ver en la oscuridad’, con la guitarra como instrumento percusivo y de cuerda a un tiempo. Reservó para el final con tino la mejor canción de su nuevo disco, una muy coreada ‘Todo lo que merezcas’, y una ‘De piedras y arena mojada’ cuyo final pachanguero resultó algo gratuito.
Para Grupo de Expertos Solynieve, viajar todo el día desde Granada hasta Vilanova para poder tocar ante una fantástica puesta de sol en el Escenario La Masia mereció la pena. El grupo de Jota, Manu Ferrón y compañía (esta vez no contaron con los necesarios teclados de Raúl Bernal) no ofreció quizá su mejor concierto, ni en cuanto a sonido ni en cuanto a repertorio, con un núcleo central algo narcotizante de no ser por finales explosivos como el de ‘Tú, misionero de Dios’. Pero, como siempre ocurre, ya más entonados enfilaron una gran recta final comenzando por la dedicatoria de una ‘Fandango de la libertad’ que enardeció al público con su dedicatoria al pueblo griego (increíble cómo su letra parece pensada para la situación actual del pueblo heleno). Para mayor gloria, Jota insistió en la situación político-económica griega introduciendo al célebre Ministro de Finanzas griego en la letra de su versión de ‘Déjame vivir con alegría’ («Varoufakis me mola mogollón, Varoufakis inventó la democracia», dijo), arrancando aún más ovaciones e invitando a cantar con fuerza la inevitable ‘Reina de Inglaterra’, que dejó en el aire un genunio ambiente festivalero.
La verdad es que, tras la fiestecilla de GESYN, el virtuosismo de Benjamin Clementine no parecía especialmente apetecible, incluso pese a los anuncios de que sería su primer concierto respaldado por una banda completa. Asistido por una chelista, un teclista/bajista y un batería, el francés, de imponente figura (altísimo, sin camisa y descalzo, apenas con levita y pantalón), comenzó fuerte la presentación de su debut ‘At Least For Now‘, con ‘Adios’ y ‘London’. Parte del público asistió atónito y frío a su mezcla de clasicismo, soul, chanson y free jazz sin saber muy bien qué pensar de los trazos operísticos que Clementine explora con su voz, que parecía desubicada fuera de un teatro. Sin embargo, poco a poco fue cautivando a propios y ajenos, curiosa y especialmente cuando se quedó solo con su piano y enlazó impresionantes, intensas y expresivas interpretaciones de ‘Cornerstone’ y ‘Condolence’, que por momentos traían a la mente a Jeff Buckley y arrancaban espontáneas ovaciones del público, a modo de oles. Ya de nuevo con la banda y el público en el bolsillo, se marcó una épica versión de ‘Nemesis’ que marcó el final del show. Cuando marchábamos del escenario Estrella Damm, ya nadie decía «el virtuoso» con sorna.
De vuelta al escenario mediano La Masia, encontramos a un Joan Miquel Oliver que pareció entender perfectamente lo que el público espera en un festival. Con un formato de trío, con batería y teclados sumados a la guitarra y voz del ex-Antònia Font, Oliver escogió un repertorio que, aunque centrado en el genial ‘Pegasus’, siempre buscó la satisfacción del público, conociera o no su obra. Y eso, acompañado de un gran y nítido sonido, que permitía atender a los múltiples matices ofrecidos, propició que miles de personas se contagiaran de la alegría de su pop marciano, a medio camino de la psicodelia -grandes teclados-, lo tropical y lo mediterráneo. Con ‘Flors de cactus’, ‘Pegasus’, ‘Ecos d’ambulàncies’ y ‘Fèmurs’ (si ya veía un homenaje a ‘Golden Brown’ en esta canción, en directo es aún más palpable) como nuevas favoritas, viejos temas como ‘Final feliç’, ‘Marcianet de Mart’, ‘Hansel i Grettel’ demuestran que la genialidad de este autor va más allá de sus trabajos con Antònia Font. Una ruidosa y fuerte ‘Lego’ cerró uno de los conciertos más destacados del festival. Si hubiera justicia y menos prejuicios lingüísticos, Joan Miquel debería ser uno de esos nombres que nos cansamos de ver en cada certamen musical del país.
