El FIB abrió sus puertas este jueves con el concierto de John Grvy en el escenario principal, Las Palmas. El autodenominado «Black Julio Iglesias» actuaba recientemente en Sónar de Día de Barcelona, después en el Mulafest de Madrid y ahora era el turno de Benicàssim. Su directo, potente, enérgico y contundente, como siempre, se vio empañado por cierta falta de público, que no de fans. Así, entre su repertorio, no dejaron de sonar canciones como la versión johngrvyzada de ‘Everybody’ de los Backstreet Boys (explicó que «su disco se llama ‘199X’ porque nació en los años 90, creció con la música de los 2000 y esta canción de los Backstreet no podía faltar»), ‘Ode to the City Lights’ (canción nueva y todavía por estrenar oficialmente), ‘Faded Away’, uno de sus últimos singles y videoclips, ‘Bad Decisions’ y ‘Skit Trap’ de Lowlight. ¿Lo mejor? La energía inagotable de John Grvy, sea en el escenario que sea, a la hora que sea. De hecho bajó en la última canción (‘Mad On Her’) a hacer pogo con la gente. ¿Lo peor? La hora, si le hubiesen puesto un par de horas más tarde, su trap/R&B habría calado más hondo entre el público. Nadia Leal.
A su término, Perlita daban una de las sorpresas de la jornada inaugural en el Escenario South Beach, centrado en electrónica. El trío gaditano con batería en el centro podría dejar todo el protagonismo de su actuación a su líder, que tan pronto toca los teclados como se dedica a dar saltitos y corretear por el escenario o a jalear al público en castellano, inglés o japonés. Pero en verdad la protagonista es la música, una combinación bastante apañada y vistosa de synth-pop, kraut, pop cósmico y electrónica psicodélica, definitivamente influida por el French Touch. Cuando no están a punto de aparecer estribillos a lo Phoenix en su música (parecen evitar los grandes subidones, o al menos estos tampoco se producen), se acercan a Air y a Daft Punk. Ni siquiera su destacado hit en Spotify ‘Flash Your Ass’ fue lo mejor de su set: fue el conjunto. Sebas E. Alonso.
El Guincho era la opción natural después de Perlita. Casi estos parecían sus teloneros. Pero El Guincho actuaba en otro escenario, como no podía ser de otra forma, el llamado Las Palmas (risas enlatadas). Dadas las condiciones técnicas de este y sus pantallas, habría sido una buena idea programarle de noche y proyectar la película de ‘Hiperasia’, pero en realidad lo que nos encontramos fue simplemente el set que está ofreciendo estos días en distintos lugares del país. Una buena presentación del incomprendido ‘Hiperasia’ (¿se llegará a presentar en salas, al margen de festivales?) con guiños contadísimos a su pasado, realizada en formato cuarteto con los músicos de Extraperlo. Entre las cumbres, el combo de ‘Novias’ con ‘Cómix’ y al final, ‘Bombay’ seguida de ‘Mis Hits’, junto a ‘Pegada al White’, un tema que por su ramalazo medio trap medio R&B, podría ser de PXXR GVNG. «Esta os ha gustado, ¿verdad?», preguntaba Pablo a su término sabiendo la respuesta perfectamente. Sebas.
Teleman, otro de los grupos noveles que más teníamos ganas de ver, comenzaban agobiados por sus problemas de sonido. Unos minutos antes de empezar, la prueba de sonido en la carpa Radio 3 era un cuadro de acoples, lo que producía un retraso de 4 minutos en su set: un escándalo para el FIB. Pero pese a los ajustes durante las dos primeras canciones, el asunto remontó claramente a partir de la tercera, la rockera ‘Tangerine’. ‘Drop Out’ y ‘Strange Combinations’ fueron sumando, hasta que con ‘Düsseldorf’, uno de los temas más populares de su segundo álbum, editado este año, la gente se terminó de venir arriba.
