Dënver / Fuera de campo

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Dënver / Fuera de campo

denver-fueraEs evidente que, aun siendo un grupo modesto, el dúo chileno Dënver entrega su tercer álbum, ‘Fuera de campo’, con cierta desventaja respecto a ‘Música, Gramática, Gimnasia‘, el disco que les puso en boca de muchos en los países hispanohablantes. Carentes ya del factor sorpresa del que gozaban en 2010, esta nueva obra se presenta como una reválida, con el reto de confirmar que su fantástico segundo disco no fue fruto de la fortuna ni la casualidad. Ante tal reto, no se puede negar que han sido valientes, optando por autoproducir ellos mismos estas nuevas canciones, renunciando a la experiencia de Cristián Heyne, cuyo trabajo les dio tan buenos réditos en su álbum previo.

Las primeras sensaciones tras escuchar ‘Fuera de campo’ es que esa osadía ha podido costar cara a Milton y Mariana, porque el principal punto flaco de esta obra podría estar precisamente en su producción, principalmente en una total desmesura en los arreglos de cuerda y vientos. Aunque es cierto que esos toques orquestales de disco y funk ya aparecían en canciones como ‘Diane Keaton’, ‘Mi primer oro’ o ‘En medio de una fiesta’, entonces figuraban como guiños sutiles y puntuales en un disco heterodoxo que tocaba muchos palos y siempre con sentido. En esta ocasión, llenan en tropel gran parte de las canciones, de principio a fin, a menudo de forma excesiva y sin dejar respirar la propia melodía de la canción, relegándola casi a un papel secundario (‘Profundidad de campo’ es el mejor ejemplo). Quizá algún día (posiblemente en directo), descubramos que hay buenas canciones en ‘Mejor más allá’, ‘Medio loca (hasta el bikini me estorba)’ o ‘Tu peor rival’, agazapadas detrás de ese síndrome spectoriano que las asfixia.

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Siendo justos, es cierto que cortes como ‘Torneo local’, el single ‘Revista de gimnasia‘ o la inicial ‘Las fuerza’ agradecen ese sentido homenaje a las grandes producciones de los años 70 y a ABBA, que les ponen muy en común con los últimos trabajos de Guille Milkyway en La Casa Azul. Pero convirtiéndolo en la tónica general del disco y abusando de ese recurso, pierden también la que, para mí, es una de sus grandes bazas: la diversidad de estilos. De hecho cuando, alcanzando ya la mitad del álbum, llegamos a los toques de dream pop de ‘Concentración de campos’ (un tema en el que colabora a la voz Cristóbal Briceño, miembro de Ases Falsos, Los Mil Jinetes y otros interesantes proyectos), a los guiños ‘Twin Peaks’ de la preciosa balada ‘Medio mal’ o a la épica electro-noise de ‘El árbol magnético ataca por sorpresa’, es palpable que suponen un refrescante oasis para el oyente que, por desgracia, apenas encuentra continuidad (aquí cabría mencionar la coda pseudo-dubstep de ‘Torneo local’).

Lo que sí sigue funcionando son sus letras, que plasman con gran ingenio e imaginación los sentimientos apasionados e iracundos de los jóvenes ante el mundo adulto, maximizando el dolor sentimental hasta un plano físico, retratando la conquista del amor como una competición o una batalla e introduciendo, como una sombra de inquietud para los padres ante la vida privada de sus hijos, elementos macabros y sórdidos en instantes aparentemente lúdicos (como ese entierro en vida para ponerse morenito, en el tema que cierra el álbum). El talento compositivo y arreglístico de Milton y Mariana y el poder de sus canciones es innegable, pero no podemos evitar sentir cierta decepción ante ‘Fuera de campo’ porque, pese a que cuenta con muchos aciertos, los excesos en la producción lo hacen fallido como disco de consagración.

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Calificación: 6,8/10
Lo mejor: ‘Revista de gimnasia’, ‘Medio mal’, ‘Las fuerza’, ‘Torneo local’
Te gustará si te gusta: cuando Guille Milkyway se pone setentero, los discos de arreglos excesivos y decadentes
Escúchalo: Deezer

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