Mucha gente se ha bajado del carro de ‘Homeland’ en los últimos dos años. Primero fueron los Emmy, que tanto habían mimado la serie sobre los conflictos post 11-S en Oriente Medio. Después, parte del público, pues los 2,38 millones del último episodio de la tercera temporada en Estados Unidos están ahora mismo bastante lejanos.
El hecho de que esta semana se haya anunciado una quinta temporada de esta serie ha podido sorprender a muchos de los que han ido perdiendo la ilusión por ‘Homeland’, a los que entendieron el final de la tercera temporada como el final absoluto. Diría que incluso ha podido sorprender a los seguidores fieles de la serie que hayan visto solamente los primeros episodios de la cuarta temporada: por decirlo de manera clara, a la trama le pesaba el culo. Carrie sigue superándose por momentos (para bien y para mal), había abiertos nuevos personajes y líneas prometedores… pero que no terminaban de despegar.
Todo esto ha cambiado en el episodio emitido hace dos domingos, el sexto de la cuarta temporada, uno de los más sorprendentes y tensos que se recuerdan: un giro en el guión inesperado de los que descolocan por completo al espectador justo cuando estaba convencido de que los tiros irían por un camino con el que se había jugado durante cinco episodios… y un nuevo planteamiento ético magistral sobre lo que está bien o lo que está mal según los objetivos de la CIA. El séptimo capítulo emitido este domingo ha sabido mantener la atención del espectador no como en sus mejores tiempos, pero casi, llevando a un final que no ha podido resultar de nuevo más desconcertante y desolador.
La audiencia se ha recuperado ligeramente (se tocó fondo en el 04×03) y el espectador vuelve a estar (casi) tan entusiasmado como hace un par de años. A pesar de la repetición de algunos trucos, como la explotación de la bipolaridad de Carrie, se ha dado a su trastorno nuevas connotaciones dramáticas y estéticas (estas un tanto torpes, pero efectivas), y, de manera destacada, se presenta frente a esta complejísima heroína un elenco de secundarios masculinos cuyas posibilidades parecen inagotables, de Saul a Quinn pasando por Aayan, Aasar, Lockhart, Dennis, un Brody del que Carrie no se puede desprender y por supuesto su adversario Haissam Haqqani. Un día después de todo esto… voilà, anuncio de la quinta temporada. Por supuesto: beneficiada por su formato de 12 episodios en lugar de 16 ó 24, la serie no permite ahora mismo que todo termine en cinco capítulos ni de coña…
Podéis debatir sobre la serie con SPOILERS en nuestro foro de ‘Homeland’.