Aunque no han cabido en nuestra lista de mejores discos de 2015, hay una serie de lanzamientos que queríamos rescatar con una bonita mención especial. Esta lista de discos, en ningún orden particular, no se corresponde necesariamente con los álbumes, mixtapes, etcétera, que se han quedado a punto de entrar en nuestro top (en cuyo caso podríamos hablar de Reina Republicana, Disco Las Palmeras!, Fernando Alfaro, Alberto Montero, Sagrado corazón de Jesús…). Simplemente son 10 lanzamientos que queremos destacar porque a pesar de sus imperfecciones, pueden anticipar cosas más grandes todavía, o han marcado un interesante punto de inflexión en sus carreras.

Niño de Elche / Voces del extremo: Hay un momento hacia la mitad de ‘Voces del extremo’ (en torno a los nueve minutazos de ‘Canción de corro de niño palestino’ o los diez de ‘Canción del levantado’) en el que la densidad se le va de las manos a Niño de Elche, lo que unido a la ida de olla de ciertas letras impenetrables, impiden que el álbum parezca lo mejor que puede hacer el artista, que lleva más de una década en los tablaos. Pero es igualmente innegable que el acercamiento entre flamenco, pop electrónico, ambient y kraut se merece algo más que esta simple mención, pues revela a un artista que dará mucho que hablar y está aquí para quedarse. El arranque del álbum e ‘Informe para Costa Rica’, por ejemplo, son totalmente brillantes.

C. Tangana / 10/15: C. Tangana publicaba este otoño una mixtape de 5 canciones inspiradas en Drake en las que destacaba el tema ‘Bolsas’, incluido en nuestra lista de mejores canciones de 2015, gracias a su triste retrato de los celos y el despecho. Pero había mucho más en ’10/15’. ‘C.H.I.T.O.’, el corte ideado como propuesta de matrimonio a Carlotta de Hinds (novia del cantante de The Parrots) era un juego de niños comparado con la historia de ‘Nada’, que relataba un incidente con Los Chikos del Maíz que parece que no se quedó en un cruce de palabras. Claro que a fin de cuentas toda esta polémica carece de interés -no es «nada»- en comparación a la habilidad de C. Tangana para lograr temazos que nos resulten cercanos con samples de canciones de Drake que nos resultaban indiferentes (él mismo no era fan por mucho que se lo intentaran meter por los ojos).

Yung Beef / ADROMIFCS 2: Si algo se podía reprochar a ‘Los Pobres’, el debut de PXXR GVNG, era cierta falta de frescura, un exagerado encorsetamiento en el lado más oscuro de los nuevos reyes del trap hispano. Y la mejor prueba de ello estaba en ‘A.D.R.O.M.I.C.F.S. 2’ (segunda parte de «All Dis Ratchets On Me, I Can’t Feel My Soul»), el brutal mixtape lanzado en Youtube por Yung Beef. Junto a su crew habitual y con la fiable mano de Steve Lean en (casi) toda la producción, Fernando demuestra desde la misma ‘Intro’ (desde ese «quítame el autotune, hermano») su grandísimo carisma y su genio, con números trap sobresalientes como ‘Beef Boy’, ‘Michael Juggson’, ‘Motriles’ o ‘All Dis Majors On Me’, a la vez que despliega una mayor variedad de registros (Justin Bieber mataría por el reggaeton-trap-pop de ‘Tu Kulo Krazy’; ‘Problemátika’ se acerca a lo que hacen como La Mafia del Amor). Incluso, en las notables baladas ‘Llórame un río 3’ y ‘Ready Pa Morir’, encontramos a un Fernando inédito, melancólico, espiritual y hasta con un enternecedor punto de fragilidad.

Betacam / Saca pecho 2007-2015: «Debut en formato largo y recopilatorio, todo a una», reza el Bandcamp de Discos FUP sobre este ‘Saca Pecho’. «Un resumen del trabajo de los últimos años de Betacam (Javier Carrasco, miembro también de Templeton), seleccionado por él para iniciar una nueva etapa». Como reza el tópico, no están todas las canciones que son, pero sí son todas las que están. Faltan los temas de su otra referencia física, el single ‘Tecnazo’ y se echan de menos cosas como ‘Tratado de paz’. Pero las que hay son fiel reflejo del universo Betacam, construido a base de techno e indie-pop, grandes melodías, estribillos estupendos, voz escasa pero resultona, ironía y letras ingeniosas, aunque lejos del chascarrillo, que basculan entre el optimismo y la melancolía, la ternura y la insatisfacción.

Toundra / IV: ‘IV‘ igual no ha marcado un punto de inflexión en la carrera de Toundra, pero sí hay que destacar que el grupo siga completamente en forma ahora que son capaces hasta de pasearse por el top 2 de la lista de ventas (!). ‘Oro rojo‘, ‘Kitsune‘ (el ancestral mito japonés del zorro protector del medio rural ha inspirado enteramente el álbum), ‘Qarqom’ o ‘Belenos’ son expresiones perfectas de lo que es el cuarteto: potencia, calidez, calma y furia que se alternan o combinan a placer en sus largos desarrollos. Sabiamente, temas como el ambiental ‘Lluvia’ o el precioso ‘Viesca’, un remanso de cuidados arreglos de viento y cuerda, ejercen de necesarios interludios que ofrecen cierta calma en el alto ritmo del álbum, logrando que sus 50 minutos pasen ágilmente. No sabemos si estamos ante el mejor disco de Toundra (desde un punto de vista técnico, seguro que sí), pero sin duda ‘IV’ se ha merecido el éxito del que está gozando y supone un nuevo punto culminante en la carrera de un grupo admirable.

