Seguimos sacando punta a las imágenes de los últimos vídeos musicales en nuestra sección ‘Estética de videoclip‘.
‘Freak’ (Lana Del Rey)
Lana del Rey repartiendo tripis como hostias (sagradas). La princesa nihilista del pop se transforma en su nuevo vídeo en una especie de sacerdotisa flower power con ecos de Pamela Courson empeñada en abrir las puertas de la percepción a su Jim Morrison particular, J. Tillman (Father John Misty). Mezclando la técnica slow motion con una estética que remite al cine contracultural y psicodélico de los sesenta, en especial a ‘HWY: An American Pastoral’ (1969) (la película realizada por Paul Ferrara y el propio Morrison), Lana elabora una fantasía psicodélica basada, según Tillman, en las visiones que éste tuvo al acudir a un concierto de Taylor Swift puesto hasta las barbas de ácido. Un sueño lisérgico e impresionista donde les nymphéas de Monet se transforman en ninfas de largas piernas y cabellos sedosos mientras suena el ‘Claro de luna’ de Debussy.
‘Work’ (Rihanna ft. Drake)
No sé si tiene mucho sentido seguir a estas alturas con el twerking, pero ya puestos, qué mejor sitio para hacer un booty shake en la entrepierna chandalera de Drake que en el interior de The Real Jerk, el bar & grill caribeño-canadiense donde Rihanna, entre vasos de plástico, humo de maría y olor a carnaza (humana y vacuna), interpreta su ‘Work’. Este tipo de vídeo con baile zorrón, de larga tradición en el género (desde, no sé, ¿la lambada?), siempre me ha recordado a la olvidada película ‘La reina del baile‘ (1997), donde se sentaban las bases estéticas y narrativas de este tipo de dirty dancing aunque nadie se diera por aludido. La singularidad de este vídeo es que tiene su contraplano, un segundo clip donde Rihanna interpreta la misma canción pero en un entorno más íntimo y doméstico. En realidad, lo relevante de todo esto no son los vídeos, tan eficaces como funcionales, sino la pregunta que se desliza entre sus imágenes: ¿este 2×1 se quedará en anécdota o creará tendencia dentro de la industria?
‘Bajo el volcán’ (Love of Lesbian)
El nuevo vídeo de NYSU para Love of Lesbian tras ‘Si tú me dices Ben, yo digo Affleck’ comienza con varios planos cenitales con la cámara dando vueltas sobre una habitación. Este arranque, que parece directamente inspirado en el de ‘Solo los amantes sobreviven‘ (2013), nos coloca en el ojo del huracán: el dormitorio donde varias adolescentes, las hermanas Halley, esperan la llegada del desastre. Con una estética a medio camino entre la fiesta de pijamas de una película de los ochenta y ‘Las vírgenes suicidas’ de Sofia Coppola, la imaginación del director Jesús Hernández entra en erupción expulsando referencias pop que van desde la soap opera tipo Flash Gordon (aparece hasta el malvado Ming) hasta el uso simbólico y metafórico del ojo/mirada tan caro al surrealismo bretoniano.
‘Upside Down & Inside Out’ (OK Go)
Dejando a un lado el molesto e irrelevante mensaje inicial (una obra artística no debería ser valorada nunca por sus dificultades técnicas), el último fenómeno viral de Ok Go cumple con una de las premisas que debería tener todo videoclip: capacidad para sorprender. El vídeo de ‘Upside Down & Inside Out’ es un nuevo ejemplo del virtuosismo coreográfico de este grupo. En el interior de un avión y con gravedad cero, los integrantes de Ok Go (más dos azafatas) se marcan un divertido y juguetón baile que es algo así como la versión lúdica y colorista de todas esas secuencias “flotantes” que hemos visto (y que nos encantan) en las películas de astronautas. Un plano secuencia convenientemente falseado (no se puede rodar más de medio minuto en gravedad cero) que nos presenta la odisea en el espacio de Ok Go como un cumple en un parque de bolas con piñatas y globos de colores. Espectacular.
‘Voodoo In My Blood’ (Massive Attack, Young Fathers)
El director Ringan Ledwidge ya dejó claro su gusto por el género de terror en la por otra parte olvidable ‘Gone, un viaje que nunca olvidarás’ (2006). Con este precedente, un insustancial sucedáneo de la habilidosa ‘Wolf Creek’ (2005), pocos podían sospechar que diez años después iba a realizar uno de los mejores videoclips del año. El vídeo que ilustra la canción ‘Voodoo in my Blood’ es un inquietante y magnético cruce entre la mítica secuencia del metro de ‘La posesión’ (1981), del recientemente fallecido Andrzej Zulawski, y la no menos mítica esfera voladora de ‘Phantasma’ (1979), del recientemente resucitado Don Coscarelli. El director se sirve de estos dos iconos del cine de terror para ofrecer una estimulante metáfora orwelliana sobre el control mental y, de paso, un recital de expresión corporal a cargo de la «perdida» Rosamund Pike.