La Femme, después de dejarnos el mejor vídeo del día, tuvieron un exitazo en el Escenario Visa para el que nadie estaba preparado a las siete de la tarde. Ciertamente más kraut y psicodélico de lo que parecía, sobre todo en su segunda mitad, el show fue muy bien recibido por un público felizmente abierto a las propuestas del país vecino. Que uno de los seis hablara en castellano fue lo de menos, la gente ya estaba totalmente metida dentro de su repertorio y ‘Sur la planche’ fue uno de los hits del sábado. Que se aparten el NME y el resto de medios anglosajones: el pop francés está de vuelta en el FIB para quedarse. Sebas E. Alonso.
Si te perdiste a Tame Impala en el Primavera Sound, ayer fue la oportunidad de disfrutar de rock y psicodelia de la mano de Baywaves, un cuarteto madrileño con claras similitudes musicales a los australianos pero sin tanto que envidiarles. La carpa estaba llena de un público en su mayoría nacional, el cual quedó hechizado por un repertorio de treinta minutos de hipnopop, como el grupo se autodenomina. Con las ganas de tocar que demostraron y el ímpetu en los momentos de subidón de cuerdas y batería, Baywaves conseguían dejarnos con ganas de más. Muy recomendables. Elena HR.
Zahara no decepcionó pese a algún problema en la percepción de su voz (no siempre era posible seguir las letras) y algún capricho de su setlist (no sonó ‘El frío’, parece relegada a los directos para hardcore fans). Comenzando con ‘Tú me llevas’ y terminando con una coreadísima ‘El deshielo’, la cantante volvió a divertir con recuerdos a Yola Berrocal durante ‘Caída libre’ («Yola mola mil» es el estribillo más inesperado del FIB), rockear con la versión en vivo de ‘Crash’ o arrollar durante ‘La gracia’. Numeroso público también para Zahara en el Escenario Visa y la confirmación de que ha nacido una estrella apta para todo tipo de escenarios. Sebas.
The Shivas, banda de garaje/rock de Portland, Oregón, arrancó con muy poca gente. Tampoco es que a medida que avanzara su show se fuera llenando mucho (la gente corría más bien hacia Muse) pero entre el público, en segunda fila, estaban Hinds al completo vitoreando y animando a la banda con nombre de dios hindú (el cuarteto español y el cuarteto estadounidense coincidieron en la última edición del festival SXSW de Texas). Su directo, que al principio no convencía especialmente, mejoró cuando dejaron de lado el rock lineal y se lanzaron con temas más surferos. La poca gente que había dentro de la carpa Radio 3 era suficiente para hacer ver al grupo que hay gente que cree en su juventud, su talento y su rollo garagero, tan en auge en nuestro país. Nadia Leal.
A veces uno se pregunta por qué Echo & The Bunnymen no son un cabeza de cartel recurrente en los escenarios europeos, pero no hacía falta más que pasarse por su actuación de anoche para tener una respuesta: les falta fuelle y potencia. Por mucho que uno le ponga ganas a ‘The Killing Moon’ no saben hacer brillar ni siquiera esta canción como debería. A la misma hora, The Coral hacían un buen concierto de pop-rock, mucho mejor dispuesto y entretenido, si bien alguien logró quitarme todas las ganas de verlo cuando me preguntó, completamente en serio, si estaban haciendo un concierto de versiones. Sebas.
No es algo que puede achacarse a Muse, cualquier cosa menos eso. Puedes confundir una canción con otra, pero nunca podrás confundirlos con otro grupo. Pese a las advertencias en el Twitter de la organización de que el festival se iba a llenar hasta los topes, pese a los cacheos a la entrada y los helicópteros -todo tan dramático como el estresante repertorio de Matt Bellamy-, el Escenario Verde no se llenó al completo para verlos al nivel por ejemplo de Arctic Monkeys otros años (tan claro está que vendieron miles de abonos como que hay muchísimo fiber que pasaba de verlos) y la monstruosidad de su volumen tampoco fue el de los impecables Queens of the Stone Age. Se echó en falta algo de espectacularidad, pero entre hits como ‘Time Is Running Out’ o ‘Mercy’ y el momento Ennio Morricone se hicieron medio entretenidos. Hasta se hizo corto. ¿No tenían que terminar a la 1 en lugar de veinte minutos antes? Sebas.