Si hace dos años nos dijeran que The War On Drugs serían uno de los grandes nombres de un festival nacional y que la expectación iba a ser tal, no hubiéramos dado crédito. Pero lo cierto es que ‘Lost In The Dream’ y alguna presentación en vivo impresionante cambiaron las reglas de su juego y el nuestro, y ayer miles de personas aguardaban con increíbles ganas el momento en que Adam Granduciel y su banda subieran al escenario. En formato de sexteto, con hasta tres teclistas en determinados momentos, y un repertorio que no desprecia sus tres primeros álbumes, los War On Drugs de 2015 han renunciado (en parte) a las brumas de eco que habíamos visto en otras ocasiones para sonar más cristalinos, con Granduciel obrando como un verdadero y magnífico héroe de la guitarra (el solo que se marcó en ‘Comin´ Through’ fue realmente espectacular) y con Springsteen y Crazy Horse como claros referentes. Sin embargo, sorprendió lo bajo que el volumen salía del escenario, opaco, sin ningún tipo de ímpetu. Ni siquiera situándonos cerca de las pantallas percibíamos la fuerza sonora que un concierto así requería. Esto desnudaba un poco el truco de Granduciel, basado en continuas subidas y bajadas de intensidad que, despojadas de fuerza, se convertían en algo predecible y plano. Sin embargo, con ‘An Ocean In Between The Waves’, en la que comenzó a sonar el saxo bajo, parecieron comenzar a cambiar las cosas y volverse más rotundos. En una recta final más centrada en su último álbum, con una muy jaleada ‘Red Eyes’ y una brillante ‘Eyes To The Wind’, la frialdad inicial parecía ir disipándose, pese a que los altibajos no cejaban. No obstante, pese a las dudas, el colofón enlazando ‘Under The Pressure’, ‘In Reverse’ y ‘Lost In The Dream’ tendiendo al space rock, satisfizo al entregado público.
Un imprescindible descanso y la distancia entre la zona de restauración y el escenario La Masia nos impidieron ver a Nueva Vulcano, que crepitaba con vigor a lo lejos. Reservamos fuerzas para el a priori plato fuerte del día en el escenario Estrella Damm, pero no hicieron falta. Pese a que el arranque, con la banda ataviada con trajes aislantes y Gruff Rhys cantando tras un casco de Power Ranger, prometía, Super Furry Animals se cargaron la poca predisposición del público (había una ostensiblemente menor cantidad de gente que para los dos conciertos anteriores del escenario principal) con un repertorio inexplicablemente erróneo. Tras embaucarnos desgranando pronto la genial ‘(Drawing) Rings Around The World’ y la fuerte ‘Do Or Die’, empezaron a dar tocomocho con baladas y medios tiempos que podían haber servido como warm-up festivalero a las 20:00h de la tarde, pero que no servían como plato fuerte a las 02:00h de la mañana. Y, lo que es peor, defendido con total indolencia, desperdigando una ‘Juxtapozed With U’ por acá y una ‘Golden Retriever’ por allá, sin ton ni son, hoscos y como si todo diera igual. Incapaces de empatizar con nadie, el reguero de personal que iba abandonando la «platea» para irse a descansar o a tomar una copa hasta que salieran los DJs, hasta dejar la explanada prácticamente vacía, era incesante, en una estampa tan vergonzante como merecida. No sé si este repertorio (fue calcado) les funcionaría en Glastonbury, pero no era lo apropiado para el sitio y la hora de anoche y es difícilmente justificable. Así las cosas, no se entiende bien este regreso. Casi mejor que Rhys siga a lo suyo.
Fotos: Instagram Vida Festival.
Chemical Brothers estrenan ‘EML Ritual’
Los Chemical Brothers estrenan otra de las pistas de ‘Born in the Echoes’, el disco que editan a mediados de este mes y que avanzaron en el Sónar. Después de ‘Sometimes I Feel So Deserted’, el pelotazo ‘Go’ y el tema con St Vincent, es el turno de oír ‘EML Ritual’, de ritmo machacón moroderiano, pero muy fiel a su propio sonido.
Delantero del Real Madrid saca single
El canario Jesé Rodríguez, de 22 años, delantero del Real Madrid y cuyo palmarés podéis consultar aquí, también tiene carrera musical como Jey M (no como «Bichito»).
“Voy a darte placer” o “no aguanto las ganas de poder probar tu piel” son algunas de las frases de este medio tiempo latino asistido por De la Guetto, en el lyric video convertido en una suerte de muñeco de cera. El tema se llama ‘Yo sabía’ y según el correspondiente Youtube, es una de las apuestas fuertes del sello discográfico Flow Records… Barcelona.
