Detrás de este flequillo de tolai se esconde un auténtico cerdo de la literatura universal. Digo «cerdo» no en plan despectivo, sino porque sus libros, entre p*edofilias, n*ecrofilias, c*oprofagias y otras cosas que sin el conveniente asterisco nos provocarían comentarios más desagradables que los que solía haber hace unos años en spanishpop.net, día sí, día también, son una auténtica guarrería. «Tufo», «esperma» y «mierda» son sus palabras favoritas, o sea que poco que ver con el cristalino estribillo de Blondie que hoy nos da título.
Dennis Cooper se equivoca cuando dice en las entrevistas que no cree que nadie se atreva a leer sus novelas en el metro, porque yo acabo de devorar 3. Lo que no tengo muy claro es si los he leído porque me gusta (la generación X me pilló en una edad muy mala), porque soy una mala persona (tampoco es que escriba de maravilla), porque a todos nos gusta conocer las prácticas sexuales que se llevan a cabo en el mundo (aunque no sean muy de nuestro agrado precisamente), porque hay muy pocas novelas que citen a My Bloody Valentine, Sonic Youth o Jesus and Mary Chain, porque Nacho Vegas ha escrito el prólogo de pocos libros (como fue el caso de ‘Guía’) o porque no hay tantos gays en Estados Unidos ni en ningún sitio que compren y adoren estos discos.