En el escenario South Beach Pool Party, el que parece sacado de ‘Spring Breakers’ entre gogós, piscinas, gente dentro de ellas y muchos neones de colores flúor, ofrecía un DJ Set el productor madrileño Miqui Brightside. Con tan sólo un EP, es ya su segunda vez en el FIB y pinchó canciones que encantaron al público, la mayoría guiri. Es importante recordar que todavía seguían tocando Muse, así que surgió la química entre los que querían bailar, beber y pasarlo bien para los renegados de Muse, que también existen. Canciones de Kaytranada, Mura Masa o Troyboi sonaron durante su sesión, aunque lo mejor fue cuando puso ‘Ritmo de la noche’ y bajó a bailar con su público. Nadia.
El gran descubrimiento de la noche fue el dúo de R&B/rap/electrónica conocido como AllttA. Son mitad franceses mitad americanos: la parte francesa la pone el productor 20syl y la parte americana, Mr. J. Medeiros. Una pena que se solaparan con gente como The Kills o Muse: se merecían una hora mejor y un escenario más grande. Actitud, personalidad y fuerza es lo que rezumaban Medeiros en la luz y, en la sombra, 20syl, poniendo con acierto y elegancia los beats. La mayoría del público estaba compuesto por guiris que sabían perfectamente dónde estaban, qué hacían ahí y qué canciones sonaban. Aparte de unos visuales contundentes que reflejaban el logo del grupo, el mejor momento de la noche fue cuando Mr. J. Medeiros iba a hacerse una selfie con el público de fondo y paró todo para decir: «he encontrado un Pokémon. No me puedo creer que haya un Pokémon aquí, no puedo seguir tocando, siempre había querido coger uno» mientras se descojonaba. Otro momento interesante fue cuando empezó a decir: «relajaos todos, os quiero relajados y que hagáis movimientos sexys», o, también, cuando pidió a todo el público que hiciera con los brazos levantados su logo –una especie de triángulo con las manos- para Instagram y Facebook. Un grupo imprescindible para todo el que busque algo nuevo, fresco y con personalidad. Nadia.
Con una puesta en escena sencilla de sonido puro rock y con Alison Mosshart y Jamie Hince totalmente entregados, The Kills se marcaban un concierto de buen nivel. A pesar de tocar a la misma hora que Muse, el público, bastante numeroso, fue conquistado con temas como ‘Hard Habit to Break’ o ‘Kissy Kissy’. El fallo de sonido a la mitad del concierto que supuso una parada de un par de minutos no restó nada de potencia al show, y quedó rápidamente solucionado con la siguiente, ‘Tape Song’. Elena HR.
Delorean supieron crear el fiestón que muchos cabezas de cartel no pueden con un conciertazo para gozar en primera fila que nunca decaía, más bien volaba entre referencias house, balearic, tropicales, etcétera. El cuarteto, situado al completo en primera línea del Escenario South Beach, ha hecho los deberes en cuanto a directos se refiere, logrando que cada beat de su repertorio, por el que no han faltado canciones como ‘Destitute Time’ o ‘Deli’, fuera animando más y más al público. Ahora que Pitchfork dice que ya no molan tienen un directo mejor que nunca que solo produce ganas de contar los días que faltan para su siguiente show (¿cuándo era Dcode?). A destacar el carisma de los cuatro: la voz de Ekhi no lidera, es un instrumento más. Ver a Unai bailando entre las sombras es un espectáculo y a Igor tras la batería cuando durante las entrevistas es quien toma las riendas en cuanto puede es una curiosidad. Un batería sí puede ser el líder de un grupo. Sebas.
El final de la noche para muchos vino con el dúo Disclosure. Los hermanos Lawrence llegaron y triunfaron. Su puesta en escena estaba pensada para impactar, con dos mesas que parecían naves de Star Trek tanto por las luces como por las formas, ayudándose de unos visuales que jugaban con su ya más que reconocible logo de las caras dibujadas a mano. Su directo está obviamente pensado para hacer bailar a todo el mundo y así, sobre el escenario Las Palmas, sonaron canciones como ‘White Noise’, ‘Fool For You’ o ‘When A Fire Starts To Burn’, esta última algo peor recibida que las dos primeras. El momento más tierno fue cuando contaron que con 16 años venían al FIB, que no se podían creer que hubiera tanta gente esperando por ellos y que hayan acabado actuando en ese escenario. Los visuales alternaban también el mencionado logo de las caras con imágenes y perfiles sacados de los años 90 o imágenes geométricas de los años 70. Buen cierre de noche para un correcto tercer día de festival. Nadia Leal.
Fotos: Casilda Maravall.