Nick Cave, los muñecos
La muñeca de Kylie tienen nuevo amigo. Se trata de los muñecos de Nick Cave, que llegan inspirados en las letras de sus canciones con nombres como ‘Red Right Hand’ (a la izquierda), ‘Into My Arms’, ‘Tupelo’, ‘Babe, You Turn Me On’ o ‘Ship Song’. Sólo habrá 200 unidades de cada uno que se pueden comprar desde 40 dólares a través de esta página web a partir de la semana que viene, exactamente desde el 9 de julio.
Os recordamos que Nick Cave, que actuaba hace poco en nuestro país, también tiene libros escritos en bolsas para vomitar de los aviones.
Tove Lo defiende lo de «lo bueno, si breve, dos veces bueno»
Tove Lo, la nueva estrella del pop sueco, que en realidad es ya estrella del pop sin más tras el éxito de ‘Habits (Stay High)’, visita este fin de semana nuestro país en presentación de su notable álbum debut, ‘Queen of the Clouds‘. Su último single, ‘Timebomb’, es top 1 esta semana en JENESAISPOP, conque es momento de repasar algunas curiosidades sobre el tema a tiempo de la actuación de la cantante este sábado en la sala Razzmatazz de Barcelona.
‘Timebomb’ ocupa la pista 5 de este álbum conceptual sobre los diferentes ciclos de una relación sentimental. ‘Queen of the Clouds’ se divide en tres secciones y ‘Timebomb’ pertenece a la primera, ‘Sex’. Es, además, el tercer single oficial extraído del álbum tras ‘Habits (Stay High)’ y ‘Talking Body’, si bien la llegamos a escuchar ya en septiembre de 2014 cuando se estrenó junto a ‘Thousand Miles’.
Ha dirigido el vídeo de ‘Timebomb’ el mismo que dirigió el vídeo del superhit de Ed Sheeran ‘Thinking Out Loud’. Hablamos del director Emil Nava, tras la cámara también para Calvin Harris (‘Summer’, ‘Blame’ con John Newman, ‘Pray to God’ con Haim), Jennifer Lopez (‘Emotions’), Rita Ora (‘Shine Ya Light’) o Jessie J (‘Price Tag’).
‘Timebomb’ es una composición de Tove Lo, Alexander Kronlund y Klas Åhlund, que produce. Lo ya era alguien en la industria antes de sacar disco gracias a sus composiciones para otros artistas como Ellie Goulding (‘Love Me Like You Do’) o Icona Pop (‘Ready for the Weekend’). De Kronlund, por su parte, os hablábamos recientemente con motivo del nuevo single de Demi Lovato, ‘Cool for the Summer‘, del que es co-autor (su currículum incluye hits para Britney Spears o Backstreet Boys) y Klas Åhlund es conocido sobre todo por su trabajo junto a Robyn, si bien hemos visto su nombre en los últimos tiempos acreditado en canciones de Madonna (‘Some Girls’), Katy Perry (‘This Is How We Do’) o Ke$ha (el también hit en JNSP ‘Dirty Love’).
La historia de ‘Timebomb’ es una historia de amor cuyo final es claro para sus protagonistas, o al menos para Tove Lo, desde el principio. Un romance, no obstante, que defiende el dicho de «lo bueno, si breve, dos veces bueno». La sueca lamenta que el suyo es un romance abocado al fracaso pero mantiene la esperanza de que su brevedad será su mejor aliada y hará de su relación algo intenso e inolvidable. «No estaremos juntos para siempre / tú no eres el amor de mi vida / pero tú y yo podríamos ser lo mejor de la historia», canta para preguntarse después: «¿qué podría ser lo peor que pudiera ocurrir si lo peor que pudiera ocurrir bien pudiera ser lo mejor de lo mejor?»
El recorrido comercial de ‘Habits’ tanto en Estados Unidos como en Europa ha sido estelar (su cumbre era un top 3 en USA, mientras el tema entraba con fuerza en varios mercados europeos como el nuestro, donde era top 13), el de ‘Talking Body’ fue sólo ligeramente inferior (top 12 en USA y top 17 en Reino Unido) y ‘Timebomb’ todavía ha de entrar en alguna lista importante. Como acaba de salir, esperaremos impacientes. De momento, os dejamos con este directo de la canción en Berlín.
