Inesperadamente, Mark Kozelek regala una obra mayúscula que da lecciones de vida a través de la muerte y, sobre todo, muestra su amor y agradecimiento a la música.
El ex Psychoine logra en su tercer disco en solitario un asombroso mestizaje de rock psicodélico, tradición mediterránea y folclore patrio que deja huella instantáneamente.