Official Charts Company, responsable de la lista de éxitos oficial de Reino Unido, ha confirmado recientemente lo que ya sabíamos, que ‘21‘, el segundo álbum de Adele, es el disco más vendido del siglo XXI en las islas. Las ventas totales solo a nivel local dan vértigo, pues son 4.740.000 unidades. Con ventas mundiales que lograron las 30 millones de copias en julio del año pasado, ’21’ está pues a un millón de alcanzar las ventas globales del «blockbuster» del milenio por excelencia, ‘1’ de los Beatles. Por el momento, Adele supera dignamente en respuesta comercial clásicos de la talla de ‘Born In the U.S.A.’ de Bruce Springsteen, ‘The Immaculate Collection’ de Madonna o el homónimo álbum debut de Whitney Houston.
Tal éxito era impensable hace poco más de un lustro, cuando Amy Winehouse dominaba la clasificación de discos más vendidos del siglo en Reino Unido gracias a ‘Back to Black‘, al que le seguían y lo siguen haciendo James Blunt con ‘Back to Bedlam’, Leona Lewis con ‘Spirit’ y Dido con ‘No Angel’. Winehouse, por supuesto, ocupa ahora la segunda posición de la tabla. Cuando escuchamos ‘Chasing Pavements’ Amy Winehouse y Duffy ya eran estrellas: que una joven de 19 años que hablaba como Vicky Pollard fuera a convertirse en algo más grande que ellas, Oscar incluido, quedaba fuera de toda previsión.
El marrón al que se enfrenta ahora Adele es importante. Tras varios años retirada de los escenarios para dedicarse a la maternidad, Adele se arriesga a ser olvidada por la masa que abandonó a Dido después del gran éxito de su segundo trabajo, ‘Life for Rent’. Ciertamente, Dido tardó cinco años en regresar con ‘Safe Trip Home‘, un disco por momentos obtuso en su minimalismo elevado al cubo y en cuya portada ni siquiera aparecía ella, pero también es verdad que ‘No Angel’ jamás fue el segundo disco más vendido del siglo en todo el mundo, conque las expectativas en torno a Adele son mayores. Venda 15 millones o 5, la sombra del «flop» perseguirá incesantemente a ’25’. ¿Y qué camino artístico tomar para dar continuación a tan exitoso trabajo? Quizás estas cinco sugerencias inspiren a Adele de cara a su nuevo disco, que debería salir en algún momento de este año.
1.- Hacerse un «Beyoncé»: Es la estrategia de moda. Con la publicidad que genera el lanzamiento de un disco por sorpresa, Adele podría recurrir a la oportunidad de subir ’25’ a iTunes un día cualquiera sin avisar para asegurarse de que su público -el general, no nos engañemos- no la ha abandonado. Y es que si hay un disco cuya publicación no anunciada otorgaría verdadera relevancia a este método, ese es el de Adele. A Beyoncé, que fue la primera de las artistas comerciales de primer nivel en hacerlo, le fue de miedo, y tanto Björk como Drake o, más recientemente, Kendrick Lamar, no pueden decir que la técnica del disco por sorpresa les haya dado malos resultados precisamente.
2.- Reinventarse sin perder la esencia: El soul no pasa de moda, pero sus representantes sí, y aunque Adele haya vendido 30 millones de copias de su disco eso no significa que su fórmula sea perenne. Si algo nos ha enseñado la historia de la música popular es que la reinvención es la clave y Adele debería volver en ’25’ con un disco cuyo sonido resulte familiar pero a su vez refrescante. No, no esperamos que Adele llame ahora a Disclosure, pero un toque disco con Nile Rodgers, ahora que está medio de moda tras el éxito de ‘Get Lucky’, o quizás un sonido más R&B y sofisticado que la emparente con gente como D’Angelo, Erykah Badu, o la primera Alicia Keys, no le vendría nada mal.
3.- Asegurarse de que la calidad del disco es suprema: ’21’ era un buen disco, sí, pero que no nos engañen las ventas: no era un disco de 10. Varias de sus canciones eran tan conservadoras que de haberlas interpretado Sam Smith las habríamos odiado de por vida y la versión de The Cure, por muy estupenda que fuera, no pintaba nada. Lo que debería hacer ahora Adele es superarse y entregar una colección de canciones verdaderamente enfocada y sólida que grite «clásico» por los cuatro costados aunque venda lo mismo que ‘Paula‘ de Robin Thicke. Así, aunque las ventas no le acompañen, por lo menos tendría el respaldo de la crítica.
4.- No abandonar XL para meterse en una multi: Aunque XL ha logrado algún que otro top 1 en álbumes aquí y allá gracias a Radiohead, Vampire Weekend o por supuesto Adele, el sello mantiene en verdad un perfil bajo en cuanto a éxito comercial se refiere debido a la inclinación alternativa de los solistas y grupos a los que normalmente ha editado, como Sigur Rós, M.I.A. o The xx. A su lado, Adele es una absoluta «outsider». Pero si el éxito de Adele es especial es precisamente porque viene de un sello independiente y si ’25’ lograra al menos un cuarto de las ventas del disco al que sucede, XL ya podría cubrir los gastos de la grabación y producción de ese y otros discos y lavarse las manos sin problema. Pero, sobre todo, para lo que serviría el éxito de ’25’ es para responder a la oligarquía de las multinacionales que dominan actualmente la industria de la música y que, para lo ricas y famosas que son, cada vez sacan peores discos y registran peores ventas. Si es cierto que se va a Sony… ¿os imagináis que le esperan resultados como los de M.I.A. en Universal o Twin Shadow en Warner?
5.- Sacar single con Sam Smith: Hablando del Rey de Roma, es difícil imaginar un mundo en el que la clásica propuesta de Sam Smith disfrutara del éxito que disfruta actualmente el autor de ‘In the Lonely Hour‘ sin Adele. De algún modo, y aunque le pese, Smith no es otra cosa que el Adele masculino. Por eso, quizá alguien haya tenido ya la idea de que ambas estrellas se encierren juntas en un estudio y graben el que bien podría convertirse en el hit de la década en Reino Unido. Al margen de su calidad, tanto ventas como repercusión social serían insuperables. ¿Qué tal una canción animadilla tipo ‘Rolling In the Deep’ o ‘Money On My Mind’ aunque sea para compensar la sobreexposición de los baladones ‘Someone Like You’ y ‘Stay With Me’? ¿Y un dúo de ambos para la nueva de James Bond?