La estrella del momento a pesar de no estar ocupando ninguna lista de ventas porque su último disco es gratis, Miley Cyrus, fue anoche la gran protagonista de Saturday Night Live, que estrenaba temporada.
Presentada nada menos que por Hillary Clinton, la cantante interpretó ‘Karen Don’t Be Sad’ y ‘Twinkle Song’, dos de los temas de ese notable, curioso y medio increíble ‘Miley Cyrus and her Dead Petz‘, y lo hizo con un atuendo propio de la Lady Gaga de ‘Venus’. Flaming Lips por supuesto estaban por allí.
Además, en su speech de apertura, lamentablemente bloqueado para España pero encontrable en mala calidad, despidió el verano recordando a algunos artistas que han sido noticia en los últimos meses y que según ella no lo serán nunca más. Ariana Grande y Lenny Kravitz están entre ellos.
Mientras suena una versión de ‘My Way’ de Frank Sinatra, el equipo del programa se burla del incidente de la pastelería de Grande o del desnudo involuntario de Lenny Kravitz. Eso sí, la gran protagonista es la homófoba Kim Davis, famosa por su lucha contra el matrimonio homosexual y por tanto contraria a lo que Miley Cyrus hoy en día representa.