Bruno Mars / 24K Magic

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Bruno Mars / 24K Magic

brunomarsBruno Mars cree que ya no hay espacio en la música pop para la innovación. «Existen todo los ritmos posibles, todas las rimas están dichas, todas las progresiones de acordes están hechas, compito con mil millones de canciones distintas, [así que esto] es como ganar la lotería: cuestión de suerte», ha asegurado el cantante recientemente a Rolling Stone. El éxito de Mars, desde luego, se debe a más que a la suerte: su propio talento le ha alzado al Olimpo del pop, pero también lo ha hecho su fetichismo por la nostalgia de los sonidos de la vieja escuela afroamericana (y otros, ¿verdad, Police?) que viene reproduciendo desde su primer disco. La realidad es que, mientras artistas que están definiendo el sonido del R&B del siglo XXI con obras personales y distintivas como Frank Ocean, FKA twigs, Miguel, Solange, el primer The Weeknd o Tinashe -por mencionar solo unos pocos artistas más o menos similares y contemporáneos a Mars- ocupan actualmente el nicho «alternativo» del mercado musical, es este chico hawaiano con nombre de dibujo animado quien vende millones y millones de copias de sus discos sonando a un pasado ya muy remoto y a muchas cosas menos a él mismo.

En este sentido, Bruno Mars es al R&B lo que Adele o Sam Smith en sus respectivos campos. El trabajo de Mars no es innovar -eso se lo dejamos a los alternativos- sino reproducir los sonidos del pasado, sonidos que venden porque nos resultan familiares, porque nos tocan la fibra -nostálgica- sensible; y Mars ha demostrado hacer su trabajo muy bien. Por eso ‘Uptown Funk’, una reproducción exacta del funk de Minneapolis de The Time, fue la canción más popular de 2015; por eso, el primer sencillo de ’24K Magic’, el nuevo disco de Mars, el que lo titula, es ya un éxito (top 6 en USA, top 5 en UK, top 19 en España), aunque ojo, pinta a que no lo será a la altura de aquel. ¿Será que ya nos suena demasiado?

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De nuevo, por eso, ’24K Magic’ es una obra puramente nostálgica que repasa cincuenta años de historia de música popular afroamericana, desde el funk en llamas de James Brown (la delirante ‘Perm’) hasta el hip-hop esbelto de Beyoncé (‘That’s What I Like’ es un poco ‘Kitty Kat’) pasando por el soul azucarado de Stevie Wonder (‘Versace On the Floor’) o el baladismo cachondo de Boyz II Men (‘Calling All My Lovelies’), pero con resultados sorprendentemente irregulares. Porque no, contra todo pronóstico, Mars no ha sido capaz de justificar la breve extensión de ’24K Magic’ (9 canciones, 33 minutos de música en total) ni mucho menos la nostalgia descarada que este practica en su nuevo disco, al contrario de lo que consiguió con el anterior, para pesar de las expectativas de medio mundo.

’24K Magic es una colección de canciones de R&B, disco y funk retro bien compuestas, cantadas y producidas pero más que nada funcionales y sin demasiadas cosas interesantes que decir: parecen rescatadas de un vinilo polvoriento de los 80 de esos que terminaron sepultados por los verdaderos clásicos en las tiendas de discos. La canción que titula el álbum es un gran momento del pop de 2016; un tema de funk a lo Cameo medio futurista más divertido imposible; mientras ‘Perm’ es uno de los homenajes a Sly & the Family Stone y al mencionado James Brown más trepidantes que se han oído en tiempos recientes. Por otro lado, la balada ‘Calling All My Lovelies’, que incluye una llamada de Halle Berry (?), es melódicamente brillante.

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El resto del álbum, sin embargo, no es tan emocionante, empezando por su mismísima pista 2, ‘Chunky’, que no es un nuevo ‘Treasure’, sino más bien una rareza de Cheryl Lynn, tan poco interesante como pareció en su primera puesta en largo en Saturday Night Live el pasado mes de octubre; o por el eficiente aunque olvidable «new jack swing» de ‘Finesse’. Tampoco el resto de midtempos es espectacular: ‘Versace On the Floor’ es cuca, pero el soul de Filadelfia de ‘Too Good to Say Goodbye’ está demasiado trillado, ‘That’s What I Like’ pasa totalmente desapercibida y ‘Straight Up & Down’ es tan Michael Jackson circa 1982 que pide a gritos un verso de Paul McCartney.

’24K Magic’ tendría que haber sido el mejor disco de Bruno Mars: el cantante viene de un gran disco como ‘Unorthodox Jukebox’, el más vendido de 2013, que produjo varios éxitos; además de ‘Uptown Funk’; y la extensión del álbum prometía un nuevo clásico del pop que íbamos a escuchar sin parar una y otra vez hasta la saciedad. Pero no, puede que Mars vaya a crear tendencia con lo de los álbumes de 9 pistas, lo cual sería maravilloso, pero 2016 no será el año en que el público escuche sus mejores canciones, pues solo unas pocas vienen en este disco. Irónicamente, él también «ya las ha hecho antes».

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Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ’24K Magic’, ‘Perm’, ‘Versace On the Floor’, ‘Calling All My Lovelies’
Te gustará si te gusta: el R&B de los 80
Escúchalo: Spotify

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