Grace Jones publicará «Nunca escribiré mis memorias»
La autobiografía de Grace Jones, irónicamente titulada ‘I’ll Never Write My Memoirs’, verá la luz el 29 de septiembre, como informa en exclusiva esta semana Hollywood Reporter. Grace Jones dice que una vez escribió una canción llamada ‘Art Groupie’ cuya primera frase era ‘I’ll Never Write My Memories’. «Pero eso fue hace mucho», puntualiza. «Desde entonces, he pensado que si no lo hago yo, alguien más lo hará».
Seguimos sin saber nada sobre un disco nuevo, a pesar de que sabemos que lleva años preparándolo y de vez en cuando actúa en directo, pero al menos ahora podremos averiguar más cosas sobre su relación con Andy Warhol o su carrera.
Blood Orange comparte tema contra el racismo
El productor Blood Orange ha subido a Soundcloud un tema llamado ‘Do You See My Skin Through The Flames?’ que se ha apresurado a indicar que no va para su próximo disco, si bien probablemente sería una excelente pista fantasma. Se trata de un corte medio hablado de 10 minutos que llega acompañado de un mensaje en Facebook contra los ataques racistas vividos en Estados Unidos durante los últimos tiempos.
El propio artista, cuyo verdadero nombre es Dev Hynes, ha escrito: «Me podéis ver en esta página o tocando como Blood Orange o Dev Hynes, pero a la vuelta de la esquina soy otro hombre negro, un hombre negro que no puede coger un taxi, un hombre negro que tiene que tener cuidado con cómo hablar con una chica blanca para que no se sienta asustada, un hombre negro que tiene que sentarse y callarse si un coche de policía pasa cerca del patio donde le gusta jugar al baloncesto, un hombre negro que podría ser disparado en cualquier momento y mientras muere, saber que incluso aunque cojan a quien le disparó, esa persona saldría libre».
El tema subido incluye a Hynes en todos los instrumentos con una voz de Talwst, batería de Chris Egan y voces de Ava Raiin y su novia Samantha Urbani.
Gracias a cliquott y Flounder en el foro de Blood Orange por el aviso.
a-Ha estrenan ‘Under The Makeup’
a-ha están de vuelta con la balada ‘Under the Makeup’, el primer single de su nuevo disco ‘Cast in Steel’. El tema ha sido escrito por Paul Waaktaar-Savoy con la producción de Erik Ljunggren y el mismo Paul. El arreglo orquestal es de Lars Horntvedt de la banda noruega Jaga Jazzist. En su web podéis leer su letra.
Gracias a Simbenia en el Twitter por el aviso.
‘Vis a Vis’ no es ‘Orange is the New Black’ (ni falta que hace)
Terminada la primera temporada de ‘Vis a Vis’ es inevitable pensar que igual fue un error vestir a todas las presas de la serie de amarillo, en claro contraste con el naranja usado en una de las series carcelarias más populares en todo el mundo durante los últimos tres años. ¿Era necesaria la referencia? Probablemente no. El perfil de su protagonista principal, el de una mujer un tanto pava que tras llegar a prisión (casi) sin comerlo ni beberlo, termina espabilando y sacando lo peor de sí misma como método de supervivencia, es muy parecido. Sin embargo, ahí se acaban las coincidencias.
‘Vis a vis’, sin prescindir de su dosis de humor negro (esas bromas sobre la Pantoja), no es ningún «dramedia» ni tendría la tentación de competir en comedia por ningún premio. Es abiertamente una serie de acción con grandes tramas paralelas desarrolladas fuera de la cárcel y más elementos en común con ‘Prison Break’ de lo que pueda parecer. Sería sin duda una versión descafeinada, como mostró el decepcionante final del capítulo en el que a un personaje le iban a cortar los pezones (cambiando «pezones» por «dedos de los pies», así acababa el episodio 2 de la serie norteamericana, que por cierto volverá el año que viene), pero es lo más parecido que de momento podemos llegar a tener.
Porque hay quien dirá que no puede quitarse de la cabeza que esto sea una serie llamada ‘Presas’ sólo para llenar el hueco que dejaron series donde la trama principal era lo de menos y lo de más mostrar un culebrón (de ‘Periodistas’ a ‘Hospital central’ pasando por todo tipo de situaciones), pero es indudable que Antena 3, tras ‘El internado’ y ‘Bajo sospecha‘, va en la dirección adecuada en la generación de tensión y angustia con sus mini thrillers, huyendo poco a poco de la trama familiar y lacrimógena.
