La publicación de ‘Visions’, tercer disco largo de la canadiense Claire Boucher bajo el nombre Grimes, está auspiciada por el gran sello 4AD. Pero, curiosamente, no se trata de una gran producción, ya que su edición estaba prevista en el modesto Arbutus (del que Boucher es socia) y, por tanto, su grabación tiene exactamente el mismo aire amateur y de baja fidelidad que los previamente editados ‘Geidi Primes’ y ‘Halfaxa’. Por tanto, ese esfuerzo por abrir su música (clasificada en algún momento dentro del efímero e inconsistente witch-house) a géneros como el pop o el R&B que ya se apreciaba en ‘Oblivion’ y ‘Genesis’, avances al álbum, no es algo que haya estado condicionado por la mayor repercusión mediática a la que ahora se enfrenta.

Fan del ambient y Aphex Twin, esta joven de Vancouver de tan solo 23 años ha logrado, sobre todo gracias a su empeño e incesante trabajo, ir sacudiéndose aquella etiqueta que la alineaba con proyectos como Salem u oOooOO. En ‘Visions’ muestra que su música va más allá del ámbito de experimentación y oscuridad que poseían sus obras anteriores, acentuando su carácter melódico y dando a su voz (según ella, un instrumento más) el absoluto protagonismo de un álbum repleto de detalles y estribillos que enganchan. A las previamente conocidas ‘Genesis’ y ‘Oblivion’, aliñadas con breves interludios menos complacientes, se suman trallazos de pop electrónico y raro como ‘Vowels = Space And Time’, ‘Skin’, ‘Circumambient’, ‘Be A Body’ o ‘Night Music’ (que cuenta con la colaboración de sus compañeros de sello Majical Cloudz), en los que Boucher prueba incontables efectos y trucos con su voz, que van desde ecos celestiales a los agudos imposibles de Mariah Carey (una influencia declarada).

‘Visions’ supone un gran avance en la carrera de Grimes, alcanzando a concretar un espacio a caballo entre la electrónica experimental y el pop, salpicado con hip hop, funk y R&B, el sonido que podría tener un Prince nacido veinticinco años después. Sin embargo, hay un gran pero que nos hace tomar con cierta cautela este disco. Todo el encanto amateur y DIY del proyecto (lo cual incluye su lúgubre envoltorio estético) termina por jugar en su contra, ya que no pocas veces uno tiene la sensación de que lo que está escuchando son magníficas ideas pero sin redondear ni cerrar, demos llenas de probaturas y lastradas por unas bases rítmicas bastante planas, que adolecen de cierto juego que impida que los temas parezcan eternos. Pero no es nada que no pueda solventarse con la ayuda de un buen productor que la sepa entender. Ojalá que eso ocurra algún día, porque el potencial de Claire Boucher se adivina enorme.

Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Vowels = space and time’, ‘Oblivion’, ‘Be A Body’, ‘Genesis’, ‘Skin’.
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Escúchalo: NPR