Saturday Night Live, el decano show televisivo de NBC, es una de las plataformas más importantes para lanzar un disco, gracias a los números musicales que se enclavan en el programa y que no solo tienen una gran audiencia sino también una enorme repercusión mediática posterior. Por eso, la aparición en la edición de anoche, 22 de octubre, de Lady Gaga era un examen importante para ‘Joanne‘, el disco que la artista lanzaba el pasado viernes. Hasta ahora, cosas como cantar por sorpresa en un pequeño bar de Londres o un breve show de americana en otro garito de Nashville habían sido sus presentaciones.
Presentada por el actor Tom Hanks, que comandaba el programa en esta ocasión, Lady Gaga comenzó interpretando ‘A-Yo‘, el más reciente single del disco. Ataviada con un ya inseparable sombrero de fieltro rosa y un conjunto de lentejuelas, Gaga se situaba en el centro de una banda completa en la que destacaba la presencia de sus colaboradores en la producción de este álbum: Mark Ronson, a la guitarra, y Bloodpop, en los teclados. Cantó de forma rotunda como suele y contoneó las caderas a saco, si bien el momento hago-poses-sobre-el-suelo no fue claramente de lo mejor. Hacia el final, la propia artista cogió una guitarra para marcar los acordes de la canción y, de paso, dar fe de que es una artista renovada.
Más tarde, acometió una bonita versión de ‘Million Reasons’, para muchos la mejor canción de su nuevo disco, interpretada de manera solemne. Ella, sentada al piano, junto a una corista que también tocaba la guitarra (no podemos asegurarlo, pero parece Hillary Lindsey, co-autora de este tema), cantó de manera sobresaliente. Para aumentar más el efectismo, y no sin ciertas dificultades debido a la capa y los tacones que vestía, acabó encaramándose al piano para culminar la canción.