Triángulo de amor bizarro / Victoria mística

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Triángulo de amor bizarro / Victoria mística

victoria misticaAño Santo‘ fue un álbum crucial para el rock nacional, un hito que aunaba vigor, melodías, fuerza, gancho y personalidad como pocos grupos lo habían hecho en largo tiempo. Complementándolo, su apabullante directo estaba a la altura del disco, haciéndonos vivir noches verdaderamente memorables, como aquella en que hicieron temblar temeraria y literalmente la estructura del Círculo de Bellas Artes en aquel Primavera Club. Por eso, básicamente, fue para nuestra web el mejor álbum del año 2010 (recordemos que JENESAISPOP no distingue entre artistas nacionales e internacionales en sus listas de favoritos). Han pasado ya tres años desde entonces y, desde fuera, se percibe que la consecución de este tercer álbum del trío gallego no ha debido de ser en absoluto fácil, entre terremotos, grabaciones con productores de renombre finalmente descartadas y retrasos varios. Pero al fin está entre nosotros ‘Victoria Mística‘, con el difícil reto de satisfacer las altísimas expectativas depositadas en él.

Para más inri y más morder de uñas, el álbum venía precedido por dos singles muy distintos entre sí, aunque ambos de impacto. ‘Robo tu tiempo‘, canción que abre el disco, es un puñetazo inmediato en el que el fraseo vocal de Rodrigo parece atropellarse entre una distorsión tan loca que incluye en el jaleo el uso de herramientas de corte (si ese ruido no es de radiales reales, la imitación es perfecta), al estilo de una reconocida influencia del grupo, Einstürzende Neubauten. Por contra, ‘Estrellas místicas‘ es el pop más brillante que jamás hayan mostrado los de A Coruña, un ácido retrato de los artistas bien pagados… de sí mismos. Ambos extremos, no muy lejanos pero sí bien diferenciados, ya eran un rasgo de TAB desde sus inicios, pero en este disco esa polarización (plasmada gráficamente en esa metafórica portada que distorsiona una imagen armoniosa) es especialmente acusada a lo largo de toda su corta (poco más de treinta jugosos minutos) extensión. Quizá por esa brevedad, por la urgencia que transmite, esta vez la balanza se inclina, por poco pero claramente, hacia su faceta más pop.

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En la cara menos acomodaticia del cuarteto, a la ya citada e instantánea ‘Robo tu tiempo’, marcada por ese saxo desquiciado tan adictivo (y sí, también las radiales), se suman la convincente nueva versión (distinta a la del single grabado por Sonic Boom; esta es más sólida y poderosa, con un mejor sonido de guitarras y los teclados en segundo plano) de ‘Ellas se burlaron de mi magia’, rematada con un final exquisitamente Pixies; y la magnética ‘Clara’, una fantasmal e hipnótica aproximación al blues, filtrada por el tamiz de Silver Apples y rematada con guitarras volcánicas a lo Wooden Shjips, que cierra el disco de manera soberbia. Tan furiosas como coreables, ‘Delirio Místico’ (con los MBV de los primeros EPs como referencia) y ‘Lo hispano marcha/La banca paga’ (Bo Diddley vía The Stooges vía Swervedriver), se postulan como nuevos bofetones en vivo, pese a que resulten quizá más previsibles que el resto.

Al otro lado, junto a ‘Estrellas místicas’, se alinean con idéntico tino melódico ‘De la mano de las almas oscuras‘, declarada favorita del grupo (y seguro que próximamente del público); ‘Enemigos del espíritu’, un tema que galopa a lomos de unos acordes de nuevo muy Kevin Shields; y ‘Un rayo de sol’, un medio tiempo con ambientación a lo Galaxie 500 y explosivo final psicodélico, que lleva escrito la palabra «grower» en él. En todos ellos, y no casualmente, la voz de Isa Cea es la total protagonista, evidenciando que su sonoridad es mucho más apropiada para lograr «hits» (digámoslo así) que la de Rodrigo Caamaño. Ya hay quien entiende ese especial interés en la melodía como una forma de plegar, de ablandarse, comparándolos con The Pains Of Being Pure At Heart (¡como si eso fuera un ataque!). Esto es una necedad porque, además de ser obvio que ambas bandas (como tantas otras) comparten algunos referentes (y todos sabemos cuáles), el hecho de que hagan un esfuerzo por hacer canciones más redondas, que lleguen más lejos (o que sean más coreables) no implica que su personalidad quede anulada, por no hablar del talento que eso, que parece tan fácil, requiere.

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La autoproducción de Roberto Mallo demuestra que ellos mismos conocen perfectamente cuáles son sus virtudes y cómo sacarles partido, con una base rítmica atronadora y sólida como colchón a guitarras debatiéndose entre lo cristalino y lo ruidoso y sintetizadores especialmente trabajados, a modo de exquisito remate. Sus textos acompañan, enigmáticos como siempre: confusas referencias sociopolíticas (la productividad alemana, el culto al trabajo y la jodida marca España) y cierta conciencia ecológica (algo así se intuye en ‘Clara’) se confunden entre sentencias tan indelebles como descacharrantes, esos «sonríe, hostia», «guillotina», «ojos que intentan que crea en el amor» o «no quiero esperar para follar» que suelen hacer las delicias del público. Quizá el gran salto de Triángulo de amor bizarro fue el que dieron entre su debut y ‘Año Santo’, pero ‘Victoria mística’ es una dentellada decidida y fuerte, destinada a sacar todo el jugo al potencial comercial que siempre han tenido y no siempre habían atinado a mostrar. Hasta ahora.

Calificación: 8,2/10
Lo mejor: ‘Estrellas místicas’, ‘Un rayo de sol’, ‘Clara’, ‘Enemigos del espíritu’, ‘De la mano de las almas oscuras’.
Te gustará si te gustan: My Bloody Valentine, Surfin’ Bichos, The Stooges.
Escúchalo: Deezer

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