Es fácil concluir que el final con ‘Not In Control’, una canción llamada a cerrar setlists del Festival de Benicàssim, ya desde su mismo nombre, fue la cumbre del show, con casi todo el público dando saltos brazos en alto, pero sin duda me quedo con la penúltima canción, ‘Glory Hallelujah’, un tema llamado a ser la canción alternativa del verano como en su momento lo fueron ‘Oh Mandy’ de Spinto Band o ‘Marry Me’ de Alvvays, y que contiene la chulería de Oasis, las guitarras de los Manic Street Preachers, la elegancia de Franz Ferdinand y el aire de superioridad de Pulp. Todo ello producido después de la existencia de Everything Everything y Wild Beasts. Y sí, a pesar de todo esto, su líder Thomas Sanders explota también en directo cierta coincidencia en timbre con Stuart Murdoch. Sebas.
Soulwax, la banda que hace una semana era plato fuerte en el BBK Live de Bilbao, creó variedad de opiniones entre el público hace unos días. Sin embargo, en esta ocasión tenían -a lo mejor era cosa de los guiris- un séquito de fans, agresivo y enérgico, que estaba esperando para verles. Los hermanos Dewaele también ocuparon el escenario Las Palmas con canciones como ‘Let There Be Drums’, original de Sandy Nelson que han versionado, ‘E-Talking’, ‘Miserable Girls’ o ‘NY Excuse’, entre otras. Una hora potente que, al menos, a los que estaban nadando entre primera y quinta fila, nos hizo bailar, saltar, pegar empujones y animarnos para todo lo que venía después. ¿Lo mejor? La energía musical y sonora que desprendían, los instrumentos bicolores extraños que trajeron y cómo hicieron bailar al público –no sabemos si gracias del todo al alcohol o no-. ¿Lo más decepcionante? Los veinte minutos que hicieron esperar a los fotógrafos para entrar al foso para, después, no dejarles entrar a realizar ninguna imagen de su show. Nadia.
El concierto de Extraperlo era el relevo del concierto de El Guincho, pues Borja Rosal coincidía en ambos grupos, con el mismo modelito (pantalón blanco, camisa estampada, acorde a su música playera, mediterránea), aunque con diferente rol. En Extraperlo pasa de músico a cantante, con bastante gracia. Si lo mejor del concierto de El Guincho es que su aire tropical había llevado a una serie de guiris a hacer el baile del limbo durante las canciones más saladas, lo de Extraperlo podría ser catalogado de apto para el limbo durante el 85% del tiempo. Tanto los punteos de las guitarras como los teclados de Alba Blasi buscan lo tropical y el concierto es más triunfal cuanto más adecuado resulta para estos menesteres. Mi reino por averiguar qué pensará Santiago Auserón o qué habría pensado Germán Coppini de estribillos como «tú no sabes de la soledad». Diría que el grupo triunfó sobre todo con su repertorio más reciente, pero también demostró un inequívoco apego hacia su debut, recreándose con ‘Bañadores’ y citando ‘Fantasmas’ entre sus canciones favoritas propias «ever». Sebas.
«Luego ya a Skepta«, juraría que llegó a decir Borja de Extraperlo. Se hizo cortísimo el show del emblemático representante del grime británico. El tipo odia tanto a la gente enganchada a un móvil y a una red social, como manifiesta en las letras de su nuevo disco o manifestó esta noche en el FIB, que como para vengarse de todo aquel que no le prestaba atención suficiente por mirar IG, FB o Twitter, desapareció a los 40 minutos. Antes, hubo tiempo para escuchar temas como ‘It Ain’t Safe’ o el celebrado ‘Shutdown’, mientras él, acompañado de otro MC, eran enfocados en una confusa penumbra, como para dejar el protagonismo a la gente. Curiosamente tras su mensaje anti-redes sociales, cuando se marchó, se proyectaron todas y cada una de las redes sociales del FIB. Tuit, tuit, follow, follow. Sebas.
Georgia, a la batería, acompañada de una teclista, parecía agobiada por los problemas de sonido que terminaron llevando a un corte brutal en mitad de una canción. A pesar de la falta de público, ‘Nothing Solutions’ consiguió meternos de vuelta y convencernos de que su directo merece la pena ser tenido en cuenta. Una de las propuestas más originales de la noche. Como un apetitoso primer plato antes de Skepta, Rejjie Snow nos entretenía con un muy agradecido espectáculo de hip-hop, más agresivo de lo que esperábamos por sus canciones subidas a las redes, acompañado de un DJ/corista. Con un público cada vez más numeroso, algunos agitando banderas de Irlanda en primera fila, otros con mecheros y brazos arriba, balanceándolos según las peticiones del artista, Snow interpretaba temas como ‘All Around the World’, ‘Blackkst Skn’ y ‘Keep Your Head Up’. Elena HR.
