La ironía de que el primer disco de SOPHIE, el icono por excelencia de «PC Music», sea un recopilatorio de éxitos cuando SOPHIE todavía no ha sacado un solo disco es, cuanto menos, interesante. Parece el sueño de cualquier amante del pop, ¿verdad? Una sucesión de singles editada a lo largo del último par de años reunida en un solo álbum. Pero espera… si solo eran cuatro canciones, ¿no? Pues nada, se le añaden otras cuatro pistas de relleno y la ironía hace un triple salto mortal que te explota la cabeza: el concepto de «producto» inherentemente perfecto que al final no lo es. ¡Qué guasa!
A todas luces, SOPHIE se ha convertido en los últimos años en lo más parecido al futuro del pop. Su propuesta de «bubblegum pop» futurista ha inspirado numerosos artículos de opinión en la prensa musical y dividido a fans tanto del pop comercial como de la música electrónica más erudita. No es de extrañar que sus paisajes y ritmos hipermodernos encandilaran a la mismísima Madonna, que colaboró con él en su último single, ‘Bitch, I’m Madonna’. Otra bonita ironía la de este avatar del capitalismo pop compartiendo estudio con, supuestamente, su más célebre crítico. Y en un tema que incluye su propio nombre. ¿Quizás no hay tanta parodia en todo esto?
En la era digital, PC Music (estilo, así como el sello de A.G. Cook) es la propuesta musical con fondo intelectual que ha estimulado la conversación en la red y fuera de ella (en menor medida, también el vaporwave lo ha hecho), una crítica a la glorificación del capitalismo y a la obsesión actual con la tecnología y la ultraperfección estética disfrazada de «producto» comercial para las masas cuyo concepto ha sido hiperbolizado en lo estético en su máxima expresión y, en lo comercial, promocionado a través de intérpretes con apariencia irreal o de productos como bebidas energéticas, promocionadas a través de una canción interpretada por una humanoide, que en realidad no se pueden comprar en ninguna parte. El vacío absoluto.
En ese sentido, y ya desde su mismo título, ‘Product’ debería haber sido la sublimación de PC Music, la cristalización de su propuesta en una obra inmaculada que cementara por siempre su icono en la historia de la música popular del siglo XXI. Sin embargo, lo verdaderamente valioso de ‘Product’ son sus primeros 15 minutos… ¡y el disco dura 25! El inicio de ‘Product’ es espectacular, con ‘BIPP‘ abriendo a través de sus vigorosos lengüetazos plásticos, nerviosos paisajes trance y vocecillas de ardilla, y ‘ELLE’, en esencia un número de trap envuelto en plástico de burbujas. De nuevo una ironía que, para ser, en principio, una broma, PC Music sea capaz de «producir» obras tan fantásticas.
La estrella de ‘Product’ es, por supuesto, el combo de ‘LEMONADE’ y ‘HARD’, dos perdigonazos de «bubblegum pop» electrónico con el azúcar tan subido como memorables sus resultados. La primera es un número de pop japonés efervescente y retorcido, un «mejunje» ácido como el limón y trepidante como el «speed» que, en sus dos minutos de duración, propone más ideas que muchos artistas en seis; y la segunda un esquizofrénico ritual de cazuelas y líneas de sintetizador chispeantes que ponen la cabeza como un bombo en el mejor de los sentidos. Por separado, estas cuatro canciones molan, pero en conjunto, representan sin duda la cumbre de PC Music.
La segunda mitad del disco, sin embargo, es donde ‘Product’ empieza a decaer en el tedio. El productor, básicamente, dispone los mismos elementos utilizados en las cuatro primeras canciones del disco de maneras distintas y los reformula en canciones nuevas, pero los resultados son cuestionables. Y no hablo solo de la espantosa ‘L.O.V.E.’, una especie de número ambient vía PC Music que suena como un mosquito cyborg durante una lobotomía, sino también de ‘MSMSMSM’, que incluye cazos y ritmos trap pero no ofrece nada interesante que la haga destacar del resto, o ‘LIKE WE NEVER SAY GOODBYE’, una pieza de pop adolescente circa 1998 reconvertida al futurismo electrónico que, francamente, se olvida fácil. Solo la divertida ‘VYZEE’ se salvaría aquí y sigue palideciendo frente a los clásicos.
En noviembre de 2015, cuando se editó este disco, el fenómeno SOPHIE ya se había agotado. No así su propuesta, que LIZ canalizaba estupendamente a través de su single, ‘When I Rule the World‘, que Britney quiso. Al final, a lo que parece abocado SOPHIE es a la producción para otros artistas como Madonna o Charli XCX, personas que, al contrario que él o de lo que el sello PC Music defiende, parecen menos dispuestas a contribuir al comentario sociopolítico de PC Music y más inclinadas a, sencillamente, utilizarlo como experimento estético con posible pegada comercial. Honestamente, si PC Music ha sido una broma, ha sido una muy divertida y entretenida, pero un largo de SOPHIE produce el efecto contrario. Mejor tras las cortinas, como los grandes productores del pop -Max Martin, ejem- saben muy bien.
Calificación: 6,9/10
Lo mejor: ‘LEMONADE’, ‘HARD’, ‘BIPP’, ‘ELLE’
Te gustará si te gusta: Diplo, el sello PC Music, Charli XCX
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