Alondra Bentley / Resolutions: Los caminos que han seguido las llamadas -de manera bastante misógina- “chicas con guitarra” (¿alguien vio a Francis White en un especial “chicos con guitarra”?) han sido bien diversos. Y el escogido por Alondra Bentley en ‘Resolutions’, el disco del año para nuestra redactora Angèle Leciel, es uno de los más interesantes: ha logrado que la produzca nada menos que Matthew E. White, que aparte de estar más que implicado en el debut de Natalie Prass, ha entregado por su cuenta discos tan chulos como ‘Big Inner‘; y se ha inspirado en cosas tipo Karen Carpenter mucho antes de que llegara al mercado el conocido tercer disco de Adele. Aunque si tuviéramos que quedarnos con algo positivo de este álbum sería su amplitud de miras. Sí, ‘Remedy’ parece reivindicar a los Carpenters y ‘Effort and Joy’ a Bacharach, pero el final de la primera es machacón e hipnótico como un hit psicodélico underground y la segunda no prescinde de una percusión latina entre cuerdas majestuosas tamaño salón de baile. El puntito Stereolab de ‘Mid September’ sin abandonar la pizca de americana de ‘Water’ confirman que la dirección artística tomada por Alondra Bentley ha sido la mejor posible: fiel a sí misma pero introduciendo novedades.

Brigitte Laverne / Brigitte Laverne: Aunque no sean todavía dignas de aparecer en una lista de lo mejor del año por encima de Chromatics, las canciones del esperadísimo EP de debut de Brigitte Laverne sí «lo tienen». Sus sintetizadores son tan deudores efectivamente de Johnny Jewel como de Moroder o Kraftwerk en algunos momentos y los estribillos aparecen cuando menos los esperas para quedarse para siempre. “I’ll go wherever you go” y “I know the city’s in love with you”, repite la hipnotizante ‘Cities’; “I think I’m gonna wait, wait, wait’, plantea ‘Phoebe’s Room’. Puede que el acabado de las canciones no sea el perfecto y así, los vientos de ‘Touch’ no parezcan precisamente añadidos por Matthew Herbert, ni el riff de teclado hacia el final de ‘Phoebe’s Room’ sea el óptimo, pero las composiciones de Brigitte sí consiguen reunir el encanto de sus referentes.

Amaral / Nocturnal: No hemos querido ahondar únicamente en el underground en esta sección. Entre los discos capaces de llegar al disco de oro en nuestro país también hay joyas perdidas y sin duda esta es una de ellas a pesar de haber corrido de momento peor suerte que sus predecesores. ‘Nocturnal‘ es ya el disco favorito de Amaral de parte de la redacción gracias a una serie de pistas instrumentadas de manera espectacular con preciosos pianos y arreglos que nunca estropean o inundan la canción. Al estilo de los últimos La Buena Vida o incluso nombres internacionales como The National, ‘Unas veces se gana y otras se pierde’ -con sus exquisitos coros desde incluso antes de que empiece- y sobre todo la pesimista ‘Nocturnal’, con ese doloroso estribillo “no hay nada bueno en mí”, están ya entre lo mejor de su repertorio.

Mujeres / Marathon: Con urgencia, nervio y un sonido más luminoso, ‘Marathon’ realmente parece, más que una carrera de larga distancia, un sprint de media hora por ver qué gancho se nos agarra al subconsciente antes: si el riff juguetón del adelanto ‘Feels Dead (Siento muerte)‘, el bofetón garajero del single ‘Lose Control‘, el duduá guasón y desaliñado de ‘I Wonder’ o su equivalente en castellano ‘Vivir sin ti‘, lo que se viene llamando (o debería) un hitazo. Como ese corte, ‘Galgo diamante’, el precioso/violento corte que cierra el álbum y certifica que, cantando en español, además de generar una necesaria conexión con reivindicables glorias perdidas del garaje-rock como Los Saicos, Los Salvajes y, por qué no, Brincos y Sírex, ganan enteros comercialmente.

La Prohibida / 100k de luz: Aunque un poco demasiado «nicho» para los apegados a un género que tuvo su momento de gloria hace ya unos cuantos años, ‘100k de luz’ sí es un disco imprescindible para aquellos que piensen que cualquier época es buena para disfrutar de un puñado de electro pop de tintes cósmicos e italo disco (este es el disco del año de nuestro redactor ACM). Financiado gracias al cada vez más recurrente método del crowdfunding, La Prohibida volvía a presentar un trabajo bien cerrado e hilvanado a pesar de contar con once canciones compuestas por ocho letristas diferentes. Además de ‘Baloncesto’, el álbum contenía temazos de la talla de ‘Internacional’ o ‘Ganas de matar’, la preciosísima versión de ‘Erotismo e informática’ (original de Berlanga) y esa especie de batido entre música cósmica y el ‘Je t’aime… moi non plus’ de Serge Gainsbourg que es ‘A toi’.