M. Ward lleva ya tiempo instalado en un cómodo clasicismo, en un espacio difuso y atemporal, situado en algún lugar entre la década de los cincuenta y los sesenta, pero con guiños que alcanzan tanto a épocas pretéritas como posteriores. ‘More Rain’ está aún más suspendido en el tiempo. En su cuenta de twitter, Matt colgó una foto de la lámpara de segunda mano bajo la que compuso todos sus temas; es gracioso constatar de qué manera dicha imagen llega a reflejar el carácter del disco.
Ciertamente, este es un álbum sosegado, tan confortable como la tenue luz de esa lámpara vintage. Lo malo es que, me temo, esta vez Ward peca de cierto inmovilismo. Le sucede lo mismo que a lo último de She & Him; obras encantadoras y agradables pero excesivamente apegadas a una fórmula de éxito contrastado y (¡cómo me cuesta escribir esto!) sin canciones realmente destacables. A estas alturas, nadie le va a negar a Matt pericia instrumental, ni su devoción por el pop-rock norteamericano más clásico. Su voz herrumbrosa -siempre grabada con esa pátina que le otorga un aire anacrónico- y su impecable guitarra suenan tan acogedoras como siempre. Pero los temas de ‘More Rain’ no tienen el carisma que sí rebosaban sus anteriores discos. Las canciones más cercanas a convertirse en alguna de sus grandes son la rumbosa ‘Confession’, la dulce nana sesentera ‘I’m Listening (Child’s Theme)’, con un puntito rompecorazones conseguido gracias a sus arreglos de cuerda y la manera tan entregada en que la canta Matt; la hermosa ‘Pirate Dial’, con la que prácticamente abre el disco; ‘Temptation’, con sus vientos y su ritmo animado y la sentida (y muy de autoayuda) ‘Phenomenon’ (ambas con la aparición estelar de Peter Buck y Scott McCaughey a las guitarras). Lindas tonadas construidas con la solvencia habitual. Sin embargo, si las ponemos al lado de ‘The First Time I Ran Away’ de ‘A Wasteland Companion‘ (por poner un ejemplo reciente), no aguantan la comparación. El single ‘Girl from Conejo Valley‘ -recuerdo a ‘Helicopter’ incluido-, no atrapa lo que debiera (¡con lo excitante que es ‘Primitive Girl’!). ‘Slow Driving Man’ recuerda bastante a ‘Hold Time’, con su tempo soleado y sosegado y ese leve crescendo de las cuerdas, pero sin el hechizo del tema de 2009. Incluso el apartado de las versiones, donde su maestría suele brillar, decae en ‘You’re so Good to Me’ de Beach Boys, en una lectura que remite excesivamente a la que hiciera de ‘Rave On’. Claro que, en defensa de Matt, hay que decir que es prácticamente imposible versionar al Brian Wilson de la época áurea y salir airoso.
Sí, ‘More Rain’ es muy bonito y fácil de escuchar. Matt despliega mucho oficio, tal como nos tiene acostumbrados. Sus colaboraciones son de postín, como es habitual (a los antes nombrados Buck y McCaughey hay que sumar a Neko Case haciendo coros en ‘Time Won’t Wait’ y k.d. Lang en ‘Little Baby’). Pero, a medida que crecen las escuchas, tienes la sensación de estar ante un reflejo atenuado de ‘Hold Time‘ en el que Matt conduce con el piloto automático.
Calificación: 6,7/10
Lo mejor: ‘Pirate Dial’, ‘Confession’, ‘Phenomenon’
Te gustará si te gusta: Howe Gelb, Andrew Bird, Neko Case
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