Los ocho miembros de los debutantes Superorganism tienen la rareza de proceder de diferentes países y continentes y de tener muy divididas sus labores dentro de la formación, pese a lo que todo -aseguran- se decide de manera democrática. Seis de ellos se conocieron después de haber intercambiado opiniones en foros de internet, con sus miembros procediendo de lugares tan diversos como Nueva Zelanda o Japón, como es el caso de Orono, una de las cantantes del grupo que, a sus 17 años, recibió la música del himno ‘Something For Your M.I.N.D.’ y escribió su letra en menos de una hora. Y eso incluye el célebre párrafo «sé que piensas que soy una psicópata / una demócrata al acecho en la oscuridad / esto apesta, soy la idiota de la soda del K-mart / circo de basura, me quedé el alijo».
El grupo, que parece haberse asentado en Londres (Orono vivía en Maine), y comparte y define ideas «en la cocina», cuenta como componentes también con Harry a la guitarra; Tucan a la autoría, producción y batería; Emily a la autoría, producción y sintetizadores; Seoul a los coros; Ruby y Bee también en las voces; y Rob a cargo de los visuales, los vídeos y la escenografía de los directos, a los que quieren dar vital importancia. Dicen que lo que les une «es que ninguno tiene unas raíces geográficas muy arraigadas», pues casi todos se han mudado de país como adolescentes, creciendo en verdad «en la cultura de internet», lo que ocupa buena parte de las letras de sus discos y también sus videoclips.
Es lo que vienen a retratar en el vídeo correspondiente a ‘Everybody Wants to Be Famous’, un festín de bajos duros, cajas registradoras y distorsión en el que se autorreivindican y proclaman: «el mundo es demasiado pequeño para mí». Aunque para canción sobre internet, ahí está la espléndida ‘Reflections On The Screen’, en la que estar «sentada en la cama, alumbrada por la luz de un tonto gif puesto en modo repeat» hace «sentir viva» a su vocalista.
Muchas canciones de Superorganism lidian también con la angustia y el letargo adolescentes y la búsqueda de un lugar propio en el mundo, como es el caso de la inicial ‘It’s All Good’. Porque si el disco se cierra con despertadores y las constantes llamadas a la acción de esos «wake up! wake up!» (‘Night Time’, de base un tanto drum&bass), se abre con el ánimo de frases como «sabemos que el mundo puede ser muy duro / pero puedes dar un vuelco si quieres». ‘Nobody Cares’, en la línea, indica: «bebe algo, fúmate un cigarro, haz lo que quieras para desahogarte, a nadie le importa»; hay una pista abiertamente llamada ‘Relax’ y ‘The Prawn Song’ es un «eye rolling» muy gráfico: «¿alguna vez has salido de una ensoñación / para darte cuenta de que el mundo se ha vuelto loco? / todo el mundo es igual / diciendo bla bla bla / haciendo bang bang bang».
Pero lo que termina de dar personalidad a Superorganism son sus producciones. El grupo nos lleva a los tiempos de Elephant Six y a aquellos días en que conocíamos a grupos que tenían canciones llamadas como ellos mismos, como era el caso de I’m From Barcelona. Aquí también hay una canción llamada ‘Superorganism’, como el disco, a modo de celebración de ser «lo único que está vivo». Su música suena ciertamente vívida, acompañada de sonido ambiente (bostezos, pajarillos, choques), elementos orgánicos, ruido, arreglos distorsionados y samples. Es como si las melodías de Moldy Peaches hubieran sido producidas por The Go! Team, dando lugar a un sonido irresistible que no tanta gente, desafortunadamente, ha querido seguir durante la última década.
Calificación: 7,7/10
Lo mejor: ‘Something For Your M.I.N.D.’, ‘Everybody Wants To Be Famous’, ‘Reflections On The Screen’, ‘Night Time’
Te gustará si te gustan: The Go! Team, The Apples In Stereo, Moldy Peaches
Escúchalo: Spotify.