Sostenía la teoría de que Major Lazer podían ejercer de cabeza de cartel en un festival como el FIB: cosas más flojas y perecederas se han visto en letras grandes en todos los festivales. Sacaron desde el principio la artillería pesada: lo primero que se vio fue a cuatro pseudo Beyoncés saliendo a bailar ‘Pon de Floor’. En otros momentos de la noche, salpicaron a la feliz audiencia «on fire» unos cañones de confeti lefáticos de alcance kilométrico. También, a destacar, la llamada de Diplo a la gente a quitarse la camiseta para lanzarla al aire: hasta el 50% del público obedeció. La bandera española cuasi ardiente entre cañones de humo, ese pasear la bandera ‘Peace Is the Mission’, ese preguntar cuánta gente británica, española, de Suecia había venido, a quién le gusta de verdad el reggae… iban constituyendo su manera de saborear el éxito.
Aunque era imposible no pasárselo bien en la versión extendida de ‘Lean On’ que no quiso hacer Mø el año pasado, la sensación dejada es que Diplo confió demasiado en la borrachera de la gente. De alguna manera se conformó con poco. Había varias formas de hacer mejor este show ejerciendo de cabeza de cartel: con una voz cantante invitada un poco más conocida, con más virguerías en directo y menos sonido enlatado, con más planos de Diplo en las pantallas en plan culto al DJ (a lo lejos la gente se preguntaba: «¿ha venido, era él, no?»).
‘Light It Up’, el trozo de ‘Powerful’, el trozo de ‘Where R Ü Now?’, el trozo de ‘La gasolina’… han triunfado, pero a veces la sensación era un poco de desasosiego. Como cuando pusieron ‘One Dance’ de Drake. Nadie la cantaba, haciéndome recordar cuando leí en los foros de Buzzfeed esta perla: «esta es la canción más escuchada de Reino Unido y Estados Unidos semana tras semana, mes tras mes, porque nadie se puede creer que sea la más escuchada, todo el mundo se la pone porque nadie la puede recordar, nadie se puede creer que esto sea número 1 durante meses y meses y entonces se la ponen otra vez en Spotify a ver cómo coño suena y así todo el país». En el peor de los casos, este sería el futuro de Major Lazer. Haber hecho algo que nadie se puede creer que esté donde está. De momento, sólo se puede decir que colar, ha colado. Sebas.
El dúo de productores LWLGHT («lowlight»), nos sorprendió en el escenario South Beach Pool Party a última hora de la noche. Ir desde los escenarios de Las Palmas y Radio 3 FIB CLUB era toda una odisea, ya que tenías que sortear hordas de guiris y stands. Este escenario se compone de un espacio con arena, piscinas – sí, piscinas-, con un fondo casi circular con colores del arco iris y cuatro go-gós que amenizaban las canciones. Pablo y Alex, de Madrid, productores y colaboradores habituales de John Grvy, Yung Beef y Kaydy Cain, pincharon canciones como ‘I Know There’s Gonna Be Good Times’ de Jamie XX y Young Thug, y otras como ‘Muévelo’ de Kaydy Cain, ‘La Cumbia de Satanás’ de PXXR GVNG o ‘La Vida Es Un Carnaval’ de Celia Cruz. El mejor momento de la noche fue cuando Yung Beef, Kaydy Cain y John Grvy se subieron al escenario a bailar con ellos las canciones de su dj set. Nadia.
El siempre apetecible DJ Amable cerró la carpa Radio 3 con la esperable sesión de pop que no se deja en el tintero a The Clash (‘Rock the Casbah’), Arcade Fire (‘Ready to Start’), a Two Door Cinema Club (‘What You Know’) o a Los Planetas (‘Qué puedo hacer’), a pesar de algún coitus interruptus como ese cortar el clásico ‘I Will Wait’ tras el primer estribillo «a la modita». Para terminar, ‘Imagine’ de John Lennon. Para pensar… Elena, Sebas.
Foto: Casilda Maravall.