Y aparte de esto, que puede considerarse medio fácil, ‘Vis a vis’ se ha apuntado unos cuantos tantos más inesperados. Su elenco de secundarios es espectacular, y más o menos lo esperábamos de Carlos Hipólito, que ya convenció como padre coraje en la también arriesgada ‘Desaparecida’, aquí como ex guardia civil dispuesto a hacer de todo por su hija; pero no tanto del plantel de actores más desconocidos. A diferencia de lo que ocurre en ‘Orange is the New Black’ no hay personaje que aburra o dé pereza cuando aparece en plano: desde Najwa Nimri como mala malísima sin traicionar su trascendentalidad y aprovechando hasta sus orígenes jordanos (está en el papel de su vida, vamos), hasta la ya mítica «Rizos» (Berta Vázquez), imagino que icono bóller del país, pasando por el repugnante Doctor Sandoval (Ramiro Blas) o Alba Flores, hija de Antonio y nieta de Lola, que se ha merendado fuera de plano el final de esta temporada. Que por cierto, lejos de ser un manido cliffhanger, ha sido medio abierto, comedido y hasta poético.
Cabe destacar el acierto de las ínfulas de docudrama insertadas, con declaraciones de las actrices como si fueran presas de verdad. Ahí hemos visto a la entrañable María Isabel Díaz Lago contar su historia de maltratos y trasplantes de manera mucho más efectiva que con los pesados flashbacks recurrentes y de moda en las series americanas. Una forma también de introducir muy ligeramente la reflexión social sobre cuestiones como las drogas en prisión, las ETS, la justicia, el machismo o la reinserción sin resultar pretencioso ni tampoco superficial.
Aunque a veces algo torpona (ese episodio en el que mediante flash-forward te revelaban tontamente todo lo que iba a pasar) y otras un poco inverosímil, ‘Vis a vis’ se parece bastante a lo que un país de 45 millones de habitantes y con ciertas posibilidades de exportación debería estar produciendo hace rato. Esto puede ser el principio de una gran amistad. 8.
Los Rolling Stones publican su directo de ‘Sticky Fingers’
Aparte de reeditar su clásico ‘Sticky Fingers’, que recientemente volvían a colocar en la lista de ventas, los Rolling Stones han tocado el disco por primera vez íntegro en el íntimo teatro Fonda de Los Ángeles. Como cuenta Rolling Stone era la primera vez que tocaban ‘You Gotta Move’ en cuatro décadas. Esta semana han decidido subir el concierto a la venta a plataformas como iTunes, por lo que sus seguidores ya pueden disfrutar de este nuevo hito de su discografía.
Robert Forster anuncia ‘Songs to Play’
Robert Forster, miembro superviviente de The Go-Betweens, y protagonista de uno de nuestros Clásicos que nunca lo fueron, ha anunciado un nuevo disco llamado ‘Songs to Play’. Será su primer disco en siete años y de momento lo que se conoce es una especie de corto documental de 8 minutos en el que se habla del proceso creativo del disco.
El álbum saldrá el 18 de septiembre con títulos como ‘Learn To Burn’, ‘Let Me Imagine You’, ‘Songwriters On The Run’, ‘I Love Myself (And I Always Have)’ y ‘Disaster In Motion’. También este año se ha editado ‘G Stands for Go-Betweens: Volume 1, 1978-1984’ de The Go-Betweens.
Yo La Tengo y Mogwai, confirmados en Tibidabo Live Festival
Como se rumoreaba, Yo La Tengo actuarán el próximo mes de septiembre en la Plaça del Somnis del Parque de Atracciones, «subidos a un escenario con la vista panorámica más espectacular de Barcelona», según indica la nota de prensa del recién anunciado Tibidabo Live Festival.
Las promotoras Last Tour y Ginmusica, organizadoras de Kutxa Kultur Festibala, que se lleva realizando desde hace cuatro años en el Parque de Atracciones de Igeldo de Donostia en fechas parecidas, organiza este nuevo evento en Barcelona en el que también actuarán Mogwai. Se define como «un evento amable y cómodo para todos los públicos, donde se respetará al máximo el entorno y el espacio, donde el público pueda disfrutar de atracciones clásicas del parque como el Giradabo o el avión y montar en los autos de choque o hacer carreras de caballos con bolas hasta las 21.00h. Un Festival donde los padres puedan disfrutar del Festival en familia fuera de las clásicas aglomeraciones».
Así está la programación de momento:
Viernes, 4 de septiembre
YO LA TENGO
THE NEW RAEMON
ALBERT CAVALIER
BLACK BOX RED
NIÑA COYOTE ETA CHICO TORNADO
PET FENNEC
RAFAEL BERRIO
THE YOUNG WAIT
Sábado, 5 de septiembre
MOGWAI
BELAKO
ERAUL
GHOST NUMBER & HIS TIPSY GIPSIES
HOUSE OF WOLVES
LOS BRACCO
OCELLOT
Las entradas de día Pista General son 40€ + gastos y las entradas de día Balconera son 32€ + gastos. Están disponibles en Ticketea.
Os recordamos que Mogwai también actúan el 6 de septiembre, en la nueva Tabakalera de San Sebastián, en relación con el Kutxa Kultur Festibala, pero aparte.
Xoel López / Paramales
Da la sensación de que desde que Xoel López dejó de ser Deluxe para usar su propio nombre, le dio un ataque de cantautorismo irremediable, semejante al de Nacho Vegas o Iván Ferreiro. Así, vimos cómo en ‘Atlántico‘, el rock perdía peso en su propuesta en pos de mayores dosis de folk, de folclore latinoamericano en su caso (tras una larga temporada viajando por aquel continente), que presentaba un lado mestizo nunca antes visto en su música. Tres años después, ‘Paramales’ viene a certificar lo cómodo que se encuentra en este rol y en ese papel de cantautor folk. Tanto que casi parece decidido a tomar el relevo en nuestros días de las figuras que en distintas etapas ejemplificaban Víctor Manuel, Joaquín Sabina e Ismael Serrano. Xoel, sin embargo, proviene del mundo del rock independiente y es hijo de nuestros tiempos, y eso hace que su sonido no sea encorsetado ni militante. Por eso, en ‘Paramales’ (título divertido y cenizo a la vez) se cuelan una bailable ‘Yo solo quería que me llevaras a bailar‘, con ramalazos de funk, glam y algún que otro aparente homenaje al célebre ‘Hey! Baby‘ (¿o es a ‘Big Love‘?), intensas ráfagas de rock fronterizo a lo Calexico en ‘Un año más’ y una estupenda ‘Caracoles’ en la que brillan unos sintetizadores de sonido sideral que ofrecen un interesante contraste.
No hay muchas más sorpresas que esas en un disco en el que Xoel ha grabado casi todo, salvo baterías y percusiones, que ha confiado a miembros de DePedro, Vetusta Morla y Coronas, entre otros. La tónica general es la épica folclórica que marcaba su anterior obra, en temas complacientes y resultones como ‘Patagonia’, ‘Antídoto’ o ‘Laberinto’, pero también en otros tirando a insulsos como ‘Yo vi un hombre desaparecer’ o ‘Sol de agua’. Así las cosas, resultan más atractivas las canciones que tienen algún factor insólito o inesperado: ‘A serea e o mariñeiro’, que pone en común folclore brasileño y galego con sintes retro-funk; ‘Todo lo que merezcas‘, una pseudo-ranchera con unos coros que rememoran a Las Trillizas de Oro de Julio Iglesias; y ‘La casa hace ruido cuando no estás’, un bonito dueto de aires clásicos con la artista argentina (y pareja de Xoel) Lola García Garrido, que también aporta coros en varios temas, como ya hizo en ‘Atlántico’, además de dirigir sus vídeos. Resulta cuanto menos curioso comprobar que Xoel convence más cuando más se sale por la tangente, y menos cuando más fiel permanece a su propio estereotipo.
Xoel López actúa hoy, día 3 de julio, en el escenario El Vaixell de Vida Festival.
Calificación: 6,7/10
Lo mejor: ‘Todo lo que merezcas’, ‘Caracoles’, ‘Yo solo quería que me llevaras a bailar’, ‘La casa hace ruido cuando no estás’
Te gustará si te gustan: DePedro, Iván Ferreiro, Vetusta Morla
Escúchalo: Spotify







Dice Noel Gallagher que esta colaboración con 3D de Massive Attack ha tardado 20 años en ocurrir. “Recuerdo estar en los Brits del 95 y 3D ofrecerme un remix de Massive Attack de ‘Cast No Shadow’ de Oasis. La idea nunca llegó a buen puerto y es algo de lo que me arrepiento desde entonces”. Ambos se quitan ahora la espinita con dos remixes que ha hecho Robert Del Naja de ‘The Right Stuff’, un tema de Noel y sus High Flying Birds incluido en ‘
















